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Advierten sobre el riesgo de las enfermedades coronarias como efecto colateral del coronavirus

Los especialistas coincidieron en que el aumento de las enfermedades cardiovasculares se producen a causa del poco control clínico, a la postergación o la no realización de intervenciones quirúrgicas y al descuido de los factores de riesgo como presión arterial, obesidad, tabaquismo, entre otros

El probable aumento de las enfermedades cardiovasculares debido al mal control clínico, la postergación de intervenciones o el descuido de los factores de riesgo es uno de los «daños colaterales» que dejará la pandemia por coronavirus, advierten los cardiólogos en la «Semana del corazón» que finaliza este martes.

«Nos estamos enfrentando a una disminución generalizada de la atención de la enfermedad cardiovascular, un aumento de morbimortalidad de los pacientes internados y un aumento de mortalidad en los pacientes que no llegan al hospital y esto se va a ver reflejado en el número de muertes cardiovasculares en el tiempo mediato. Es decir, todo lo que se registre a partir del tiempo de la pandemia hasta el próximo año», explicó a Télam el doctor José Luis Navarro Estrada, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

Al detallar las causas de este fenómeno, el cardiólogo indica como «primera y fundamental» el temor de los pacientes de concurrir a la consulta médica en los centros de salud.

Desde el Ministerio de Salud nacional, el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Alejandro Costa, recordó que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el país y las responsables de uno de cada tres fallecimientos.

Por esa razón, explicó Costa a Télam, al comienzo de la pandemia se desarrolló un «plan de contingencia» para atender a los pacientes con enfermedades cardiovasculares que entre otras medidas incluye la utilización de las recetas electrónicas o la inclusión de la telemedicina al Plan Sumar que brinda asistencia a personas sin cobertura.

«Buscamos permitir mantener la consulta de pacientes que tienen enfermedades crónicas para que puedan tener sus controles preventivos periódicos y siempre se mantuvo la atención en urgencias y emergencias», dijo Costa.

El funcionario destacó que «los establecimientos de salud se han reorganizado para tener circuitos diferenciales de atención a personas con sospecha de covid y con otras patologías como las cardiovasculares».

Los cardiólogos consultados coincidieron en que el aumento de las enfermedades cardiovasculares se producen a causa del poco control clínico, a la postergación y la no realización de intervenciones cardiovasculares y al descuido de los factores de riesgo (presión arterial, obesidad, sedentarismo, tabaquismo).

El presidente de la SAC lamentó además que «una cantidad muy importante de pacientes que no llegaron al hospital y esos pacientes al quedarse excesivamente en sus domicilios aumentaron la incidencia de ataques cardíacos en el domicilio y muchos de ellos ataques cardíacos fatales».

La semana pasada, Alejandro Cherro, director de la carrera de especialista en Hemodinamia, Angiografía general y Cardiología intervencionista de la Universidad de Buenos Aires, había informado que los controles disminuyeron en 50% entre los pacientes con problemas coronarios y que de continuar esta tendencia estas enfermedades podrían convertirse en una «nueva pandemia».

«Los pacientes subconsultan y las subconsultas hace que se pierdan los síntomas precoces y que aparezcan síntomas de mucha mayor gravedad que implican el infarto y la muerte», se lamentó Navarro Estrada.

Y agregó que «también se observó durante la pandemia un incremento marcado de muchos casos graves y la morbimortalidad intrahospitalaria de la enfermedad cardíaca aumentó cerca del doble».

El diagnóstico del presidente de la SAC es compartido por sus colegas de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y el Ministerio de Salud quienes lanzaron una campaña de promoción de la salud cardiovascular, que inició el 29 de septiembre, Día Mundial del Corazón, y se extenderá hasta este martes 6 de octubre.

Según una encuesta realizada a 6.000 pacientes del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (Icba), uno de cada tres personas dejó de controlar su presión arterial y no hace dieta y 2 de cada 3 personas redujeron la actividad física.

«No hay que dejar de hacerse los otros controles. La gente está dejando de hacer la consulta común o por problemas crónicos, o dejando de tomar la medicación», dijo a Télam el presidente de la Federación Argentina de Cardiología, Alberto Lorenzatti.

Costa recomendó realizar al menos 30 minutos de ejercicios diarios, no fumar, controlar la presión arterial y la glucemia «para reducir la prevalencia de hipertensión y diabetes y detectarlas precozmente».

Y desde el ministerio aconsejaron «recurrir a estrategias para el manejo del estrés como tener pausas de al menos dos minutos durante el día y poner la atención en la respiración, meditar al menos cinco minutos al día, o realizar una actividad (como lavarse los dientes, las manos, bañarse) muy lentamente y con foco en la acción con el fin de calmar la ansiedad».

La enfermedad cardiovascular (ECV – infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca) lidera el ránking en muertes, ya sea a nivel global como en la Argentina (100.000 muertes anuales, 280 muertes por día), como así también en años perdidos de vida ajustados por discapacidad.

A pesar de que la carga de ECV aumenta año a año, va decayendo cuando se contempla el envejecimiento global de la población.

En otras palabras, se estima que las intervenciones basadas en la evidencia que se implementan (como modificaciones del estilo de vida, medicamentos, e intervenciones quirúrgicas y por catéteres) se están traduciendo en un mejor control de la carga global de enfermedad por ECV.

Desde 1990 a 2013, se redujo la mortalidad por ECV un 22%, lo que hoy sería equivalente a deducir que en 2019 se han salvado cerca de 4 millones de vidas.

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