Serendipia es cuando se encuentra algo buscando otra cosa. Es la sorpresa que depararon los allanamientos encabezados por la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en busca de pruebas sobre el asesinato del joven Ángel Jesús Brule, perpetrado el 21 de noviembre pasado en Rosario y que desató una notoria indignación y dolor de sus allegados a través de las redes sociales. Los agentes encontraron, en uno de los domicilios indicados por la Justicia, panfletos con la inscripción «Esteban Alvarado, dejá de batir la cana, ortiba. Estás entregando a los pibes, date cuenta que ya no jugás más acá. La próxima aguantátela». Es el mensaje mafioso que, en mayúsculas y sin tildes, habían dejado el último día de noviembre en cuatro domicilios después de rociarlos con balas. Cuatro viviendas en las que residen personas cercanas al «empresario» preso en la cárcel de Piñero mientras se investiga si es el cabecilla de una extensa red narco y violenta.
Los procedimientos fueron pedidos por el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Gastón Ávila, que investiga el asesinato de Brule. El muchacho, de 26 años, murió la madrugada del domingo 22 de noviembre en el hospital de emergencias Heca por los dos balazos que había recibido –en zona lumbar y en una pierna– la noche de la víspera cuando ingresaba a su casa de barrio Belgrano, en pasaje 6 de Diciembre al 7300. Testigos coincidieron en que fueron tres los atacantes. La preliminar hipótesis de un crimen en medio de un intento de robo quedó rápidamente descartada. Se conocieron amenazas por parte de un hombre que había sido pareja de Daiana, novia de la víctima cuando lo balearon. Y quedó delimitado un sospechoso, identificado como Cristian Sebastián L., que tiene 32 años. Lo detuvieron e imputaron por el hecho, con el dictado de una prisión preventiva hasta el 8 de enero próximo.
A Cristian L. lo incrimina la recuperación de mensajes amenazantes por Facebook contra Brule escritos días antes de su asesinato, y los que envió por WhatsApp a la madre de su ex pareja, con la que tiene dos hijos.
Imputaron a un hombre de 32 años por amenazar a Ángel Brulé días antes de su asesinato
En busca de más elementos para la causa es que el fiscal Ávila pidió los allanamientos a cuatro domicilios que supone vinculados al crimen. Tres de ellos fueron en la cuadra de pasaje Jacques al 900 bis donde detuvieron al por el momento único imputado por el hecho. Y en uno, la sorpresa después de un pequeño contratiempo.
Los uniformados ingresaron primero en una vivienda que comparte numeración pero está detrás de la que en verdad ocupa Roberto Omar A., una de las personas que requirió detener el fiscal.
Corregido el error y en medio del allanamiento, se toparon con algo inesperado: en una bolsa de plástico encontraron guantes de látex y los impresos con la misma leyenda que habían dejado en los ataques de tinte mafioso a casas de allegados al detenido Alvarado. Idéntico texto que, junto a una foto de hace unos años del amenazado, los agresores «volantearon» para dejar en claro el sentido de sus disparos.
«Esteban Alvarado dejá de batir la cana, ortiba»; mensaje y balas en una vivienda
Roberto Omar A., de 39 años, estaba en la casa de los panfletos junto a otras tres personas del mismo apellido: un joven de 18 años y dos niños. Ante la revelación del material hallado, el fiscal Ávila dio intervención a su par de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos Matías Edery, quien junto a Luis Schiappa Pietra investiga la banda narcocriminal cuya conducción se atribuye a Alvarado, amenazado por «ortiba» a través de cuatro notorias balaceras.
Edery ordenó entonces trasladar a los dos mayores que estaban en la vivienda de los panfletos a la sede de la AIC para resolver si pide o no su detención. En la misma vivienda secuestraron además siete celulares, una notebook, una moto, dispositivos de almacenamiento informático y un par de zapatillas que el fiscal que investiga a Alvarado consideró elemento relevante.
