Corea del Norte anunció ayer que efectuó de manera “exitosa” su cuarta prueba nuclear, la primera en la que utiliza una bomba de hidrógeno (conocida como la bomba H), lo que desató la alarma de varias potencias que acusaron a Pyongyang de escalar peligrosamente su actitud desafiante y generó una contundente condena del Consejo de Seguridad de la ONU.
Pese a la alarma internacional, el gobierno de Estados Unidos afirmó que el “análisis inicial” realizado por sus especialistas cuestiona el anuncio de Corea del Norte y sugiere que la prueba no fue exitosa.
“El análisis inicial no es consistente con las afirmaciones de Corea del Norte del éxito de la bomba de hidrógeno”, deslizó el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, en una conferencia de prensa.
La desmentida de Washington, sin embargo, no logró opacar el golpe mediático logrado por Pyongyang, teniendo en cuenta también que el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) detectó un terremoto de magnitud 5,1 en el noreste norcoreano, en el área de Kilju, donde Pyongyang había llevado a cabo sus tres pruebas nucleares anteriores.
Corea del Norte “se integró con confianza a las filas de las potencias nucleares poseedoras de bombas de hidrógeno al ejecutar a la perfección una prueba histórica de una bomba H miniaturizada”, aseguró, triunfante, la locutora de la cadena de televisión norcoreana Ri Chun Hui.
La detonación de la bomba de hidrógeno, considerablemente más potente que las atómicas lanzadas por Estados Unidos contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, sorprendió incluso a China, principal aliado del gobierno de Kim Jong-un.
Poco después del anuncio que desató alarma en varias capitales, los gobiernos de Estados Unidos y Japón solicitaron una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para imponer más sanciones a Pyongyang.
Tras un encuentro a puertas cerradas, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el ensayo nuclear, lo calificó como una “clara violación” de resoluciones pasadas del órgano y anunció que trabajará “inmediatamente” para adoptar un texto que dé cuenta de este repudio y la preocupación que existe en la comunidad internacional.
El anuncio fue hecho por el embajador de Uruguay ante la ONU, Elbio Rosselli, cuyo país preside el consejo este mes, en una declaración que leyó al final de una reunión de emergencia realizada ayer por ese órgano de Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad ya había reaccionado con palabras similares a las tres pruebas realizadas con anterioridad por Corea del Norte en 2006, 2009 y 2013.
En sus resoluciones finales impuso fuertes sanciones al país asiático que limitan de forma estricta sus transacciones internacionales y agudizan su aislamiento económico.
Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea) dijo que si se confirma que efectivamente se realizó la prueba, ello supondría una “clara violación” de las resoluciones de la ONU, mientras que Washington adelantó que en ese caso responderá “apropiadamente”.
“Continuaremos protegiendo y defendiendo a nuestros aliados en la región, incluida la República de Corea (Corea del Sur), y responderemos apropiadamente a todas y cada una de las provocaciones de Corea del Norte”, dijo ayer el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, condenó “enérgicamente” el nuevo ensayo nuclear norcoreano, y aseguró que su país dará una “firme respuesta” ante lo que considera una “grave amenaza” para su seguridad que no va a “tolerar de ninguna manera”.
Corea del Sur se sumó a la ola de críticas y anunció que “condena enérgicamente a Corea del Norte por llevar a cabo una cuarta prueba nuclear en una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad”, según expresó la cancillería de este país en un comunicado.
Pero la condena más sorprendente llegó desde China, aliado de Corea del Norte, que rechazó con firmeza el ensayo atómico y pidió al gobierno de Pyongyang que “mantenga su compromiso con la desnuclearización de la península coreana”.
La portavoz de la cancillería, Hua Chunying, anunció que Beijing llamará a consultas a un representante norcoreano, sin detallar si sería el embajador y leyó una declaración en la que, además de expresar el rotundo rechazo de su gobierno, aseguró que “China no sabía nada” con antelación al ensayo.
El tono de esta declaración es el más duro mostrado en mucho tiempo por China hacia Pyongyang que, aunque tiene en Beijing a su principal apoyo político y económico, la relación bilateral no pasa por su mejor momento.
El ensayo se produjo a solo dos días del cumpleaños del líder supremo norcoreano, Kim Jong-un, y luego de que el propio Kim afirmara algo menos de un mes atrás que su país ya cuenta con la bomba H, declaraciones que fueron recibidas con escepticismo entre los expertos occidentales que, hasta ayer, interpretaban que Pyongyang aún no contaba con una tecnología lo suficientemente avanzada.
Más potente que su “hermana” atómica
Al igual que la bomba atómica, la de hidrógeno es una bomba nuclear, ya que su energía viene de radiaciones nucleares. Sin embargo, la forma en que liberan esa enorme cantidad de energía es diferente; por lo que la bomba H desata un poder entre cien y mil veces mayor al ser detonada.
La principal diferencia entre ambas es que la bomba atómica usa la fisión nuclear, que parte un átomo en dos más pequeños para crear energía. En cambio, la de hidrógeno usa la fusión, es decir que fusiona dos o más átomos en uno más grande.
Además, la bomba de hidrógeno tiene en su interior un arma de fisión que se usa para desencadenar la energía liberada por la fusión. Las armas de fusión solamente pueden ser detonadas con una enorme cantidad de energía que sólo puede desatar una bomba atómica. En otras palabras, una bomba atómica debe ser detonada para desencadenar la reacción de fusión nuclear que alimenta a la bomba H, que toma su nombre por el hidrógeno que usa para la fusión.
La primera bomba de este tipo fue detonada en Eniwetok (en islas Marshall) el 1° de noviembre de 1952, durante la prueba Ivy Mike, con marcados efectos en el ecosistema de la región. La temperatura alcanzada en el lugar de la explosión fue de más de 15 millones de grados, tan caliente como el núcleo del Sol, por unas fracciones de segundo.