El presidente Alberto Fernández encabezó, junto con el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin, el tercer encuentro del programa Capitales Alternas en la sede de Gobernación y aseguró que en Rosario «el crimen organizado no puede ganarnos», sino que es «la Argentina quien tiene que ganarle al crimen organizado».
«Para eso mandamos recursos y agentes federales», manifestó el presidente al encabezar de la reunión del Gabinete Federal, en la que pidió que los diputados de la Nación «retomen el tratamiento de la reforma de la Justicia Federal. No puede ganarnos el crimen organizado. No es un problema de los rosarinos, es un problema de los argentinos», afirmó, para rematar con una referencia a la reforma judicial que impulsa en el Congreso: «El crimen organizado no es cualquier crimen, así que ojalá me ayuden a sacar adelante esa ley».
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Alberto Fernández destacó la implementación de las Capitales Alternas «para sacar al gobierno nacional de la ciudad de Buenos Aires e involucrarlo en territorios. No es lo mismo mirar las estadísticas desde un despacho de Buenos Aires que que venir al territorio. Los números son cifras y detrás hay seres humanos», afirmó al anunciar obras y medidas por 76.616 millones de pesos para la provincia de Santa Fe.
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El presidente volvió a defender la medida con la que dispuso la suspensión de clases presenciales en el Área Metropolitana Buenos Aires (Amba) hasta el próximo viernes 30 entre las medidas sanitarias para mitigar la expansión de la segunda ola de coronavirus y dijo que el virus «no se fue» si no que, por el contrario, «vuelve y con más virulencia».
«Cuando tomé la decisión de no seguir con las clases presenciales fue producto de haber visto que el crecimiento en 20 o 30 días de contagios en el Amba de los chicos hasta 19 años era superior al 200 por ciento», explicó el mandatario.
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En esa línea, agregó: «Llamo a los que saben y me dicen que, cuando ponemos en funcionamiento el sistema educativo, la circulación crece un tercio más y lleva virus encima».
«Debemos cuidarnos por mucho que nos pese, después de un año de cuidados. El virus no se fue; vuelve y con más virulencia», dijo el mandatario y definió: «Yo quiero insistir en que debemos salir mejor de la tragedia que nos toca vivir, hay una parte de la Argentina que está enferma de odio, y el odio no nos lleva a nada».
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En el inicio de su discurso, tuvo elogios a la ciudad de Rosario por su dimensión y su población. «La riqueza cultural que tiene esta ciudad es casi unica», aseguró, y de inmediato añadió: «No es lo mismo ver las estadísticas en un despacho que venir acá, ahí uno se da cuenta que detrás de las cifras hay seres humanos».
Para el final del discurso, que precedió la conferencia de prensa, citó a otro rosarino célebre de quien es confeso admirador, Litto Nebbia. «Nadie sabe decir qué puerta hay que tocar», dijo en referencia a la pandemia, y cerró haciendo referencia a lo que había dicho Javkin minutos antes, mientras se quebraba al pedir por la salud del ex gobernador Miguel Lifschitz: «Cargamos la herida que nos deja cada muerto, cargamos la pena de cada contagio. Me enteré hoy que Miguel Lifschitz está contagiado, le mando un abrazo grande y ruego por su mejoría. Como dijo Pablo: «Después de tanta melancolía, tanta pena y tanta herida, sólo se trata de vivir». Vivamos por favor».
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