Search

Agenda cultural en la Antártida: dos ministerios, Defensa y Cultura, en pos de la soberanía

Con condiciones climáticas intensas que pueden evitar llegadas y posponer salidas, se presentó el programa "Cultura y soberanía" en Base Marambio, ubicada a 200 metros sobre el nivel del mar, y se oficializó la entrega del primer Punto de Cultura en el continente antártico, en Base Esperanza
Marina Sepúlveda

La blancura del continente Antártico, que confiere a Argentina su bicontinentalidad, reafirma, con el impulso de colaboración interministerial entre Defensa y Cultura, los lazos identitarios a través del programa «Cultura y soberanía» y la entrega del primer Punto de Cultura en ese territorio, que implican la puesta en marcha de «políticas culturales permanentes en este territorio por muchos ignorado que tengan impacto en el imaginario colectivo que es parte de Argentina», afirmó el secretario de Gestión Cultural Federico Prieto.

En pleno inicio de la campaña Antártica con el Irízar, los ministerios de Cultura y Defensa, más concretamente desde la Secretaría de Gestión Cultural y el Comando Conjunto Antártico, continúan un trabajo de colaboración iniciado este año, con las bases argentinas en la Antártida.

Con condiciones climáticas intensas que pueden evitar llegadas y posponer salidas, se presentó el programa «Cultura y soberanía» en Base Marambio, ubicada a 200 metros sobre el nivel del mar, y se oficializa la entrega del primer Punto de Cultura en el continente antártico, en Base Esperanza.

«Desde hace una década, con la salvedad de los cuatro años del gobierno anterior que desmanteló cualquier política soberana en nuestro territorio bicontinental, desde distintos organismos se suman proyectos y esfuerzos para desarrollar políticas que recuperen y promuevan desde distintas perspectivas el valor histórico, cultural, económico y científico que tiene este territorio nacional», destacó el funcionario.

Se trata de la construcción de una imagen que debe ser multidisciplinaria, aclara, y tiene desde el ámbito de la cultura, entre otras cuestiones, la posibilidad de «hacer visible este territorio en toda su extensión, dando lugar a los relatos de la historia de las comunidades que lo habitaron. Debemos articular investigación y difusión de esa historia olvidada y por muchos, menospreciada».

La identidad como punto de partida de los procesos culturales

«La identidad es el punto de partida de los procesos culturales, que se constituyen a partir de nuestra creatividad, prácticas, historia y tradiciones, desarrolladas como comunidad en un territorio. Un territorio que es un barrio, una ciudad, una región y un país. Por lo tanto tenemos derecho sobre el territorio marítimo en general y la Antártida Argentina en particular. Desarrollar las culturas, por lo tanto, es un acto de soberanía», define.

La agenda común partió de «buscar facilitar la circulación de lo artístico y lo simbólico con la Antártida, llevando propuestas, pero también acompañando otro tipo de procesos», señala.

Las actividades surgidas de una mesa de trabajo que comenzó este año a partir de la escucha del CoCoAntar sobre las necesidades de este territorio tan particular y distante, partieron de una demanda que excede lo artístico y tiene la soberanía como eje común.

«Es un comienzo y seguimos buscando tejer la mayor cantidad de encuentros posibles para sumar no solo ideas, sino recursos y capacidades», enfatiza Prieto y señala que están trabajando para «desarrollar una política de integración cultural con la Antártida, mirando el territorio nacional con la conciencia de que nos falta que todas y todos incorporemos el mapa bicontinental como nuestra casa común».

Por otro lado advierte que hablar de una identidad o de una «Antártida cultural» remite a una construcción «de más de un siglo, desde la instalación de las primeras bases argentinas».

«Hay una cultura que incluso va más allá del momento de estar habitando la Antártida, porque no cualquiera elige ir allí para hacerse parte de un proyecto; quien lo hace sabe que se suma a una comunidad especial, con un régimen de vida duro, con algunas incertidumbres que no se tienen en otros lugares del país; llegan con una vocación de conocer y experimentar algo no habitual. La Antártida, desde sus comienzos, está marcada por una épica, bien descrita hace más de 70 años por el General Pujato y en consonancia con el Plan quinquenal de Perón», contextualiza.

Y explica: «La Antártida tiene una historia no escindida de la historia del resto del país. Hay procesos en la forma de llegada al continente blanco, y la forma que adquiere la ocupación argentina del territorio que hablan de un proyecto para el país e implican un modo de imaginarnos en el mundo. Producimos conocimiento a partir de la investigación científica, sostenida por instituciones públicas, el desarrollo de dispositivos tecnológicos necesarios, la construcción de barcos con capacidad de navegar e intervenir en la zona, y la definición de un forma de participar de una zona internacional de modo pacífico, sin pretensiones hegemónicas en la región y con afán colaborativo. La Antártida es un espacio internacional, sin delimitaciones definidas aun de manera terminante, aunque si delegadas por el Tratado Antártico vigente hasta 2050, y allí en el continente se vive resolviendo la vida más de forma colaborativa que de manera conflictiva».

Una manera desde lo cotidiano y sin exotismos de abrir la Antártida a todos los argentinos

El programa consiste en un apoyo al Punto de Cultura en la Base Esperanza, cuyo objetivo es crear un dispositivo de interacción virtual con el resto del país y una serie de actividades artísticas para las distintas bases bajo el nombre de «Cultura es Soberanía. Antártida Argentina».

Durante el verano, contarán con «propuestas de danza, teatro, música y cine»; mientras que para el invierno proyectan «un ciclo de cine que se realizará con el apoyo del INCAA en todas las bases permanentes».

A su vez están trabajando «en el diseño de formas de integración en proyectos creativos entre personal antártico y artistas del país, concursos e intervenciones sobre la Antártida». El foco se lo lleva el proyecto «Conectando Argentinos» que fue seleccionado de los cientos de proyectos presentados en las dos convocatorias de Puntos de Cultura de este año. Esto impulsa y afianza esta cooperación cultural territorial, surgida desde el territorio antártico, lo cual constituye un hecho histórico. El proyecto busca contar las vivencias de la comunidad de la Antártida.

«Buscan construir puntos de contacto directo con comunidades escolares, organizaciones, medios de comunicación. Desde la educación formal a través de la comunidad de Base Esperanza, donde se encuentra Radio Nacional, la Escuela Nº 38 Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, se propone usar la tecnología para integrarse al sistema educativo nacional, con la interacción de los niñas y niños de esta escuela con sus pares de escuelas de distintos puntos del país de manera fluida», explica.

El proyecto implica el montaje de un sistema de streaming de video para los programas radiales emitidos desde la Base, para «fomentar la actividad que desarrollan los científicos y transmitir clases en vivo» entre alumnos de distintas escuelas para que «puedan conocer la Antártida y aprender de su flora y fauna particular. Es una manera desde lo cotidiano y sin exotismos de abrir la Antártida a todos los argentinos», concluye Prieto.

10