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Ahora la movilización del 22 es un problema para la CGT

Rumores indican que fuertes sectores buscan desactivarla al interpretar que hubo apoyo al gobierno en las Paso.

Tensión sindical. A horas de las elecciones primarias en la plana mayor de la CGT se puso en tela de juicio la movilización del próximo martes 22. Así lo confirmó, por la negativa, la furia de distintas federaciones sindicales a nivel nacional, que ayer salieron a exigir a la cúpula de la central obrera que ratifique la protesta, entendiendo que ninguno de los problemas que se arrastraban antes de la votación dejó de serlo en las horas siguientes, en las que en cambio aparecieron más, como el temor a una profundización en el desmantelamiento de la ya desguazada red ferroviaria. En ese marco, conducciones de distintos sindicatos de Rosario y la región salieron a apuntalar la protesta, incluso algunos de ellos a contramano de sus mesas nacionales, que no admitieron pero tampoco contradijeron los rumores de una marcha atrás.

La lectura del resultado de las Paso con un fuerte acompañamiento al gobierno nacional –y presumiblemente la suma de una fuerte presión oficial– pusieron contra las cuerdas al numeroso núcleo sindical que tributó al massismo, formación que quedó lejos de cosechar los votos que esperaba. En ese escenario cobró fuerza aparente el sector que en forma directa respalda al gobierno de Cambiemos, referenciado en el Partido FE del fallecido gremialista rural Gerónimo Venegas, y en las 62 Organizaciones, –Peones Rurales, Vidrio, Vestido, entre otros– con anunciado retorno a la CGT después de las Paso.

En ese escenario volátil, los Gordos, como se llama a los grandes gremios del Estado y los servicios –UPCN, Mercantiles, Obras Sanitarias– y los independientes –Uocra, Taxistas– se reunían anoche para fijar posición: aunque ésta es conocida y de rechazo a un nuevo paro general y aun a una protesta en la calle, la decisión podía ser la de hacerla pública y sostenerla. La cuestión no es menor, involucra a las conducciones nacionales y a las de las grandes seccionales de cada gremio, en algunos casos con distancia creciente.

Las primeras réplicas llegaron desde el ala cegetista más enfrentada con el gobierno nacional, la Corriente Federal de Trabajadores que encabeza el bancario Sergio Palazzo, que exigió ayer al consejo directivo de la central obrera “la inmediata ratificación” de la movilización del 22 hacia la Plaza de Mayo, “en cumplimiento del unánime mandato del plenario de secretarios generales del 28 de julio último en el Club Ferrocarril Oeste”.

El espacio, que integran, entre otros, los gremios de Televisión, Atilra, Molineros, Farmacia y Sadop rechazó todo cambio de agenda: “Sería un mamarracho” y “un hecho insólito”, sostuvo la Corriente. Y subió la apuesta reclamando que la CGT convoque de nuevo al comité central confederal para el miércoles 23, “para determinar la fecha de una huelga nacional y un subsiguiente plan de acción en demanda de cambios en la estrategia económica, la aplicación de una emergencia sociolaboral; la adopción de medidas de protección de la industria nacional y el absoluto cumplimiento de la legislación laboral vigente”.

Rosario empuja a la Plaza

Los rumores de Buenos Aires no cayeron bien en el sindicalismo local, donde la coincidencia fue ratificar la movilización.

Desde La Bancaria, Matías Layús, ratificó que su gremio a nivel nacional sigue convocando a la movilización. “El sindicalismo debe seguir siendo el mismo más allá del resultado electoral. Nosotros debemos seguir defendiendo los intereses de los trabajadores oponiendo a políticas que afectan directamente a la clase obrera. Es vergonzoso que ahora gremios estén diciendo que no movilizarán”, sostuvo, a la par que ratificó la convocatoria a “seguir movilizado y resistiendo las políticas antiobreras”

Por su parte, el titular de Recolectores, el moyanista Marcelo “Pipi” Andrada, también reclamó movilización y, después paro. “No se deben confundir los resultados de las Paso. A nosotros todos los días hay compañeros trabajadores que nos dicen que no les alcanza el salario y hasta tienen miedo de perder su trabajo. Los gremios que no movilicen tendrán sus razones pero nosotros ratificamos la medida”, sostuvo.

En tanto, Oscar Barrionuevo, de Obras Sanitarias, se despegó de los titubeos de la federación Fentos: “Los gremios que decidan no movilizar se entregan directamente al poder político. Tenemos el legado de defender a los trabajadores que están cotidianamente siendo agredidos por las políticas del gobierno nacional; por eso debe ratificarse la movilización”, sostuvo.

Y, en clara presión hacia adentro, lanzó: “Los gremios que no vayan deberán luego explicarles a sus bases de sus conductas”.

En análoga posición se encolumnaron Leandro Bond, de Sutracovi. “Confirmamos que participaremos de la movilización. Desconocemos que haya interés en desactivarla”, dijo el titular del gremio de Peajes. Y Claudio García, de Encargados de Edificios (Suteryh), ratificó: “El sindicalismo siempre fue la columna vertebral de la defensa de los trabajadores y así debe mantenerse. Hoy no nos pueden distraer con temas que no sea la protección de los puestos de trabajo”.

El Sindicato de Propaganda Médica, que conduce Jorge Martín en Rosario, también dijo “desconocer” que se intente desactivar la movilización del 22. “Nosotros participamos en conjunto con unos cuarenta gremios que ratificamos la presencia en la movilización. Los motivos por los cuales se convocó a la movilización siguen siendo agenda y preocupación del movimiento obrero como el tarifazo, los despidos, el cierre de empresas, la caída del salario”, describió.

Por su parte, Claudia Indiviglia, del sindicato Norte, ratificó su adhesión a la movilización aunque puso en duda que se haga. “No confío en este triunvirato”, dijo.

Finalmente, el titular del Sindicato Químico de San Lorenzo, Julio Barroso, además de ratificar la protesta, contradijo la lectura “oficialista” de las Paso. “En los distritos que tienen trabajadores industriales en mayor número han rechazado el ajuste, la vuelta al desempleo, a la precarización laboral”, interpretó. Y ratificó que “en Santa Fe el 70 por ciento le dijo No a la miseria planificada”.

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