La Municipalidad de Rosario llevó al corralón 151 motos y autos, de los cuales 28 fueron porque los conductores dieron positivo en alcoholemia o control de drogas de venta ilegal.
Entre jueves y domingo hubo 400 controles a vehículos, mayormente por la noche y el nivel de positivos sigue por debajo del 9 por ciento como en 2016. El resto no cumplía con la documentación o elementos de seguridad que dispone la normativa vigente. Sobre el tercer fin de semana de la prueba piloto de control de marihuana y cocaína, se hicieron una quincena de test.
Fueron 6 positivos, tres por cocaína y tres por marihuana, uno de los cuales también se le encontró 1,8 gramo de alcohol por litro de sangre, más del triple permitido para automovilistas. Si bien no son causal de quita del vehículo, ningún testeado dio positivo en el resto de las drogas que puede relevar el aparato: anfetaminas y opiáceos. «Creemos que el control es el mejor modo de prevenir y garantizar seguridad a los ciudadanos que circulan por Rosario. Sostenemos nuestra presencia como forma concreta y eficiente del cumplimiento de las normas», concluyó el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago.
Siempre según informaron desde la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana.
El jueves, agentes del municipio trasladaron al corralón local 21 vehículos, de los cuales 9 fueron por alcoholemia positiva y dos por el test de drogas.
El viernes por la noche los controles se dieron durante un procedimiento para desbaratar carreras de motos y autos en la zona norte. En total se remitieron 32 autos y 70 motos por diversas faltas a las normas de tránsito. Sólo 7 tuvieron que ver con alcoholemias positivas.
El sábado hubo 15 remisiones, 5 por irregularidades en documentación y seguridad, los restantes por alcoholemia. El nivel más alto de positivo fue de 1.74 gramos de alcohol por litro de sangre. También se registraron dos casos positivos del control de drogas.
El domingo por la mañana una serie de patrullajes preventivos completaron la cifra de infractores que debieron ver cómo los vehículos eran trasladados al corralón. El primero en avenida Belgrano y Buenos Aires y el segundo en avenida Pellegrini y Crespo.