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Alumnos del programa de educación en cárceles festejaron el fin de cursado

En la Unidad Penitenciaria Nº 6 se desarrolló un evento por el cierre de las actividades del ciclo en los talleres y cursos de competencia específica que la Universidad Nacional de Rosario ofrece en cinco cárceles del sur provincial. Están destinados a hombres y mujeres privados de su libertad

El Programa de Educación en Cárceles está destinado a hombres y mujeres privados de su libertad física en las cárceles del sur de la provincia de Santa Fe. Apunta a ampliar horizontes culturales y socioeducativos para que las personas detenidas encuentren “trayectorias vitales de inclusión”. El objetivo es aportar y fomentar la creación de alternativas que posibiliten generar otros proyectos de vida, distintos a las condiciones que llevaron a las personas a estar en la cárcel.

La iniciativa de docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencia Política fue formalizada en 2017 con un convenio firmado con el Ministerio de Seguridad y de Justicia y Derechos Humanos de Santa Fe. Este año el programa pasó a formar parte del Área de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Rosario.

El Festival de Cierre de los cursos y talleres del Programa de Educación en Cárceles se realizó en la Unidad Penitenciaria Nº6. Fue un acto institucional representativo de las actividades realizadas en los cinco centros carcelarios donde funciona el programa.

Participaron del evento el rector de la UNR, Franco Bartolacci; la responsable del Área de Derechos Humanos, Paula Contino; el decano de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Gustavo Marini; los coordinadores del programa, María Chiponi y Mauricio Machado, junto a talleristas, participantes de los talleres, autoridades universitarias y del Centro Penitenciario.

El evento contó con espectáculos musicales y la presentación de los trabajos realizados por los participantes de los talleres a lo largo del año. El cierre del Festival estuvo a cargo del grupo musical “Girda y los del Alba”.

“El programa está saldando una deuda histórica de la Universidad Pública: hacer que sea un horizonte posible para todos y todas, y que se convierta en una herramienta para hacer una sociedad mejor. Les pido que se apropien de la institución porque la Universidad es del pueblo y tiene que servir para construir un sueño distinto y mejor”, dijo Bartolacci y adelantó que el 9 de diciembre se inaugurará el aula universitaria dentro del Centro Penitenciario.

Entre las actividades que realizan los detenidos en el marco del programa se destaca una cooperativa de trabajo textil en convenio con la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra), que se dedicará a la fabricación de ropa deportiva. También se presentaron los trabajos del taller de dibujo con orientación a tatuaje, de inglés, y de producción audiovisual, que presentaron el número 3 de la revista Carta Abierta.

“Esta revista nos trasciende, ya que es un esfuerzo colectivo producto de puertas que se nos fueron abriendo, que nos pretendió aprender y poder descubrir nuestro potencial”, destacó Jesús, uno de los participantes de la realización de Carta Abierta.

Hugo, miembro de la cooperativa textil, señaló que la tarea le posibilitó hacer un trabajo que les gusta. “Lo sentimos como propio y disfrutamos de encarar un proyecto que surge de la pasión que sentimos todos por el fútbol y convertirlo en un mejor futuro para nuestros hijos”, contó. Quienes forman parte de la iniciativa tuvieron que capacitarse para poder hacer el proyecto, tanto desde la parte técnica, como en la operativa y legal.

Quienes forman parte del programa resaltaron que aprendieron una nueva forma de vincularse y lograron conseguir las herramientas para poder resolver sus diferencias a través del diálogo y el acuerdo. “En nuestra crianza las discusiones terminaban de otra forma y hoy aprendimos a dialogar de igual a igual”, concluye Hugo.

También valoraron la tarea de los talleristas, a los que definieron como “un grupo de personas que eligieron trabajar en el contexto difícil, el del encierro”. “Estas decisiones nos ayudaron a alcanzar objetivos que ya dábamos por perdido, como terminar el secundario, aprender un nuevo oficio o emprender una formación universitaria”, señalaron en una carta conjunta.

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