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Alumnos de un colegio reparan las sillas de ruedas del Pami

Los directivos del San José celebraron el acuerdo con el policlínico. La semana pasada entregaron la primera silla reparada.

Con el objeto de retribuir un servicio a la comunidad, un grupo de alumnos del colegio San José trabaja desde hace algunos meses en la reparación de sillas de ruedas, camas ortopédicas y andadores pertenecientes al Pami. La iniciativa, que surgió tras un convenio firmado entre la institución y el policlínico de la obra social de los jubilados, se realiza por primera vez en el marco de la práctica profesional de jóvenes que cursan 6º año de la tecnicatura en electromecánica. El viernes pasado se entregó la primera silla de ruedas reparada, y desde el colegio de Presidente Roca 150 prevén darle continuidad al proyecto y sumar otras experiencias similares.

“Entre los directivos, los salesianos del colegio y los maestros de la parte técnica surgió la idea de armar una propuesta que retribuya a la comunidad con un servicio. En función de eso y de las disponibilidades de lo técnico se empezaron a evaluar opciones. Tuvimos un primer contacto con gente de Pami, los que se acercaron al colegio y con quienes llegamos a un acuerdo de trabajo compartido dentro de la materia denominada prácticas profesionalizantes”, explicó Ignacio Branca, uno de los docentes a cargo del proyecto.

A partir del convenio que se firmó entre ambas instituciones, el policlínico entregó al colegio 10 sillas de ruedas, 10 camas ortopédicas y 12 andadores que se encontraban en desuso por diversas fallas. Estos están siendo evaluados por los alumnos del último año de la tecnicatura en electromecánica para luego repararlos, mejorar su rendimiento y devolverlos a la institución en óptimas condiciones de uso.

“Una vez llegados los implementos, el taller del grupo de 6º año de electromecánica evaluó, determinó las problemáticas y empezó a innovar las respuestas de cada uno de los problemas. Se detectaron algunas piezas defectuosas, y se implementó la producción de piezas que las reemplacen con mejor calidad mecánica. No sólo abordamos cuestiones técnicas que no presentaron necesidad de insumos, sino de mano de obra”, describió Branca, acerca del trabajo que llevan adelante los 25 jóvenes que conforman el taller al que asisten dos veces por semana cada turno.

Por su parte, el jefe de mecánica celebró el acuerdo e hizo hincapié en el propósito de los jóvenes de mejorar los objetos ortopédicos, de manera que extender su vida útil. “No solamente buscamos arreglar los objetos ortopédicos sino mejorarlos para que no tengan fallas a futuro. Son sillas que no se repararon porque a Pami le costó reparar esta gran cantidad, tienen diferentes grados de rotura, algunas simples y otras complejas. La mayoría son problemas de uso excesivo”, señaló Marcelo Arias.

Según explicaron los docentes, ya se repararon seis sillas manuales y dos eléctricas (una de ellas requiere una reparación costosa, por lo que se enviará un informe detallado a Pami), mientras que aún resta evaluar las camas y andadores. “Son reparaciones factibles de hacer dentro del marco de un colegio. Si encontramos algo que excede lo que se puede reparar acá, dejamos un informe y se lo entregamos a Pami para que analicen cómo resolverlo”, agregó Arias, al tiempo que contó que el viernes de la semana pasada se entregó la primera silla de ruedas reparada por los jóvenes del taller.

“La semana pasada nos pidieron que los chicos que trabajaron en el taller pudieran entregar una silla de ruedas a una señora que se encuentra en un geriátrico ubicado en Santa Fe al 4800. Quedamos todos muy contentos, los chicos tuvieron la oportunidad de entregar una silla reparada por ellos mismos”, expresó el docente, quien indicó que pretenden continuar con el proyecto y que ya comenzaron a recibir consultas particulares.

“Pretendemos seguir con el proyecto porque los resultados son óptimos. A medida que podamos ampliar el espectro de elementos que podamos reparar, vamos a innovar en algunas cuestiones. Los chicos propusieron fabricar elementos ortopédicos que no estén ahora disponibles en Pami o incorporar otros elementos, como por ejemplo una barra para el suero a las sillas de ruedas”, agregó Arias, al tiempo que celebró la iniciativa. “Dentro de esta materia de 6º año los chicos se encuentran con el mundo del trabajo. ¿Qué mejor que chicos que necesitan hacer trabajos reales en tiempos reales se contacten con una entidad que necesita trabajos de reparación urgente para los ancianos? Encontramos este círculo virtuoso, donde podemos aportar, los chicos aprenden y Pami satisfecho”, concluyó.

En el mismo sentido, Branca expresó: “Esto representa un esfuerzo de los chicos en cuanto al estudio y el desarrollo. Nuestra idea es seguir trabajando y darle continuidad. Estamos más que contentos con el tema de los chicos, es un proyecto muy lindo que enriquece desde el punto de vista tecnológico y, a su vez, brinda la posibilidad que la casa pueda devolver algo a la comunidad”.

Montadas sobre un extenso galpón, una numerosa cantidad de máquinas se extienden en hileras. Allí los alumnos trabajan entre chispas y ruido de sierras.

Casi al fondo se encuentran las sillas rubricadas de Pami, y sobre la pared los más de 10 andadores con la correspondiente ficha técnica, después de la evaluación que los alumnos realizaron acerca de las condiciones de cada uno.

“Encaramos el proyecto con muchas ganas porque tenía un fin solidario. La semana pasada entregamos a Nely la primera silla de rueda que reparamos, ella estaba muy contenta y nos expresó el cariño. A nosotros también nos alegró”, comentó Fabricio, uno de los alumnos del taller, quien se mostró agradecido con el colegio.

En cuanto al trabajo de reparación, el joven explicó que el objetivo es resolver los inconvenientes con las herramientas y materiales disponibles en el taller.

“Hay partes que tenemos que encarar nosotros mismos, tratamos de hacer todo acá y con los materiales que tenemos. El principal problema de las sillas es el eje de rotación, hicimos un diseño nuevo, y ajuste en los frenos. Las camas tenían las patas oxidadas, diseñamos un capuchón para evitar corrosión de los productos de limpieza y vamos a seguir analizando lo que necesitan. Los andadores no tienen grandes problemas”, explicó Fabricio, quien indicó que hace cuatro semanas vienen trabajando en este proyecto, con el que piensan continuar hasta fin de año.

De cara a un nuevo proyecto

Tras el éxito del actual proyecto, el jefe del taller de mécanica señaló que tienen previsto continuar este tipo de iniciativas y adelantó que ya firmaron un convenio con Bomberos Zapadores de Rosario para comenzar a trabajar el año próximo en la reparación y mejora de dos coches autobombas.

“Se contactaron con nosotros por medio de un docente y nos mostraron las dificultades técnicas que hoy experimentan los coches. Nuestra intención es ir con un grupo de chicos que hoy están en 5º año para que comiencen a evaluar el problema y el año próximo comenzar la reparación y mejora de los mismos. Los Bomberos ya están juntando dinero para comprar los materiales que vamos a necesitar. Una vez que podamos materializar el diseño, nos vamos a ayudar a través de otro convenio que tenemos con la Escuela de Ingeniería Mecánica de la UNR, para que chequeen el proyecto y, si nos dan el visto bueno, podamos fabricarlo acá, traer la autobomba y montar en el taller las partes que sean necesarias”, explicó Arias.

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