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Alta temperatura musical en una noche de verano

Maná ofreció un concierto el lunes en el campo del estadio de Newell's. Los mexicanos interpretaron las canciones de "Cama incendiada" y sus grandes clásicos, en un show de gran puesta tecnológica.

Una multitud de fans que podían contarse por varios miles con predominio de mujeres dio la bienvenida el lunes por la noche a la banda mejicana Maná en su tercera visita a Rosario. Fue en el estadio de Newell’s, donde una puesta en escena monumental con pantallas de leds a los costados y una muy grande detrás dio el marco ideal para que la banda mostrara las canciones de Cama Incendiada, su último disco de estudio, que viene siendo presentado en un tour internacional con muchísimas fechas.

El arranque con gran energía se dio con “Tu prisión”, una balada con tintes rockeros, perteneciente al último disco, y no terminaban los furibundos aplausos cuando “Corazón espinado”, esta vez sin la guitarra de Santana como está en la grabación original, dio una idea de la temperatura que tendría el show en Rosario. De este modo, y saludando al público con un “Hola Rosario”, Fher, el cantante de Maná dijo que iba a ser una noche especial y que el show seguiría hasta que el cuerpo aguante.

Un gran soporte sonoro que además de los cuatro miembros originales –Fher en voz, Alex en batería , Juan en bajo y Sergio en guitarra– incluyó a un tecladista, un percusionista, una guitarra rítmica permitió que las canciones sonaran con potencia extraordinaria y cada tema contó con pasajes instrumentales donde los integrantes se lucieron con sus riffs o sus solos desafiando la línea melódica para volver a ella apenas el cantante ponía nuevamente el tono; “Adicto al amor”, un tema de corte erótico hizo las delicias de la platea femenina que deliró al ritmo de cada frase picante que Fher acompañaba con gestos del mismo tenor.

Después vendrían “Eres mi religión”, dotada de ese característico pop romántico con pantallazos de punteos rockeros y funkys; ahí mismo el cantante hizo una encendida defensa de la naturaleza y de lo absurdo que significa que el hombre quiera dominarla, y llamó a la toma de conciencia sobre su defensa.

“Cuando los ángeles lloran” es un tema dedicado a Chico Mendes, el sindicalista y activista ambiental asesinado por las fuerzas de seguridad brasileñas con una letra que describía la lucha radical llevada a cabo por el militante para defender la Amazonia de la rapiña empresarial. Acto seguido pidió que el público levantase sus celulares para formar estrellas parpadeando, consigna que casi nadie dejó sin cumplir; siguieron “Ironía”, en tono acústico, y “Bendita tu luz”, en el que la pantalla trasera mostraba a Fher y a Shakira interpretándolo a dúo en un ritmo casi de calipso; luego invitarían a un guitarrista rosarino llamado Jeremías que compartió una serie de riff híper rockeros con el guitarrista de la banda en un tema instrumental, y ya promediando el concierto los cuatro músicos se trasladaron hasta un pequeño escenario con forma de cama en el que interpretaron en tono más acústico, aunque asistidos por los otros músicos desde el escenario a oscuras, una serie de temas de los primeros álbumes, mientras Fher contaba detalles de cuál fue la idea principal en cada uno de esas canciones; un poco después invitarían a subir a una chica rosarina para cantarles una canción que aludía al engaño femenino y que, según manifestó el mismo cantante, las estadísticas decían que las argentinas llevaban la delantera en ese tema. La canción era la tan mentada “Mariposa traicionera”.  A esa altura el show tomó forma de apoteosis y luego de los halagos hacia el público por lo cálido y por la manifestación de cariño, todos los temas siguientes fueron coreados con entonación y fanático entusiasmo.

Luego de más de dos horas de show y con los músicos realmente agotados, los fans seguían pidiendo porque la noche no terminara nunca. Los varios bises trataron de satisfacer ese pedido.

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