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Algunos remedios esenciales para jubilados aumentaron un 784% entre 2015 y 2019

Los medicamentos esenciales para adultos mayores, como los que previenen el Ataque Cerebro Vascular (ACV), los que controlan el asma aguda y otras afecciones pulmonares, o tratan la artritis, osteoporosis o reuma, aumentaron entre un 369 y un 784 por ciento entre mayo de 2015 y el mismo período de este año. Como contraparte, las jubilaciones se incrementaron un muy inferior 172  por ciento. Los datos corresponden al informe difundido por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa).

El impacto de la inflación en estos remedios afecta a un 15 por ciento de la población: el Indec estima que habrá cerca de 7 millones de adultos mayores (mayores de 60 años) en 2019.

“A esto se le suma el hecho de que Pami modificó la Resolución 005, dejando de entregar la medicación crónica gratuita a los 2 millones de afiliados y, para acceder a la misma, se exige cumplir una serie de requisitos demasiados restrictivos. Esta situación trae como consecuencia que las personas mayores dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada para generar un ahorro económico en los gastos que estos demandan”, señala el informe.

 

Haberes por la escalera, precios por el ascensor

La mal llamada reforma previsional –cambio de cálculo en la actualización automático de haberes– de diciembre de 2017 impactó fuerte en la evolución de las jubilaciones y pensiones. En 2018 y lo que va de 2019, la situación fue particularmente negativa para los adultos mayores. El aumento de la jubilación mínima después de la reforma previsional fue sólo de 28,4 por ciento. Lo anterior, en el período que va de enero de 2018 hasta igual mes de 2019.

En contraste, la inflación acumulada de 2018 alcanzó el 47,6 por ciento. Según el Cepa, el poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 18,3 por ciento. “Incluso – aclara– considerando el aumento previsto para junio de 2019 en relación al promedio del poder adquisitivo de 2015”.

La pérdida representa en promedio unos 2.110 pesos mensuales, si se tiene en cuenta la jubilación mínima de 11.525 pesos en junio de 2019.

Las proyecciones del gobierno nacional para este año plantean recuperación del poder adquisitivo, lo que está condicionado a que la inflación del segundo semestre de 2019 sea menor a la del primero, ya que para enero y junio se estima una inflación de 22,41 por ciento y las jubilaciones se actualizarán un 24 por ciento.

Jubilados, inflación y costo de vida

En abril de 2018, la jubilación mínima, de 7.660 pesos, superaba en casi 30 por ciento el costo de la CBT –Canasta Básica Total– publicada por el Indec para un adulto equivalente, que tenía un costo de 5.909 pesos.

Poco más de un año después, la relación se redujo a un 20,7 por ciento. La jubilación mínima (11.525 pesos) apenas queda por encima de la línea de pobreza (9.544 pesos para una persona individual).

Esta medición, incluso, no considera la canasta de consumo de las personas mayores en particular. Este grupo etario tiene gastos que otros grupos no. Un ejemplo es la importante erogación en medicamentos, que dado los aumentos y la falta de cobertura de Pami afecta el bolsillo de las personas mayores.

“También la tardanza en la entrega de turnos médicos o estudios complementarios hacen que deban acudir a la medicina privada, asumiendo sus costos. Adicionalmente, se ven afectados por la falta de entrega de ayudas técnicas como bastones, sillas de ruedas y bolsas de colostomía, entre otros”, destaca el informe.

Siempre según los datos del Cepa, los costos “se dispararon de manera exponencial” en elementos fundamentales para adultos mayores: una silla de ruedas motorizada costaba 22.748 pesos en 2015 y hoy vale 116.764. O sea: un incremento del 413 por ciento.

Un andador plegable de aluminio que costaba 1.060 pesos en 2015, hoy sale 3.706 pesos.

Los gastos de los mayores son mayores

“Hay que tener en cuenta los gastos en transporte, dado que si bien la tarjeta para de transporte público de pasajeros es gratuita para los que perciben la jubilación mínima, las personas mayores en muchos casos deben utilizar taxis o remises por su disminución de movilidad física. También hay que incluir los servicios especializados, como los cuidadores domiciliarios que no son cubiertos por casi ninguna obra social, y la alimentación terapéutica que tiene costos mayores que una dieta normal, tales como la utilización de proteínas de alta absorción y rendimiento, dietas antihipertensivas, o específicas para personas con diabetes.

Teniendo en cuenta estas dimensiones la Defensoría de la Tercera Edad calcula un costo de la Canasta para Personas Mayores de 30.524 pesos, por lo tanto, el 60 por ciento de los jubilados que son los que cobran la mínima son pobres”, concluye el informe.

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