Aire libre es el cuarto largometraje de la realizadora argentina Anahí Berneri (Por tu culpa, 2010; Encarnación, 2007; Un año sin amor, 2005) y tiene a Leonardo Sbaraglia, Celeste Cid y Máximo Silva en los roles estelares.
En un marcado tono de drama, Aire libre cuenta la historia de Lucía (Celeste Cid) y Manuel (Leonardo Sbaraglia) cuando comienzan a declinar indefectiblemente sus deseos compartidos. Casados y con un hijo de siete años, mientras Lucía fantasea con otros hombres, Manuel siente que su esposa dejó de admirarlo y comienza a derrumbarse anímicamente hasta un punto en que ya comienza una etapa de riesgo.
Por amor, o como antídoto ante la crisis de pareja, deciden embarcarse en un proyecto de vida fuera de la ciudad, apoyados en su pasión mutua por la arquitectura: una casita con parque, en contacto con la naturaleza. Así, venderán su departamento y se instalarán temporalmente en casa de la mamá de Lucía, cerca del terreno donde comenzarán a edificar el futuro.
Aire libre ejerce una esmerada precisión e intensidad en el tratamiento de los personajes, y la directora ya demostró ser una especialista en los detalles acerca del estado de ánimo con sus películas anteriores, donde describe distintas conductas abordando la interioridad de cada uno de ellos.
A lo que se agrega la disposición absoluta para desnudar cuerpo y alma al servicio del proceso de fastidio, distanciamiento, separación y desamor que transitan sus personajes.
De este modo, y por momentos, Aire libre se convierte en un pequeño ensayo sociológico que excede el fenómeno de la crisis de pareja y es a la vez un retrato generacional, una aproximación a cierto estereotipo de argentino, con sus clisés y sus muchas veces insoportables imposturas.
Aire libre se presenta así como una crónica de una familia en problemas. La directora puede tener sus simpatías pero no toma partido por nadie. Y si bien el niño es la principal víctima de unos padres confundidos en sus propios rumbos, tampoco se lo presenta como una víctima. Los comportamientos del trío son decididamente patológicos y la película no intenta disfrazarlos. Al contrario, más bien tiende a mostrar todos y cada uno de sus momentos oscuros.
Salas: Showcase, Monumental, Village, Del Centro