Los industriales argentinos están “muy preocupados” por la devaluación del real brasileño, aunque los referentes del sector llamaron a “mantener la calma” frente a esta situación, que afecta su competitividad respecto de la principal potencia regional.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, dijo ayer que “lo que tiene que haber en este momento es calma, porque esta es una crisis un poco inédita y aunque Brasil esté modificando el tipo de cambio, no implica una tendencia”.
“Nos preocupa mucho lo de Brasil, pero lo peor que podría pasarnos es que Brasil deje de crecer”, aseguró De Mendiguren, quien viene manifestando un acercamiento con el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner.
En esa línea, agregó: “Todo esto es muy repentino, pero hay que actuar con calma y el gobierno lo está haciendo. La crisis nos supera a los dos países, por eso lo mejor es que la región se prepare con medidas armonizadas”.
Anteayer, en Puerto Iguazú, Misiones, los ejecutivos de finanzas también expresaron su preocupación por la devaluación “violenta” en Brasil, al estimar que esa situación podría generar un estancamiento de la producción argentina, muy ligada al principal socio del Mercosur.
“Estamos monitoreando muy de cerca lo que pasa en Brasil en cuanto a su tipo de cambio. El gobierno de ese país autorizó alteraciones muy rápidas y violentas sobre el valor del dólar, pero también es cierto que eso se hizo después de una muy fuerte revaluación del real”, sostuvo el titular del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), Gustavo Macchi.
En el marco de la 32ª Convención Anual de esa entidad, que se realiza en un hotel de Puerto Iguazú con alrededor de 500 participantes, Macchi estimó, por otra parte, que el índice de inflación registrará “una desaceleración” en 2012, ya que durante ese año podrían lograrse acuerdos salariales por debajo de los niveles registrados en 2011. “Creemos que la inflación de 2012 podría situarse entre el 12 y el 15 por ciento”, pronosticó el dirigente, quien a la vez hizo una evaluación de la crisis internacional y su impacto enla Argentina.
En tal sentido, sostuvo que “seguramente por primera vez en la historia, las amenazas que tenemos son más externas que internas”. “Nadie puede dimensionar aún el impacto de esta crisis que sufren los países desarrollados, pero es lógico pensar quela Argentinarecibirá algún coletazo de esa situación externa. En ese caso, intuimos que el gobierno tomará las medidas que sean necesarias para enfrentarlo”, enfatizó el empresario.
En tanto, el presidente dela Cámarade Exportadores de Argentina (Cera), Enrique Mantilla, advirtió ayer que el país está perdiendo “competitividad” en el exterior, a causa de un aumento de los costos locales y de una debilidad del ciclo inversor en el sector privado.
Frente a esta situación, Mantilla destacó la necesidad de impulsar un “fuerte proceso de aumento de la productividad” y agregó que “eso requiere inversiones”. “La Argentinapierde competitividad, en el sentido que los costos internos aumentan mucho más rápido que el valor en la manera que exportamos”, sostuvo.
Con un contexto global que muestra complicaciones en Estados Unidos y enla Unión Europea, a causa de la crisis de Grecia, e incluso incertidumbre en la región por la depreciación del real brasileño, Mantilla alertó que en Argentina “no se está viendo un ciclo inversor muy fuerte en el sector privado”.
“Acá la única salida es una fuerte proceso de aumento de la productividad, eso requiere inversiones y realmente esa es una de las dificultades porque no se está viendo un ciclo inversor muy fuerte en el sector privado”, remarcó el directivo de Siderca.