Tras la fuerte presión sobre las agencias de turismo y las casas de Bolsa que llevan adelante operaciones de fuga de capitales conocidas como “contado con liquidación”, ahora el Banco Central y la Afip pusieron el ojo sobre otra actividad: las cooperativas que actúan activamente en el mercado de descuento de cheques. El viernes pasado se desplegó un fuerte operativo en el microcentro porteño que apuntó a algunas entidades y operadores emblemáticos, con el objetivo de determinar si registran las transacciones, o si en realidad descuentan cheques y documentos que provienen de la economía informal. Pero, además, también hubo fuertes operativos en el interior durante la semana que pasó.
El motivo de esta ofensiva está directamente relacionado con la presión creciente que tiene el dólar en el mercado informal. Según coinciden en el mercado, la operatoria comercial en negro está creciendo por dos razones centrales: los comercios no quieren registrar a los trabajadores ante el contexto de creciente incertidumbre y el ingreso de mercadería ilegal (contrabando) en rubros como el textil, que por supuesto se realiza sin factura.
Según explicaron fuentes oficiales, en líneas generales se busca detectar operaciones que están fuera de la normativa cambiaria, pero de manera más genérica se habla de casos vinculados con “lavado de dinero”, que básicamente aluden a evasión impositiva. En estos casos, una vez que arranca la investigación también aparece la UIF (Unidad de Información Financiera), que se dedica específicamente a este tipo de delitos.
El aumento del ingreso de mercadería por contrabando en algunos sectores se relaciona con las dificultades cada vez mayores para que la Secretaría de Comercio Exterior apruebe las DJAI, es decir las declaraciones juradas anticipadas de importación. Sin ese visto bueno, no se puede ingresar mercadería legal al país. Por lo tanto, la salida es entrarla pagando el dólar paralelo, pero sin hacer frente a los impuestos relacionadas con la importación y la cadena de IVA que llega hasta el comprador minorista. Por eso, a pesar de pagar un dólar superior a 8,50 pesos, los números cierran.
Mercado negro
Claro que el aumento de la informalidad económica, que se estima con un piso del 35 por ciento, no hace otra cosa que alimentar la demanda del mercado paralelo. Los sectores comerciales que operan en negro compran dólares en el mercado informal y ante la falta de oferta impulsan hacia arriba la cotización. No se trata, claro, del único motivo por el que sube el blue ni mucho menos, pero es evidente que representa una parte de la demanda.
El viernes fue un día de tensión en el microcentro, con gran cantidad de inspectores y de policías desplegada en distintas oficinas para buscar información, talonarios de cheques y también detectar movimientos de cash. Se estima que este tipo de operativos podría continuar en los próximos días.
No se trata, en realidad, de una ofensiva aislada del gobierno. Hace casi un mes el Banco Central lanzó un fuerte operativo sobre las agencias de turismo, muchas de las cuales también operan como casas de cambio. El objetivo fue, en ese caso, detectar si se estaban realizando operaciones de compra de pasajes y paquetes truchos, es decir sin contrapartida, con el objetivo de fugar divisas. Ahora, cada operación se realiza con el detalle del nombre, el número de pasaporte y el destino del viaje del comprador. Además, la Afip estableció que la compra de cualquier paquete o pasajes al exterior lleve un recargo del 20 por ciento a cuenta del impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales. Claro que recién el año que viene el contribuyente podrá tomar a favor este pago adelantado.
Luego llegó el turno de las operaciones de “contado con liquidación”, es decir comprar acciones o bonos en el mercado local para transferir esos activos al exterior y cobrar allí en dólares. Hoy el tipo de cambio implícito de esta transacción ronda los 9 pesos por dólar. Las investigaciones apuntan contra algunas sociedades de Bolsa, como sucedió el viernes con Epsilon, una entidad acusada por la Afip, organismo a cargo de Ricardo Echegaray, de girar 30 millones de dólares bajo esta operatoria, lo que habría generado un delito de evasión cercano a los 200 millones de pesos.