De a poco el vínculo entre el deporte de alto rendimiento y el deseo de las deportistas de ser madre se va transformando. Algunas deciden hacerlo cuando sus carreras ya finalizaron y otras lo programan para la mitad. Lo cierto es que las decisiones varían mucho dependiendo de cada una. Lo que empezó a cambiar ahora es el vínculo entre deportista-madre-salario. Hace un tiempo, una de las empresas más reconocidas de indumentaria deportiva decidió rebajarles los contratos a aquellas atletas mujeres que decidían ser mamás. Pero como todo cambia –por suerte-, lo que hasta hace un tiempo era imposible de pensar, ahora se convierte en una realidad gracias a la batalla que libró la futbolista estadounidense Alex Morgan, así como la lucha de otras muchas atletas que también decidieron llevar adelante un embarazo.
La marca en cuestión – Nike – ya había logrado aplicar una cláusula contractual a deportistas mujeres, que le permitía reducir su salario hasta el 70 por ciento si se reducía el rendimiento deportivo tras el embarazo y el parto. Fue con la velocista estadounidense Allyson Félix, quien terminó ganándole la batalla judicial a la marca de la pipa y rompiendo los récords de Usain Bolt al colgarse 13 medallas de oro en un Mundial.
Félix era patrocinada por Nike desde los comienzos de su carrera, pero al comentarles que había decidido quedar embarazada, la empresa decidió arbitrariamente reducirle su salario hasta el 70 por ciento. “Nike me dijo que tuviera sueños locos hasta que quise un bebé”, denunció la atleta ante la cláusula de la marca en una columna que escribió en el New York Times. No sin antes tratar de llegar a un acuerdo con la empresa, Allyson pidió incluir en el contrato una garantía de que no sería castigada económicamente si su maternidad se traducía en inactividad prolongada o en peores resultados sobre la pista. Nike se negó. Y no fue la única atleta a la que le ocurrió algo así: a la mediofondista Alysia Montaño –también yanqui- le sucedió exactamente lo mismo cuando anunció que estaba embarazada.
La presión mediática generada por la denuncia pública de las atletas hizo dar marcha atrás a la empresa, que introdujo cláusulas dentro del contrato sobre los embarazos. Morgan, futbolista bicampeona del mundo con Estados Unidos, podrá gozar de esa cláusula y será la primera deportista en hacer cumplir esta política de la empresa de indumentaria deportiva, que le garantizará 18 meses de pago, regrese o no a la actividad.
“Mi contrato con Nike terminó y acabamos de volver a firmar por un largo período y me apoyan mucho”, contó Morgan, embarazada de 9 meses, en una entrevista con la revista Glamour. La delantera, quien espera su primera hija con Servando Carrasco (futbolista mexicano que juega en Los Ángeles Galaxy), continúa entrenando con pesas y ejercicios con pelota aunque ya está a punto de parir y lo muestra en sus redes sociales.
La jugadora de 30 años, quien planeó su embarazo entre el Mundial de 2019 y los Juegos Olímpicos, espera llegar mejor a la cita en Tokio ahora que fueron pospuestos para el año próximo. “La decisión de postergar los Juegos es la correcta. Traté de verlo más desde la perspectiva del equipo, pero no pude evitar pensar en mí misma con todo el estrés que está causando el coronavirus, además de tratar de recuperar la forma en tan poco tiempo”, señaló Morgan.
Y a los que la cuestionaron de antemano por su elección de que querer regresar al fútbol tras ser madre, Morgan contestó: “Nuestros cuerpos son increíbles. El tema es que el mundo no está realmente preparado para que las mujeres prosperen. Estaba cansada de los debates absurdos de ‘¿podrá ser madre y a la vez seguir en la cima?’. Formar una familia no me frena. Tengo la fuerza suficiente para poder regresar”.
“Quiero ser abierta sobre mi viaje porque quiero que las mujeres sientan que no tienen que elegir una u otra. Cuantas más atletas femeninas sean madres en su carrera, mejor, desde la atleta Allyson Felix hasta la tenista Serena Williams y mi compañera de equipo Sydney Leroux. Cuanto más desafiado sea el sistema, más cambiará”, concluyó la futbolista de Orlando Pride.
¿Y en Argentina?
El año pasado, luego de que se anunciara la creación del primero torneo semi-profesional de fútbol femenino de AFA, la casa madre del fútbol argentino anunció, a través del boletín 5717, luego de una reunión de Comité Ejecutivo que se llevó a cabo en la AFA unto con representantes de Futbolistas Argentinos Agremiados, que las jugadoras embarazadas podrán mantener sus condiciones de trabajo firmadas con su respectivo club. Es decir, seguirán percibiendo su salario y el contrato se mantendrá vigente.
“Durante dicho lapso, la futbolista conservará su empleo y el club continuará abonándole la misma suma equivalente a la remuneración pactada, hasta la fecha del certificado médico que habilite el reinicio de la actividad, aun en el caso que el contrato se hubiere extinguido”, establece un fragmento del escrito que publicó la AFA en su sitio oficial.