El precio de la soja volvió a subir de manera significativa en los últimos meses. El precio está por arriba de los 450 dólares la tonelada en el mercado de Chicago (lugar del que se toma de referencia a nivel mundial), valor que representa un incremento del 21 por ciento con respecto a la magnitud de noviembre de 2009 y está sólo un 1 por ciento por debajo del precio promedio de 2008, año en que la soja alcanzó un récord de 603 dólares la tonelada. Por su parte, el precio del maíz avanzó un 20 por ciento interanual; el trigo, un 21 por ciento y el girasol, un 22 por ciento, todos en igual período.
Frente a estas subas, los economistas vuelven a encender una luz de alerta (tal como lo hicieron en 2008) en el sentido de plantearse si estas alzas responden a cuestiones estructurales, permanentes, o si se deben a una nueva burbuja.
Los hechos que traccionan en mayor medida esta nueva suba en los precios de los commodities que la Argentina exporta tienen que ver con la debilidad del dólar a nivel mundial (luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos anunció la inyección de 600.000 millones de dólares en los próximos meses), una demanda mundial sostenida por China e India, y la sequía que afectó a Rusia y Europa del este.
De hecho, acerca de este interrogante (de si se trata o no de una nueva burbuja), los economistas Ricardo Arriazu y Miguel Bein se explayaron la semana pasada en una disertación que hicieron frente a más de 1.000 empresarios, en un encuentro organizado por el Banco Industrial. Allí, Bein sostuvo que el actual precio de las materias primas no responde a una burbuja en los mercados.
En ese sentido, se diferenció de Arriazu, quien había hablado antes que él, cuando afirmó que “hubo un cambio en la tendencia en 2003, cuando se rompió el equilibrio entre la oferta y la demanda”. Para Arriazu, en cambio, los elevados valores “responden a una nueva burbuja, como la de 2007, que explotó entre el lunes y ayer”.
Es difícil anticiparse a la formación de una burbuja. Y más difícil aún frenar su estallido. De todos modos, mientras estas duran provocan elevados ingresos para la economía, que vienen de la mano de las ventas al exterior.
De hecho, según un informe de la consultora Econométrica: “Hay dos factores que impulsan el incremento de las exportaciones en 2011. Por un lado, el significativo repunte del precio de la soja los últimos meses y demás commodities que exporta la Argentina. Por otro lado, la expectativa de una buena cosecha para 2011, que incluso superaría la última campaña. Ambos factores se potencian para que la Argentina aproveche el excelente contexto internacional con términos de intercambio tan favorables como el pico histórico observado en 2008”.
Es así que las proyecciones para 2011 son alentadoras. Si bien la campaña 2010/2011 recién empieza, un informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (Usda) refleja que esperan una cosecha levemente superior a la de este año.
Para el caso de la soja, estiman 52 millones de toneladas, pero también esperan incrementos en la producción de trigo, maíz y girasol. Si las estimaciones se confirman, la Argentina en 2011 podría superar su récord de producción de 96 millones de toneladas de 2008. “La combinación de cosecha y precios récord alimentan la expectativa de que las exportaciones de los principales cultivos de la Argentina alcancen los 29.600 millones de dólares en 2011, magnitud que es un 34 por ciento superior a las exportaciones de este año y levemente superior a las de 2008. Sólo estos cuatro cultivos explicarían el 37 por ciento de las exportaciones de la Argentina en 2011, que aumentamos al alza y esperamos alcancen un nuevo récord de 80.600 millones de dólares, alejando los temores de afrontarse a la restricción externa el año entrante”, sostienen desde Econométrica.