Se acordó tarde de que podía ganarlo, aunque es imposible negar una cosa: Central sabe muy bien a lo que juega.
Edgardo Bauza plantó dos líneas de cuatro bien definidas y apostó el error del rival…y su desesperación. Y casi le sale. Porque a pesar de la pasividad que mostró el Canalla en la etapa inicial y en el primer tramo del complemento, la tapada de Aguerre a Herrera podría haber sentenciado la historia a favor de un Central que con muy poco casi se lleva mucho del Parque Independencia.
En el debe quizá le queda lo que tardó en sacar a un inexpresivo Allione por Maxi Lovera, quien con un ratito en cancha nomás le alcanzó para dejar en ridículo a Mariano Bittolo cada vez que lo encaró. Es cierto que el punto de visitante siempre sirve, pero esta vez quedó flotando la sensación de que le faltó ambición al Patón para ir a buscar antes el gol del triunfo.