El número dos de la organización fundamentalista Al Qaeda emitió ayer un mensaje con motivo del noveno aniversario de los atentados del 11-S en Estados Unidos, en el que criticó y calificó como “falsos islamistas” a los grupos y clérigos partidarios de dialogar con Occidente.
“Los mayores criminales en Occidente buscan para sí mismos y sus cómplices el apoyo de aquellos clérigos a los que sólo les importa su salario y el puesto que ocupan”, sostuvo el egipcio Aiman al Zawahiri en el mensaje de audio emitido en webs islamistas. Agregó que esos falsos islamistas son “tan peligrosos” como los musulmanes seculares y los no creyentes.
Al Zawahiri, considerado lugarteniente del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, criticó también a la Hermandad Musulmana, que en muchos países árabes aboga por una “islamización del Estado por medios pacíficos”.
La voz que se escucha en el mensaje, que suena igual que otros comunicados anteriores de Al Zawahiri, criticó también al ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea) el egipcio Mohammed al Baradei, al que acusó de “agente de Estados Unidos”.
En su mensaje de voz, Al Zawahiri aludió también a las graves inundaciones que asolaron Pakistán y aseguró que Washington está tratando de evitar que Al Qaeda y sus aliados presten ayuda a los necesitados, al tiempo que advirtió a los paquistaníes contra las ayudas de los soldados de la Otán.
A su vez arremetió contra el gobierno en Pakistán, al que acusó de ser leal a Washington y al que responsabilizó de la devastación en el país y de las numerosas muertes que dejaron a su paso las inundaciones.
“La principal preocupación de la clase dirigente en el gobierno y el Ejército de Pakistán es llenar sus cuentas bancarias domésticas y en el exterior con dólares y si fuera por ellos, Pakistán y su pueblo pueden irse al infierno”, sentenció el mensaje de voz.
El gobierno estadounidense busca a Al Zawahiri, nacido en El Cairo y apodado Doctor Muerte, por su implicación en el “terrorismo internacional”, incluidos los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York Washington y Pensilvania que causaron 3.066 muertos, cifra que se eleva a cinco mil contando a los que fallecieron después como consecuencia de estos ataques.