Se acerca el invierno y con las bajas temperaturas suelen agudizarse algunas enfermedades respiratorias como el asma y la rinitis. Esto ocurre debido a la polución de virus respiratorios que, si bien no causan alergias por si mismos, las empeoran incrementando los síntomas. La Presidenta de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), Mónica De Gennaro, advierte que “el diagnóstico correcto es fundamental para realizar un tratamiento que resulte más efectivo”.
Las alergias suelen aparecer en la niñez y adolescencia, pero pueden surgir en cualquier momento de la vida tanto en hombres como en mujeres, aunque no se hayan padecido nunca. “Todo depende de la susceptibilidad individual y también de la exposición al agente que provoca la alergia”, indicó la especialista. Y explicó: “Las manifestaciones alérgicas son raras en el primer mes de vida. Sin embargo, en los primeros 6 meses puede aparecer dermatitis atópica y luego alergia alimentaria con mayor prevalencia en el primer y segundo año de vida. Le siguen las manifestaciones respiratorias, rinitis y asma. La mayoría de los niños con asma presentan síntomas en los primeros 5 años de vida. Esta patología suele ser más frecuente en niños varones mientras que en la adolescencia y la adultez suele ser más frecuente en mujeres”.
Las alergias son el resultado de la expresión de una base genética más el agregado de diferentes factores medioambientales. “Sobre los genes no podemos actuar por ahora de modo que sólo podemos influir en el medioambiente con medidas generales como evitar el humo de tabaco, prolongar la lactancia materna, evitar en lo posible la exposición a la contaminación ambiental, hacer actividad física y comer sano. Si el alergista identifica con sus estudios especiales algún alérgeno en particular para cada paciente, le recomendará medidas específicas”, concluyó la especialista.
El asma
Es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que cursa con obstrucción bronquial reversible e hipersecreción de moco. El paciente suele tener sibilancias, dificultad respiratoria, opresión en el pecho y tos nocturna. Estos síntomas pueden ser desencadenados por diferentes estímulos: alérgenos, aire frío, ejercicio intenso o diversos virus.
Sobre esta patología, la especialista indicó que en caso de no ser controlada, el asma “tiene una alta morbimortalidad, causando mucho ausentismo laboral, baja productividad y altos costos en salud”.