Dos hombres y una mujer quedaron demorados al cabo de doce allanamientos librados en el marco de una causa por tiroteos y usurpaciones en barrio Nuevo Alberdi. Los operativos del personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) se concentraron en la zona de Caracas y Bouchard, donde –según explicaron fuentes de la investigación– hay al menos diez viviendas cuyos propietarios fueron amedrentados para que las desalojaran o bien ya los habían obligado a abandonarlas. Los pesquisas relacionaron a los aprehendidos con la banda de Hernán Ramón “Lichi” Romero, referente de uno de los bandos que se disputa ese sector del norte que en junio fue condenado en un juicio abreviado 7 años y 4 meses de prisión como jefe de una asociación ilícita dedicada a asaltos y abusos de armas.
Las usurpaciones en barrio Municipal de Nuevo Alberdi, territorio de viviendas sociales, son noticias desde al menos 2015 y ganaron espacio en la crónica policial a la par de los tiroteos y homicidios. Un nombre que ganó notoriedad en ese escenario fue el del clan Romero, vinculado con la venta de drogas pero también a asaltos resonantes. Pese a que la gavilla sufrió decenas de allanamientos en los últimos años y varios de sus miembros se encuentran presos, durante 2020 Lichi Romero volvió al ruedo, esta vez en el marco de un enfrentamiento con la banda los Monos, describieron investigadores.
Pero a la par de ese conflicto por el liderazgo territorial, los legajos por usurpaciones se acumulaban en los escritorios de las unidades fiscales. Este lunes, bajo órdenes del fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio Mariano Ríos Artacho una brigada operativa de la AIC allanó doce domicilios en Caracas entre Somoza y Bouchard –según explicaron las fuentes– “para hacer un relevamiento e identificar casas que poseen causa en curso por denuncias de usurpación entre 2017 y 2019. Son al menos diez domicilios”. En este expediente también está incluido las amenazas, ataque a tiros y una usurpación de la que fueron víctimas dos hermanos de la vecina localidad de Capitán Bermúdez.
A raíz del procedimiento fueron demorados Eduardo “Toto” O., de 44 años; Lorena Itatí B., de 34, y Guillermo M., de 38, a quienes se les formó causa por abuso de arma pero quedaron en libertad por no tener antecedentes, describieron voceros judiciales, quienes agregaron que las denuncias por usurpaciones están relacionadas a las bandas de los Romero y Martínez, éstos últimos conocidos por el mote de Colorados, uno de cuyos integrantes, Lisandro, cayó preso en agosto de 2019, justamente, por tirotearla la casa a una vecina de Caracas al 2600, recordó un detective.
Además voceros del Ministerio de Seguridad indicaron: “De la requisa se procedió al secuestro de 17 teléfonos celulares y chips, dos computadoras, una netbook y seis rifles de aire comprimido”.
La banda del Lichi
La banda de los Romero volvió a sonar con más fuerza en abril pasado, luego de que los señalaran como los autores de un secuestro que desató una guerra con Los Monos, que dejó baleados e incluyó balaceras con más de medio centenar de disparos con ametralladoras y hasta el uso de un fusil. En junio, Lichi; su madre, Mónica Romero; su primo Gastón y uno de sus lugartenientes, Horacio “Cuchini” Toledo, fueron condenados en un acuerdo abreviado al que llegaron la Fiscalía y los abogados defensores.
La pesquisa de las fiscales de Investigación y Juicio se conoció el 4 de julio de 2017, cuando las fuerzas de seguridad supervisaron más de 30 allanamientos, en los que cayeron 16 personas. En la imputación, las fiscales Valeria Haurigot y Cecilia Brindisi explicaron las complicidades entre dos bandas para conformar una asociación ilícita que cometió al menos ocho asaltos y una tarea permanente de lavado de activos: en el grupo del sur eran los jefes Abel “Veneno” Fernández y Luis Francisco “Chino” Ramos (reconocidos hampones en las crónicas policiales) mientras que la banda de zona norte estaba bajo el liderazgo de Lichi Romero.