La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) ensalzó el apuro que mostraron en las últimas semanas bancos privados que operan en la plaza provincial por cumplir con la línea de crédito para la inversión productiva que impulsa el Banco Central, y que establece que las entidades deben prestar al sector fabril el 5 por ciento del total de sus depósitos a una tasa promedio anual del 15 por ciento, con un plazo mínimo de pago de tres años. “Ahora los bancos nos llaman para ofrecernos créditos”, destacó Carlos Capisano, del Centro Industrial de Las Parejas. “Son préstamos que los bancos privados están obligados a dar antes de fin de año para la compra de bienes de capital, aunque también se necesitarían para capital de trabajo”, indicó Guillermo Moretti, vicepresidente de Fisfe.
Así, la política de financiamiento de la banca privada santafesina parece ir dando un viraje con respecto a lo ocurrido en el primer semestre del año, donde el saldo de préstamos a la industria manufacturera provincial, según Fisfe, alcanzó a 4 mil millones de pesos, apenas el 18 por ciento del total de empréstitos bancarios otorgados en la provincia.
“Saben que el Estado nacional los está monitoreando y empujando a que presten a la actividad productiva, especialmente al segmento de pequeñas y medianas industrias”, sostuvo Capisano, para recordar luego la implementación de los Créditos del Bicentenario como otra palanca financiera orientada a la industria.
Fisfe se diferenció de sectores empresariales que vinculan estrictamente la competitividad fabril al valor del dólar. “La competitividad es sistémica”, dijo Moretti, y completó: “Si se ajusta el tipo de cambio, la inflación enseguida se va para arriba. Un tipo de cambio competitivo se va conformando a partir de una serie de factores”. Capisano, en tanto, recordó que “el Estado nacional creó una Secretaría de la Competitividad para analizar este tema de manera integral”.
El modelo
“Fisfe acompaña un modelo competitivo-productivo, con inclusión social ascendente”, dijo Moretti. “Queremos la industrialización del país porque es la única manera de generar empleo, y de calidad. En el modelo neoliberal, que usó tanto el peronismo como radicales y socialistas, nosotros quedábamos afuera”, recordó.
A su turno, Capisano opinó: “Con este modelo hay muchas coincidencias pero también tenemos críticas. La competitividad hay que buscarla con gestión e instrumentación para mejorar, porque las empresas están teniendo dificultades, pero no hay que olvidar que veníamos de un país donde se discutía si había que tener industria o no, cuando había que importar todo y había que mandar la materia prima al exterior sin valor agregado”.
Sobre las políticas proteccionistas que administra el gobierno nacional, como sustitución de importaciones o control cambiario, Moretti opinó: “Al no fabricar dólares entrás en un cuello de botella. Y cuando estás en un proceso industrial en crecimiento hay que cuidar los dólares, aunque esta política debería corregirse y aplicarse de otra manera”.
Actualidad industrial
En un contexto de desaceleración de la economía doméstica y de crisis internacional, la industria de la provincia exhibe realidades dispares. “Pese a la desaceleración en el nivel de actividad fabril, en la provincia no hubo destrucción de empleo”, resaltó Capisano. “Desde el punto de vista industrial vamos a terminar el año con un crecimiento entre el 3 y el 3,5 por ciento. La industria se ha desacelerado en función del fuerte crecimiento que tuvimos el año pasado. A la Argentina se le cayó Brasil encima, mercado donde exportamos el 66 por ciento de nuestros productos, pero vemos con optimismo la reactivación que se está dando ahora en ese país”, dijo Moretti.
“El sector de la industria que más tira es el automotriz, la variable que te hace crecer de manera exponencial. Fue uno de los sectores más perjudicados, pero después de algunos acuerdos se ve que en la segunda mitad del año está andando mejor. Y los sectores ligados al mercado interno siguen tirando para adelante”, consideró el dirigente de Fisfe y de la Unión Industria Argentina.
En la misma línea, Moretti añadió: “Pensamos que 2013 va a ser bueno, la economía latinoamericana se viene reactivando y la mayoría de nuestras exportaciones industriales van a la región”.
Uno de los escollos que mencionó el industrialista fue la variación de precios: “Hay un proceso inflacionario, nadie lo puede negar, aunque se ha mantenido el poder adquisitivo de los trabajadores, porque los aumentos salariales van por arriba de la inflación”