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Agustina Donato: «Hace un tiempo era impensado que nos tengan de ídolas y hoy es una realidad»

La delantera de Central contó lo que sucede cada vez que las Guerreras son locales: el amor de las pequeñas hinchas que se acercan a que les firmen las camisetas y sacarse fotos. Ante Boca, en el Gigante, dijeron presentes 4000 personas

Mía tiene 13 años y se seca las lágrimas pegada a su mamá. Está en la puerta del estacionamiento por el que se ingresa al predio que Central tiene en barrio Arroyito. Mía llora de emoción porque Lara López le firmó la camiseta. Lara tiene apenas unos años más que Mía, 20, y es goleadora de Central en el Campeonato YPF con 9 tantos. Mete goles de todos los colores. Mía es su fan número uno.

Falta poco para que empiece el partido. Central y Boca animan el cruce de la fecha 13 del Campeonato YPF. El quinto torneo desde que el fútbol femenino es profesional, tiene al Xeneize, la UAI y el club rosarino como protagonistas. Los tres están peleando por el título, tal vez por eso se pueden ver mucho más público que en anteriores partidos jugados en el Gigante.

Durante la semana previa, figuras del equipo masculino invitaron a los hinchas a acercarse al estadio. Ignacio Malcorra, Facundo Mallo y Jorge «Fatura» Broun lo hicieron mediante unos videos que circularon en las redes sociales de Central.

En paralelo, hinchas de Boca desde Buenos Aires invitaban a viajar los 400km para acompañar a su equipo a Rosario. Muchos dijeron presente en la platea baja Cordiviola, lugar indicado para los hinchas visitantes.

En frente, en la platea que da espaldas al río Paraná, también se empieza a llenar. Los hinchas canallas, esta vez, se coparon y en la tribuna que siempre está llena por familiares y amigos de las jugadoras, ahora se intercalan hinchas “sueltos”.

El partido termina a favor de Boca 2-0 y Central ahora está segundo en la tabla. Los hinchas desalojan la cancha. Algunos se quedan y tiran camisetas al campo de juego. Valentina Mana, Lara López, Agustina Donato y Vanina Correa son las destinatarias de la lluvia de casacas. Se sientan en el piso y empiezan a firmar. La fibra pasa de mano en mano y las camisetas siguen llegando.

“No lo viví en otro lado”, dice Donato, delantera de Central que jugó en Deportivo Morón, Platense y El Porvenir. “Me parece una locura que habla un poco de lo gigante que es esta institución, lo que mueve y lo que genera. No deja de sorprenderme y lo disfruto mucho, lo vivo con mucha alegría y emoción, por eso trato de siempre acercarme más allá del resultado a devolver un poco de todo el cariño que nos dan cuando nos van a ver. Ver una nena que se muere por darte la mano, que te piden hasta la gomita del pelo para llevarse, es loquísimo”, agrega, y continúa: “Hace un tiempo era impensado que nos tengan de referentes o de ídolas y hoy es una realidad”.

“Fue espectacular, emocionante. Sabíamos que iba a venir mucha gente porque era un partido importante pero supero todas las expectativas. Se hicieron sentir muchísimo, te motiva un montón y obviamente también te duele más no haber podido darles una alegría en el resultado pero nos hace redoblar los esfuerzos para lo que viene. Sentimos que logramos ilusionar a nuestra gente con la campaña que estamos haciendo y es algo hermoso que nos acompañen”, cierra las declaraciones un día después del partido.

Las fotos replicadas en redes sociales de niñas con jugadoras del semiprofesionalismo se viralizan. En paralelo, el clásico entre Estudiantes y Gimnasia de La Plata se juega en un predio del Pincha, no en la cancha principal. La gente va igual y lo ve detrás de un alambrado. No son seguramente la cantidad de personas que irían si se jugara en el estadio. En Central, el sábado el Gigante se volvió a abrir – ya es costumbre – y según le informaron desde el club a este diario, se acercaron cerca de 4000 personas. Es récord en el fútbol rosarino. No hay registros de otro partido tan concurrido en un estadio de fútbol en Rosario como el de Central ante Boca. Ojalá sea el primero de muchos.

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