Los Boston Celtics se clasificaron para la final de la Conferencia Este al vencer por 94-85 a los Cleveland Cavaliers en el sexto partido de la serie.
Boston dejó afuera al equipo con la mejor marca de la temporada regular.
El conjunto local aplicó la receta esperada: defensa extenuante y ataques ordenados. Los Cavaliers no encontraron soluciones y volvieron a evidenciar que la ansiedad es su gran lastre en las situaciones más complicadas. Cometieron 22 pérdidas de balón, una cifra imposible para un equipo que aspira a ser campeón.
Kevin Garnett recordó a aquel jugador que fue y lideró a los Celtics con sus 22 puntos y 12 rebotes, mientras Rajon Rondo realizó una nueva exhibición y añadió 21 tantos y 12 asistencias.
James logró un «triple-doble» con 27 tantos, diez asistencias y 19 rebotes. Con esta última cifra logró una mejor marca personal en «play-off».
Pero, a cambio, el alero de los Cavaliers presentó unas pobres estadísticas de efectividad al anotar sólo ocho de sus 21 lanzamientos. Además, perdió nueve balones.