El presidente Alberto Fernández afirmó que «el discurso del odio y las expresiones violentas fueron volviéndose moneda corriente» y advirtió que «la Argentina está lastimada» tras el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
«Desde hace muchos años observamos cómo el discurso del odio y las expresiones violentas fueron volviéndose moneda corriente entre nosotros», enfatizó Fernández al participar del cierre de la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) en La Rural.
En ese marco, el jefe de Estado precisó: «La Argentina está lastimada. No es para menos. La memoria democrática no recuerda una imagen tan tremenda como aquella que vimos cuando alguien amartilló una pistola a escasos centímetros de la cabeza de nuestra vicepresidenta».
«Haya sido como consecuencia de un milagro o de una falla mecánica, el homicida no logró su objetivo y eso nos alienta hoy a poder reflexionar sobre lo ingrato del hecho que deja al descubierto el tiempo en el que vivimos», enfatizó.
Además, el Presidente destacó que «quien intentó llevar adelante un magnicidio no es un monstruo escapado de alguna tierra lejana, ni viene de otra galaxia, ni nació marcado para ser asesino».
«Es uno de nosotros. Un joven, un miembro de nuestra nación, nuestra comunidad, nuestro país, que un día se ubicó fuera de los márgenes de la democracia, lleno de odio, de violencia, de rencor, y rompió nuestro acuerdo de convivencia, nuestro pacto democrático», subrayó Fernández.
Al hablar ante empresarios, el mandatario Fernández exigió «no darle espacio a los cultores del odio» y cuestionó el accionar del fiscal federal Diego Luciani en la causa Vialidad contra la vicepresidenta.
«Un fiscal acusa a una expresidenta. Más allá de la liviandad jurídica que exhibe, solo es una acusación y, por lo tanto, la ‘acusada’ merece ser considerada inocente porque ninguna sentencia judicial la ha condenado», indicó el Presidente.
Y continuó: «Sin embargo, ello basta para que dirigentes opositores alcen discursos impiadosos en redes sociales y en medios de comunicación y para que un diputado se monte en el hecho reclamando la pena de muerte para la acusada. Así construyen las ‘condenas sociales'».
Condena de Alberto Fernández a los discursos del odio
En referencia al intento de asesinato de Cristina Kirchner, Alberto Fernández precisó: «Hoy tenemos dos certezas que nos deparan algo de alivio. La primera, es que Cristina está viva. La segunda, es que quien empuñó el arma asesina está detenido, siendo investigado por la justicia».
En ese sentido, cuestionó que «alguien expresa en un almuerzo televisado que una ex presidenta es el cáncer de la Argentina y todos siguen comiendo como si nada grave se hubiera dicho», además de lamentar que «unas decenas de personas cuelgan bolsas mortuorias de las rejas de la Casa de Gobierno».
«A cada una de ellas le ponen nombre y apellido para que la intimidación surta efecto. Algunos medios de comunicación corren presurosos para difundir la escena y hasta lograr los testimonios de los autores del montaje, extraño modo de llamar a la barbarie«, agregó.
En una nueva crítica a los medios de comunicación, puntualizó: «Un diario de alcance nacional anuncia en tapa a cuatro columnas que los patrimonios del Presidente y de la vicepresidenta se triplicaron de un año para el otro. La información es aviesamente falsa. Pero eso no importa porque el objetivo no es informar, si no solo generar indignación en quien lo lee».
«¿Cómo fue que ocurrió que los argentinos acabamos por naturalizar tanta infamia? ¿Cómo fue que sucedió que la decrepitud de los discursos antidemocráticos acabara cooptando los espacios mediáticos y las redes sociales? ¿Cómo fue que un diputado nacional convoque al enfrentamiento de un pueblo afirmando ‘son ellos o nosotros’?», se preguntó el jefe de Estado.
No todos son iguales
En otro tramo de su discurso, el mandatario puso el énfasis en aclarar que en una sociedad no todos son iguales: «No todos expresamos los mismos intereses. Diferimos en cuestiones políticas, religiosas y en muchos otros temas. La diversidad es constitutiva de una sociedad y el respeto a la diversidad es la regla que en democracia se impone«.
