Sólo el 5 por ciento de las mujeres que retoman su actividad laboral luego de su licencia por maternidad mantienen la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de su bebé, según lo reveló una encuesta publicada recientemente.
Entre las mujeres que abandonan la lactancia con la actividad laboral, el 78 por ciento lo hace en las primeras semanas de retorno al trabajo.
La encuesta, que fue realizada por Opinaia, observó que 1 de cada 4 mujeres en la Argentina tiene dificultades para combinar la lactancia con el trabajo.
El sondeo incluyó a más de 400 madres de entre 20 y 40 años y los datos mostraron lo siguiente:
El 34 por ciento de las mujeres abandona la lactancia al volver a trabajar.
Entre las mujeres que abandonan la lactancia con la actividad laboral, el 78 por ciento lo hace en las primeras semanas de retorno al trabajo.
Sólo el 5 por ciento de las mujeres que retoman su actividad laboral luego de su licencia por maternidad, mantienen la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de su bebé.
Un 9 por ciento discontinúa la lactancia antes de comenzar a trabajar nuevamente.
Un 42 por ciento discontinúa la lactancia mientras trabaja.
Un 45 por ciento de las mujeres mantiene la lactancia en su regreso al trabajo pero la combina con leche de fórmula infantil o leche de vaca.
n En el 50 por ciento de las mujeres la edad del bebé una vez que regresa a trabajar es de 4 meses.
Los datos de la encuesta muestran que en general la lactancia es un período natural con asociaciones fundamentalmente positivas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la lactancia materna reduce la mortalidad infantil y tiene beneficios sanitarios que llegan hasta la edad adulta.
Se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida y a partir de entonces su refuerzo con alimentos complementarios al menos hasta los dos años.
La leche materna promueve el desarrollo sensorial y cognitivo, además de proteger al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas.
La lactancia natural exclusiva reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía, y favorece un pronto restablecimiento en caso de enfermedad.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2007) si bien el 95,4 por ciento de los niños inician su alimentación mediante lactancia materna, a medida que transcurren los meses esta práctica comienza a perderse.
Así, a los dos meses, el 57 por ciento de los niños se alimenta exclusivamente con leche materna, a los cuatro meses el 46 por ciento, y a los seis meses, sólo el 36 por ciento.
Esto significa que la lactancia exclusiva disminuye casi un 40 por ciento en los primeros dos meses de vida.
Si por distintas circunstancias no se logra continuar con la lactancia materna, lo ideal es consultar con el pediatra. En este caso se indicará una fórmula infantil, que toman como modelo la leche humana.
Contienen vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, nucleótidos, prebióticos, etcétera; adecuados para el crecimiento y desarrollo del bebé.
Los datos de la encuesta de Opinaia mostraron que el 37 por ciento de las madres argentinas encuestadas alimentaron con leche de vaca a sus bebés antes del año, señalando como principales motivos la dificultad para amamantar y el hecho de que les resulta más económica que las de fórmula infantiles.
Según la OMS, la leche de vaca no debería introducirse en la alimentación de un niño menor de un año; ya que contiene excesiva cantidad de proteínas (que en edades tempranas contribuye a la obesidad), alto contenido de sodio, y escasa cantidad de hierro y de ácidos grasos esenciales.
La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics) afirma además que las proteínas y las grasas de la leche de vaca son más difíciles de digerir y absorber por parte del bebé.
“Ante la imposibilidad de la lactancia materna, se recomiendan las fórmulas infantiles como una opción segura”, confirmó la doctora Meni Battaglia pediatra y vocera de ANI (Asociación de Empresas de Nutrición Infantil).
Los datos de la encuesta advierten sobre una percepción equivocada en cuanto al costo de las fórmulas infantiles, ya que el precio de estos productos es en general equivalente al de los alimentos del día a día de la mesa familiar.
“El costo de las fórmulas infantiles suele ser una de las principales razones por las que las madres prefieren el uso de leche entera de vaca (LEV) en menores de un año. Pero es importante tener en cuenta que el consumo de este tipo de leche, a esta edad puede traer implicancias negativas en la salud de los niños, como anemia, sobre carga renal, lesión intestinal, etcétera”, aseguró Luciana Meni Battaglia.