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Agua que no has de beber, tampoco la dejes correr

El Concejo aprobó una inédita ordenanza para el lavado de veredas. Habrá una campaña y después, multas.

Por: Diego Montilla

Un verano distinto. A tono con la alarma y la racionalización a la que apelaron varias provincias el año pasado para enfrentar lo que se recuerda como la peor sequía en medio siglo, el Concejo Municipal aprobó una inédita ordenanza que regula el uso de agua corriente para el lavado de veredas. Mientras desde Aguas Santafesinas (Assa) adelantaron a este diario que en poco tiempo más se realizará una campaña intensiva para que la población tome conciencia sobre la imperiosa necesidad de no derrochar el vital elemento, especialmente de cara a la temporada donde reinan las altas temperaturas. “La idea es trabajar en conjunto con la Municipalidad para generar conciencia en la población”, explicó el gerente de relaciones institucionales de la empresa reestatizada, Guillermo Lanfranco. Por si la campaña no alcanza, la nueva normativa prevé la aplicación de multas para aquellos que la incumplan.

En el Palacio Vasallo se aprobó un proyecto de la concejala Viviana Foresi que establece que el lavado de veredas se debe realizar de manera obligatoria empleando baldes o con mangueras provistas con sistema de corte, para de ese modo racionalizar el uso del agua. Además, se estableció la aplicación de sanciones previstas por el Código Municipal de Faltas a aquellos propietarios, comerciantes o frentistas que no cumplan con la reglamentación.

Según Assa, para cubrir las necesidades básicas de la población alcanzan entre 20 y 50 litros de agua por día y por habitante. Sin embargo, en la actualidad, en la Argentina el promedio de consumo diario –o más exactamente, el gasto– de agua per cápita ronda los 400 litros, y en Rosario los 350 litros. La cifra es mucho más alta que en los países centrales, en los cuales el gasto se estima en 300 litros por día y por persona, y ni que hablar del que recomienda la Organización Mundial de la Salud: con el objeto de cuidar el vital elemento, pide no utilizar más de 80 litros.

Las cifras expuestas son, sin duda, incompatibles con el gasto inútil que representa agua corriendo. “Está comprobado que una manguera abierta durante una hora derrocha unos 500 litros de agua –equivalente al consumo diario de dos o tres personas– por lo que ahora, con la regulación de esta práctica, se prevé un considerable ahorro del recurso”, según se destaca en la iniciativa.

“Con la aporbación de la ordenanza, quedó derogado el Decreto Nº 2964/77, sancionado durante la última dictadura cívico-militar. Si bien el texto de este decreto aborda cuestiones vinculadas a la problemática de la disposición de residuos en sus primeros artículos, el espíritu de la nueva ordenanza es avanzar sobre aquellos artículos que regulan el tema del lavado de veredas y aceras en la ciudad de Rosario, a los fines de adecuar dicha regulación a las premisas de «preservación» y «racionalización» de los recursos naturales, entre los cuales el agua forma parte”, se remarca.

Lanfranco indicó que se llevará adelante durante un mes una campaña de difusión y concientización que buscará un “cambio de hábito” en la población. “Vamos a hacer especial hincapié en la necesidad de usar un balde para limpiar la vereda o la manguera con «pistola» de agua. Tenemos previsto en un primer momento distribuir estos dispositivos de manera gratuita. Igualmente el costo es menor, estamos hablando de 11 o 12 pesos en una ferretería. Esto actúa mediante una especie de gatillo que deja salir el agua y de esa manera se evita el tremendo derroche de una manguera prendida”, explicó.

Lanfranco insistió en que los 500 litros por hora que salen de una manguera abierta significan un derroche inadmisible: “Significa el consumo diario de dos o tres personas, mientras que usando un balde uno gasta unos 50 litros, es decir diez veces menos”·.

Ante ello, propuso dar un paso atrás en el tiempo: “Hay que pensar en que antes se decía: «Me voy a baldear la vereda», y realmente se usaba el balde. El uso de la manguera se convirtió en una mala costumbre. Esto es algo que hay que modificar de manera urgente”, remarcó.

Con todo, en otra parte de la ordenanza aprobada por el Concejo, se informa que la Comisión Mundial del Agua estima que “el uso del recurso hídrico agua aumentará en un 50 por ciento en los próximos treinta años” y que ello generará “importantes restricciones al acceso de agua potable por parte de un número elevado de la población mundial”.