«Sabemos en consecuencia que hay quienes piensan como nosotros y hay quienes no. Pero aun sabiendo eso, lo que sí no debemos poner en tela de juicio, es que en una sociedad todos estamos incluidos y todos debemos respetar y ser respetados en nuestra individualidad«, manifestó.
También recordó que la democracia «el año entrante cumplirá cuarenta años de vigencia ininterrumpida ha costado mucho» y argumentó: «La pagamos con vidas, con desapariciones, con torturas, con exilios y con muchas otras frustraciones. Necesitamos poder crecer en paz y unidos».
«Estos propósitos no lograremos concretarlos si no asumimos de una vez y para siempre la obligación que nos cabe de garantizar la convivencia democrática», enfatizó.
En esa línea, el Presidente resaltó: «Si es ese nuestro objetivo no les demos más espacio a los cultores del odio. A los que se valen de la libertad de opinar para difamar y desalentar al pueblo, a los que se encumbran en la democracia solo para desprestigiarla con discursos que no dejan de repudiarla, a los que siembran la violencia con el solo objeto de enfrentarnos».
Fernández aludió al fallecimiento de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú y recordó su trabajo comprometido en la Conadep: «Forjamos los cimientos de esta democracia con memoria, verdad y justicia. Supimos unirnos para salir con más democracia cuando alguna crisis militar, política, económica, nos desafió».
«Dijimos Nunca Más. Y cuando dijimos Nunca Más, no le dijimos Nunca Más solamente a la dictadura militar, las desapariciones y la tortura. Le dijimos Nunca Más al odio, a la violencia, a la persecución, a los desencuentros. A la falta de justicia y de debate democrático», ponderó.
En el tramo final, el mandatario destacó: «Somos el Gobierno de los argentinos que quiere convocar a su pueblo a vivir en unidad y en paz. Ambas son condiciones esenciales para salir de estos años difíciles que hemos debido atravesar».
«El viernes pasado estaba invitado a Neuquén por la Unión Industrial Argentina para celebrar el Día de la Industria. La tentativa de homicidio del que fue víctima nuestra vicepresidenta de la Nación generó un estado de conmoción tal que objetivamente impidió cualquier festejo», rememoró.
Alberto Fernández también agradeció la presencia del presidente de la Unión Industrial, Daniel Funes de Rioja, y del titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, en la reunión a la que los convocó en la Casa Rosada el pasado viernes para «repudiar lo ocurrido y reflexionar sobre la imperiosa necesidad de restablecer la convivencia democrática desterrando la violencia en cualquiera de sus formas».
«Quiero agradecerles a ambos su presencia en aquél encuentro y el compromiso que expresaron en favor del sistema republicano y de la convivencia democrática. Es una muestra de madurez política ver a los empresarios argentinos comprometidos con la institucionalidad, repudiando la violencia y las voces que lastiman la tan necesaria unidad nacional», indicó.
Luego de definir los días pasados como «complejos y angustiantes», Alberto Fernández subrayó: «Cuando enfrentamos momentos graves debemos estar muy alertas, porque después nos lamentamos por todo aquello que no hicimos y estaba en nuestras manos poder hacer».
«El intento de asesinato de la vicepresidenta, además de su dimensión humana, es de una enorme gravedad política e institucional. El pueblo argentino se conmocionó y salió a las calles a expresar su repudio. No hubo un solo acto de violencia. No hubo una sola vidriera rota. Era un pueblo conmovido reclamando paz y respeto en la convivencia», aclaró.
Por último, consideró que los todos argentinos deben «reflexionar sobre lo acontecido y contribuir desde nuestro sitio a una mejor convivencia entre todos» y explicó: «El recuerdo del derrocamiento del presidente Yrigoyen y la forma en que la democracia nos fue arrebatada hace exactamente 92 años hoy nos puede servir. Es un espejo que nos alerta».
«Cuidemos nuestras instituciones. Protejamos a la democracia de todos aquellos que la desprecian. No son ellos o nosotros. Somos todos y todas. El pueblo de la Nación argentina», sentenció.