El presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, anunció ayer una reducción de tropas en Afganistán que incluye la retirada de 10.000 soldados este año y 20.000 más en 2012.
En Afganistán, el Ministerio de Defensa dijo ayer que las fuerzas de seguridad afganas están listas para asumir la lucha contra los talibanes y el control de zonas del país cuando Estados Unidos inicie su previsto repliegue, el mes próximo.
El anuncio de Obama desde la Casa Blanca fue visto por analistas como el inicio de una desconexión estadounidense de Afganistán luego de una década de una sangrienta guerra y de esfuerzos de reconstrucción del país igualmente inconclusos y costosos. En su discurso Obama detalló el plan estratégico que anticipó a fines de 2009 sobre una retirada escalonada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán.
En diciembre de 2009 Obama anunció el envío de 30.000 soldados de refuerzo a Afganistán para luchar contra los talibanes y elevó así a unos 100.000 el número total de militares norteamericanos en Afganistán, que se suman a otros 47.000 soldados de la Otán. El mandatario prometió entonces que los soldados estadounidenses abandonarían Afganistán a partir de julio de 2011.
Muchos afganos desean la partida de las tropas norteamericanas, pero el previsto repliegue de este año, antes de la retirada total prometida por Obama para 2014, acarrea riesgos para un gobierno afgano aún acuciado por ataques de los talibanes y Al Qaeda.
“Habrá algunas batallas, habrá atentados suicidas y ataques con bombas”, dijo ayer el vocero del Ministerio de Defensa afgano, general Mohammad Azimi.
“Pero nosotros en las fuerzas afganas estamos preparados para reemplazar a las fuerzas extranjeras, y estoy confiado en que el Ejército tiene la suficiente capacidad y habilidad”, agregó el portavoz.
Está previsto que Estados Unidos y la Otán transfieran al Ejército afgano plenas tareas de seguridad en cinco capitales de provincia y en dos provincias para el 20 de julio.