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Alberto Fernández le pidió ayuda a Merkel en la negociación de la deuda con Club de París

El presidente informó a la canciller alemana sobre las gestiones que se llevan adelante en pos de reestructurar de manera sostenible la deuda pública y agradeció su apoyo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. En la próxima semana hay vencimientos por 2.100 millones de dólares

El presidente Alberto Fernández solicitó este miércoles a la canciller Federal de Alemania, Angela Merkel, que ayude a la Argentina en las negociaciones que se llevan adelante con el Club de París, foro en el que la Argentina deberá afrontar la semana próxima vencimientos de deuda por 2.100 millones de dólares.

La Casa Rosada informó este miércoles que el presidente Fernández informó a la canciller alemana sobre el estado actual de las gestiones que nuestro país lleva adelante en pos de reestructurar de manera sostenible la deuda pública y agradeció su apoyo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. También le solicitó su respaldo en las negociaciones que se llevan adelante con el Club de París.

Durante el contacto telefónico, Fernández y Merkel también abordaron otros temas de interés común tanto de la agenda bilateral como del actual escenario internacional, entre ellos las políticas públicas adoptadas en ambos países en el marco de la pandemia Covid-19.

El pasado 13 de marzo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, envió una nota a los miembros del Club de París, en la que manifestó la «decisión de la República Argentina de posponer hasta el 5 de mayo de 2021 el vencimiento del próximo 5 de mayo de 2020», de acuerdo con los términos alcanzados por ambas partes el 29 de mayo de 2014, cuando el país normalizó el vínculo con el foro tras el default de 2001.

A principios de abril, el titular del Palacio de Hacienda avanzó con el envío de otra misiva, en la que propuso al Club de París «modificar los términos existentes de dicho acuerdo alcanzado en 2014, buscando mayormente una extensión de los vencimientos y una significativa reducción de las tasa de interés».

El vencimiento más pesado

El monto del vencimiento con el Club de París es el más fuerte del año. Esta cuestión fue uno de los temas que abordó el presidente Alberto Fernández durante la gira que llevó adelante por diversos países europeos a fines de enero y primeros días de febrero pasado, cuando visito Italia, España, Francia y Alemania -todos miembros del foro-, antes de que impactara el coronavirus en la economía mundial.

Por ese entonces, Guzmán había viajado a Roma, para asistir en una cumbre mundial sobre la deuda en el Vaticano, que contó con la presencia del papa Francisco y de la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en donde adelantó que la Argentina pediría reestructurar parte de la deuda con el Club de París, ya que paga tasas «insostenibles» que a su criterio son incompatibles con las reglas de la arquitectura financiera internacional.

«Un acercamiento constructivo con el FMI no es suficiente; el Club de París es un problema que hay que abordar», dijo Guzmán en esa oportunidad.

En lo que respecta al FMI, la Argentina busca «reemplazar el actual programa stand by acordado con el Fondo en el 2018» -por el que el se recibió un desembolso de 44.000 millones de dólares- hasta que «el país pueda tener nuevamente acceso a los mercados de deuda «a tasas sustentables», según la notificación enviada a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), hace un par de semanas.

Esta precisión fue enviada como parte de la información relevante para poner en marcha la reestructuración de deuda emitida en divisas y bajo legislación extranjera con acreedores privados, por cerca de 67.000 millones de dólares.

Antes de que la Argentina pusiera en marcha la oferta, el FMI emitió un análisis de sustentabilidad de toda la deuda, en el que indicó que debía aplicarse un «alivio sustancial» de entre 50.000 a 85.000 millones de dólares.

En lo que respecta a la deuda que el país tiene con el foro, el entendimiento actual se logró tras 13 años de negociaciones que terminaron en mayo del 2014, en la que no se logró condonación alguna por lo acumulado impago desde el 2001, con tasas de intereses muy altas en un contexto de bajísimas tasas tras la crisis financiera mundial iniciada en 2008.

En la misma conferencia del Vaticano, Guzmán dijo que la Argentina paga tasas del 9% anual.

«Una tasa de 9% que pagará la Argentina en 2020 y 2021 no es sostenible y es una muy mala ancla para el resto de la reestructuración de la deuda, y no es «pari passu» (igualdad de condiciones) con el resto» de los acreedores, según las normas de la actual arquitectura financiera internacional, enfatizó el ministro.

«Entendemos las complejidades del Club de París, y necesitamos cooperación en este sentido», finalizaba su exposición al respecto el titular de la cartera de Economía, tiempo antes de poder predecir los efectos que ocasionaría la pandemia de coronavirus en la economía local e internacional.

Luego, la agravación de la emergencia económica, motivó a un llamado de los países emergentes y de otros organismos, para analizar soluciones para países emergentes que afrontaran crisis de deuda y que ,en palabras del FMI, «se encuentran hoy particularmente afectados por una combinación de crisis de salud, parada repentina de la economía mundial, fuga de capitales y, para algunos, una caída brusca en los precios de los productos básicos».

Uno de los foros fue el G24 de países emergentes, quienes solicitaron algún tipo de alivio de la deuda de organismos bilaterales oficiales y privados, un trato que le fue concedido a los países más pobres por los miembros del G20, durante la última cumbre de Primavera del FMI y del Banco Mundial.

También Naciones Unidas alzó su voz la semana pasada, y solicitó específicamente dejar de pagar temporalmente, hasta que finalice la pandemia, y apoyó la realización de reestructuraciones de deuda sustentables con una fórmula como que que propone la Argentina en la actualidad, en un informe elaborado por la UNCTAD y apoyado por el Secretario General de la ONU, António Guterres.

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