Al menos 22 muertos y cerca de 800 heridos provocó un sismo que afectó a Turquía y Grecia y que llegó a causar un pequeño tsunami dado que su epicentro estuvo en el Mar Egeo.
El movimiento telúrico, que se sintió en Estambul y Atenas, tuvo lugar poco antes de las 6 hora argentina en el mar Egeo, al sudoeste de Esmirna, tercera ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos.
La magnitud del sismo, que se produjo a una decena de kilómetros de profundidad, fue evaluada por el Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS) en 7, y en 6,8 por las autoridades turcas, según informó la agencia AFP.
En Bayrakli, en la provincia de Esmirna, los equipos de rescate, con perros rastreadores, intentaban llegar a las víctimas y posibles supervivientes entre una masa de vigas retorcidas y grandes trozos de hormigón, los vestigios de un inmueble de siete pisos colapsado.
La Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD) turca confirmó 20 muertos y cerca de 800 heridos.
En Grecia fue la isla de Samos, en el archipiélago del Dodecaneso (sureste), la zona más afectada: dos jóvenes perdieron la vida por el derrumbe de un muro y nueve personas resultaron heridas, informó la cadena pública ERT.
«Fue el caos, nunca hemos vivido eso… Hasta ahora no tenemos víctimas. Algunos edificios han sido dañados, una iglesia en particular», situada en el puerto de Karlovassi, declaró Giorgos Dionysiou, el vicealcalde de Samos.
El sismo provocó una subida del nivel del mar que inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada en el epicentro. La marejada también barrió las costas de la isla de Samos.
La costa turca, con gran densidad de población, resultó la más afectada. Unos 17 edificios se desplomaron. Según el gobernador de Esmirna, cerca de 70 personas habían sido rescatadas de los escombros.
El movimiento telúrico se sintió también en Estambul, capital económica del país enlutada hace 20 años por un potente terremoto. Pero no se constató ningún daño, señaló el funcionario.
«Todas nuestras instituciones comenzaron a desplazarse al lugar para iniciar los esfuerzos necesarios», declaró el presidente Erdogan, en Twitter.
Tanto Turquía como Grecia están situadas en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. En Turquía, en los últimos años, además del sismo de 1999, en 2011, un terremoto de 7,1 en la provincia de Van dejó más de 600 muertos, y el pasado enero uno de 6,7 dejó unos 40 muertos en la provincia de Elazig (este).
En Grecia, el último sismo mortal tuvo lugar en julio de 2017 en la isla de Cos, cerca de Samos, en el archipiélago del Dodecaneso, y causó dos fallecidos.