La letra chica del proyecto que será tratado hoy en la Cámara de Diputados encendió luces amarillas entre los contribuyentes. Sucede que, más allá de las alícuotas que habrá que pagar por ingresar en el blanqueo de acuerdo con la modalidad que se elija, hay diversos aspectos a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión. Uno de ellos es una pregunta recurrente que se hacen quienes ya están pensando qué camino seguir: ¿qué pasa si blanqueo sólo una parte de los activos que tengo sin declarar? Esto se da en múltiples casos, ya que las combinaciones pueden ser infinitas: una o varias cuentas en el exterior, inmuebles fuera de la Argentina, dinero en el colchón (o caja de seguridad) y otras alternativas de bienes que no están declarados.
Muchos contribuyentes evalúan la factibilidad de entrar al blanqueo sólo en forma parcial, o sea “sincerando” solamente una parte de su patrimonio. En algunos casos, lo harían de esta forma porque precisan justificar compras o inversiones dentro del país pero actualmente no cuentan con los fondos registrados para hacerlo.
Esa opción de blanqueo parcial es válida y está permitida, desde el momento en que el fisco desconoce la existencia de los demás bienes. El problema se puede presentar si algún día el fisco descubre que ese contribuyente cuenta con otros activos que no han sido declarados, como puede ser otra cuenta, inmuebles u otras posesiones. En ese caso, el artículo 44 del dictamen aprobado establece que todos los beneficios obtenidos por el perdón fiscal vuelven atrás y la Afip a cargo de Alberto Abad podría cobrar todos los impuestos que fueron perdonados por el ingreso al blanqueo. Esto podría sucederle, por ejemplo, a un contribuyente que posee dos cuentas en el exterior pero sólo declara una.
En este caso, si algún día le llegaran a descubrir la que quedó en negro perdería todos los beneficios impositivos de haber entrado al blanqueo con la primera.
Desde este punto de vista, entrar al blanqueo sólo en forma parcial no elimina los peligros de mantenerse en forma ilegal. Es decir, aún la cuenta que fue blanqueada quedaría en zona de alto riesgo en caso de que otro tipo de activo sea descubierto. El artículo en cuestión, además, no habla de montos. Podría suceder que ingrese al sinceramiento fiscal la mayor parte de activos mantenidos en negro, y que en caso de que aparezca una suma menor sin declarar el resto también terminara siendo afectado. “Este blanqueo tiene que ser a todo o nada. Quien decida entrar debe hacerlo con todos sus bienes. Y si no, es preferible quedarse afuera y no hacer nada”, señaló uno de los tributaristas más consultados por este tema.
Quienes no ingresen al blanqueo entran en riesgo por los convenios firmados por la Argentina con casi 100 países y que se ponen en marcha a fines de 2017. Como Estados Unidos no es parte de este programa de intercambio de información financiera, muchos inversores optaron por trasladar sus cuentas de jurisdicción. Otros creen, sin embargo, que siempre habrá guaridas para el dinero no declarado. Claro que buscarles opciones a esos fondos será cada vez más complicado y caro, ya que los propios bancos prefieren rechazar las transferencias que no tienen un origen claro.