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Amia: arranca uno de los juicios

El proceso por intento de encubrimiento, que tiene al ex presidente Carlos Menem entre los acusados, comenzará el próximo jueves en medio de la disputa política por el memorándum con Irán y la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Veinte años después del atentado a la mutual judía Amia, esta semana en Capital Federal, comenzará el juicio por el intento de encubrir la investigación de aquel hecho, y con el juzgamiento del ex presidente Carlos Menem y el ex juez Juan José Galeano, entre muchos otros.

Se trata de dos causas para las cuales el Tribunal Oral Federal 2 hará un único juicio, que cobró relevancia al quedar en medio de la disputa política por el memorándum de entendimiento con Irán, y las elucubraciones detrás de la muerte del ex titular de la Unidad fiscal Amia, Alberto Nisman.

Lo particular es que iniciado el juicio por el encubrimiento del atentado, aún no se pudo juzgar a los responsables del ataque a la Amia, puesto que los pedidos de captura de los funcionarios iraníes sospechados nunca prosperaron y Carlos Telleldín, el último en tener en sus manos la camioneta Renault Traficc utilizada como coche bomba, tampoco fue aún sometido a juicio.

El primero de los casos es aquel por el cual se intentó desviar la pista sobre el empresario sirio Alberto Kanoore Edul, de estrecha vinculación por su origen árabe con el entonces presidente Menem.

Según el requerimiento, apenas diez días después del atentado la investigación se centró sobre Kanoore Edul, y tanto es así que se dispusieron escuchas telefónicas sobre él y el allanamiento de inmuebles que se le atribuían.

Pero, imprevistamente, la investigación se paralizó «a partir de una orden presidencial acatada sin objeción alguna», realizada por Munir Menem (fallecido), hermano del entonces presidente, a Galeano.

Por este episodio, serán juzgados Carlos Menem, como el ideólogo de la maniobra que incluyó la visita de Kanoore Edul a la Casa Rosada; Galeano; el ex titular de la Side, Hugo Anzorreguy; su entonces segundo, Juan Carlos Anchezar; y los policías Carlos Castañeda y Jorge “Fino” Palacios.

El haber intentado desviar la investigación de Kanoore Edul no es un dato menor: éste contaba en su poder con una agenda telefónica de numerosos contactos, entre quienes estaba Mohsen Rabbani, ex Consejero Cultural de la embajada de la República Islámica de Irán y uno de los que cuenta con pedido de captura internacional por el atentado.

Incluso, Kanoore Edul tenía en su agenda el teléfono de once talleres mecánicos, un dato más que relevante a raíz de la camioneta utilizada como coche bomba.

La acción de encubrimiento incluyó la demora en llevar a cabo el allanamiento el 1º de agosto de 1994 sobre uno de los inmuebles de Kanoore Edul; el cual nunca se materializó por orden de Galeano; llamados registrados al sirio desde un celular asignado al entonces comisario Palacios; y el suspender la intervención telefónica sobre abonos asignados al empresario.

También es por la desaparición de varios cassettes con escuchas telefónicas y la falsedad de los informes sobre las mismas que entregaba la Side al juzgado.

El 14 de noviembre de 2008, el fiscal Patricio Evers pidió elevar a juicio el otro tramo de la maniobra de encubrimiento: la del pago de 400 mil dólares a Telleldín, el último poseedor de la traffic utilizada como coche bomba, para que inculpara como responsables del atentado a un grupo de policías bonaerenses.

Por este tramo, son nueve los acusados: Galeano; los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia; Anzorreguy; el ex Side Patricio Finnen; el ex titular de la Amia Rubén Beraja; Telleldín; su entonces esposa Ana Boragni; su entonces abogado, y el reconocido penalista Víctor Stinfale.

La confesión armada de Telleldín del 5 de julio de 1996, avalada por Galeano y con fondos aportados por la Side, dio con la detención de los policías Juan José Ribelli, Raúl Edilio Ibarra, Anastasio Irineo Leal y Mario Norberto Bareiro, de las brigadas de Lanus y Vicente López, quienes fueron finalmente absueltos en un juicio realizado en 2004 a partir del cual se dio inicio a la causa Brigadas para investigar, justamente, las irregularidades cometidas en aquel proceso.

Incluso, la maniobra quedó grabada con cámaras ocultas implantadas en el juzgado de Galeano, y forma parte de la voluminosa prueba que se tratará en este juicio del cual no se tiene una estimación de tiempo, aunque se da por seguro que supere el año. Según la acusación, fue Galeano quien «indicó a Telleldín, mediante la exhibición de fotografías, quiénes eran los policías que debían ser reconocidos».

La autoridad de la Amia en ese momento; erigida en cabeza de Beraja, así como los integrantes de la Side acusados dieron el consentimiento a la operación, según la acusación; y los agentes de inteligencia incluso se encargaron de rehacer la entrega del dinero a Telleldín, en dos cuotas, y de la que participó la entonces mujer de éste, Borgani, y el penalista Stinfale.

En ambas causas existe una multiplicidad de delitos: malversación de caudales públicos, coacción, falsedad ideológica de documento público, privación de la libertad, encubrimiento, violación de medios de prueba y prevaricato, entre otros.

A partir del jueves próximo, y una vez por semana, se comenzará a juzgar al total de acusados en ambas causas por lo que se espera un largo juicio, en el que pesará no sólo la influencia política sino mediática.

El juicio se hará en la denominada sala Amia, ubicada en el subsuelo de los tribunales federales del barrio porteño de Retiro y se televisarán los tramos trascendentales.

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