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Alertas por difusión de imágenes de pornografía infantil «dispararon» en abril 76% respecto de marzo

Especialistas explicaron que los foros de la deep web de las que participan estos pedófilos y ciberdelincuentes dan cuenta de un intento de aprovechar la situación de aislamiento por la pandemia del coronavirus "agudizando mucho más su ingenio para poder llegar a más víctimas"

Los reportes de producción y distribución de imágenes de explotación sexual infantil (ESI) a nivel nacional ingresados a la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Informáticos (Ufedyci) de la Ciudad de Buenos Aires «se dispararon» en abril un 76% respecto de marzo, según informó este miércoles esta dependencia que intervino el martes en la detención de un profesor acusado de esos delitos.

Se trata de los casos detectados en la Argentina por la ONG estadounidense Ncmec (en español, Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados) a la que empresas como Facebook, Microsoft, Google están obligadas a informar cualquier actividad sospechosa de involucrar la denominada «pornografía infantil».

Lo que pasa en la Argentina es un reflejo de lo que ocurre a nivel internacional: según un informe de la BBC, Ncmec recibió en marzo más de dos millones de alertas por difusión y producción de fotos y videos sobre ESI a nivel global, «más del doble que en el mismo mes de 2019».

«Es un incremento dramático», aseguró John Shehan, vicepresidente de la ONG.

En la Ufedyci porteña –que centraliza la recepción para todo el país y distribuye los casos a las diferentes jurisdicciones– en marzo habían ingresado 2.875 alertas de Ncmec dando cuenta de actividades sospechosas de distribución y producción de imágenes de ESI en la Argentina; que treparon a 5.060 en abril.

«Aumentaron también más del doble los casos de grooming, difusión de imágenes íntimas son autorización, hostigamientos digitales y suplantación de identidad», dijo a Télam la titular de la Unidad, Daniela Dupuy.

La funcionaria vinculó este incremento con las condiciones que impone el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia del nuevo coronavirus.

«Los criminales tienen más tiempo para cometer estos delitos y hay una población que se vuelve aún más vulnerable en este momento porque, como todos, están obligados a estar constantemente conectados», dijo.

La especialista explicó que los foros de la deep web de las que participan estos pedófilos y ciberdelincuentes dan cuenta de un intento de aprovechar esta situación «agudizando mucho más su ingenio para poder llegar a más víctimas».

Dupuy explicó que no solo «intercambian herramientas exitosas o fórmulas para realizar mejor el ciberacoso», sino que también «intercambian manuales de procedimientos para cometer estos delitos».

«En la deep web se manejan con impunidad absoluta porque es complicado de detectar, pero como luego el ciberataque lo realizan por la internet superficial, esto nos permite entonces individualizarlos, procediendo a la solicitud del allanamiento al juez, su correspondiente detención y realización del juicio oral», dijo.

Una nueva modalidad que apareció durante esta cuarentena es la de irrupción de estas imágenes durante reuniones académicas por videoconferencias a través de la aplicación Zoom que, añadió Dupuy, «no habíamos tenido antes».

Dupuy también explicó que «no se puede dividir y separar tajantemente» la mal llamada pornografía infantil con el grooming, «porque cuando se analizan los dispositivos encontramos muchas veces conversaciones del ciberdelincuente con niña, niño o adolescente» víctima.

Por su parte, el presidente Grooming Argentina, Hernán Navarro, aseguró que en el último mes «se triplicaron las consultas en relación a hijos e hijas prolongando los períodos de conectividad, invadiendo horas de sueño o pasando la noche chateando o jugando online».

«Estamos ante una tormenta perfecta de niñas, niños y adolescentes hiperconetados y abusadores cazando dentro de un zoológico», dijo.

Para Navarro, esta situación conlleva el desafío de «resignificar» las nuevas tecnologías, que «no son neutrales» ni «una mera herramienta».

«La cuarentena vino a poner en jaque el abordaje digital porque muestra, por un lado, infancias que no son conscientes de los peligros potenciales y, por otro, un mundo adulto que incurre en una falsa percepción seguridad», dijo.

En Argentina «los chicos reciben su primer celular a los nueve años, en promedio» y, junto con el aparato, se le asigna «la responsabilidad de tomar las decisiones» sobre su uso, «perdiendo (el adulto) automáticamente el control».

«No estigmatizamos estas herramientas ni creemos que haya que prohibirlas sino ejercer mejor la responsabilidad parental promoviendo un uso responsable y seguro donde existan límites y normas regulando los momentos pedagógicos, de interacción o lúdicos», agregó.

Por último, tanto Dupuy como Navarro hicieron hincapié en «denunciar inmediatamente» en la justicia a cualquier usuario que esté solicitando o enviando imágenes de explotación sexual infantil de manera privada o postéandolas de manera pública en su perfil.

Además, pidieron «no borrar jamás de las conversaciones, videos o fotos (recibidas)»; y no comentar, arrobar o retuitear un posteo público porque, por un lado, se puede estar incurrir en delito de «distribución» y, por otro, «advertir (al autor) para bajar el perfil».

La Unidad que encabeza la fiscal Dupuy detuvo ayer a Adrián Rowec (50) profesor de Lengua de la escuela pública primaria número 23 «Abel Ayerza», del barrio porteño de Villa Devoto, acusado de los delitos de grooming, suministro de pornografía infantil y posibles abusos sexuales.

La diligencia judicial se produjo luego de que Dupuy pidiera una orden de allanamiento y detención para el profesor, que fue encontrado por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) en su cama junto a un menor.

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