Por fin comenzó a funcionar la sala de hemodiálisis del Hospital Centenario. El propio ministro de Salud de la provincia, Miguel Ángel Cappiello, recorrió ayer el área abocada al tratamiento de 200 pacientes por mes que sufren de insuficiencia renal crónica, entre otras enfermedades. De esta manera, la provincia no dependerá de institutos privados para realizar estos tratamientos. Esta puesta en marcha llegó precedida de polémicas: el ministro confirmó que se iniciaron acciones legales para investigar el robo de cuatro computadoras que iban a equipar la sala.
A cinco meses de su inauguración oficial, el ministro Cappiello caminó ayer por la sala de hemodiálisis del Centenario. Si bien el funcionario marcó que siempre se realizó diálisis en la vieja sala del efector público, puntualizó: “Lo que hoy (por ayer) estamos viendo es que funcione como corresponde y empezar a trabajar con todos los pacientes que tenemos en el sector privado, porque esta sala fue concebida con esa finalidad, de que todos los pacientes de diálisis de la ciudad de Rosario se atiendan aquí”.
Según informaron desde el Centenario, la capacidad de la vieja sala de diálisis hacía que entre 14 y 15 pacientes fueran derivados a institutos privados para recibir estos tratamientos, por lo que la apertura de la sala representa un ahorro significativo en la arcas de la salud provincial. “Cada paciente en diálisis representa 5 mil pesos por mes para la provincia”, indicó en diálogo con El Ciudadano, Waldyr van Popelen, director técnico asociado.
Por otro lado, la activación de la sala significa un aumento de personal especializado para las tareas de diálisis. “Hemos hablando con el jefe del servicio porque hay que preparar a los técnicos. Ésta no es una especialización que no existe como carrera sino que son enfermeros que se preparan para realizar esta tarea”, dijo el ministro santafesino. La nueva sala podrá atender alrededor de 180 y 200 pacientes por mes. “Se van a incorporar pacientes de la diálisis peritoneal, que antes no se hacia acá. Para la cual el jefe del servicio ya había preparado dos técnicos”, señaló Cappiello.
El tratamiento de diálisis es de los más delicados con respecto a complejidad del paciente y requerimientos técnicos para asistirlo. “Es una sala que satisface técnicamente todos los requerimientos modernos en lo que respecta al tratamiento hemodialítico en todas sus formas para asistir a los pacientes que son tanto cerologicamente negativos como positivos para hepatitis C, B o eventualmente también para HIV”, explicó Van Popelen. “Hay pacientes que requieren 3 diálisis por semana y otros todos los días”, describió Van Popelen. De acuerdo a los datos aportados por el funcionario, una sesión de diálisis dura 4 horas, lo que constituye un turno. Con la nueva sala se podrá dializar 40 pacientes por turno. Durante un día normal se realizarían tres turnos.
Sala polémica
Desde que se inauguró en febrero pasado, la nueva sala de hemodiálisis parece haber servido como escenario de lucha de un conflicto gremial de los trabajadores del Hospital Centenario. La delegada de ATE y técnica en hemodiálisis, Adriana Lemos, dialogó con este medio y apuntó a UPCN, el otro sector sindical que reúne a los trabajadores del nosocomio provincial. “La realidad indica que la sala está siendo constantemente boicoteada para que no se inaugure”, dijo. “Si cualquiera preguntaba a la dirección, le iban a decir que había «problemas edilicios», porque no pueden hacerse cargo. Acá se cortó la cinta pero después no funcionó nunca”, arremetió Lemos.
Entre los hechos que rodean la sala se enumeran el robo de cuatro computadoras más un supuesto sabotaje de las cañerías. A fines del mes pasado, personal de la Dirección de Arquitectura e Ingeniería de la provincia detectó una serie de irregularidades en el desagüe de la nueva sala que habría sido causante de la inundación de ese lugar impidiendo la utilización de la misma. El personal del hospital había encontrado bolsas de nylon y ladrillos dentro de las cañerías.
El jueves pasado la conducción del hospital radicó una denuncia policial por el robo de cuatro monitores, tres teclados y cuatro mouses destinados a equipar la sala. Isabella Ciola, subdirectora del Centenario, indicó en declaraciones radiales que el sector de hemodiálisis tiene vigilancia las 24 horas y las computadoras robadas estaban bajo dos llaves: la de la puerta de la sala y una segunda de un lugar donde estaban guardados los bultos cerrados. De acuerdo a trabajadores del efector público, el hurto de los nuevos equipos se habría producido durante la noche y según, aclararon los delegados sindicales, “el personal técnico y de enfermería no tiene acceso a la nueva sala”.
“Nosotros presumimos que hay una persecución contra esta sala. No sé si es la interna gremial. Como especulación puede ser. Me resisto a pensar que gente que trabaja en este lugar atente contra el mismo de una forma tan cruel. Porque esto no es una fábrica, no hacemos tornillos. Acá atendemos a personas de las más necesitadas, que no pueden atenderse en otros lugares”, reflexionó Van Popelen al respecto. Cappiello en tanto dijo: “Antes de estos hechos nosotros hicimos una denuncia contra el hospital por faltante de 6 millones y también se había incendiado intencionalmente la administración”. De acuerdo al ministro, se han realizado las denuncias –derivadas al Juzgado de Instrucción 13 y Fiscalía 4, por razones de jurisdicción– y sumarios administrativos pertinentes.