El fiscal general de la causa Amia, Alberto Nisman, denunció ayer que Irán está ejecutando un plan de infiltración terrorista en América latina, que incluye la instalación de “estaciones de inteligencia” en la región, en un dictamen donde realizó un extenso repaso de las acciones de la Nación islámica, incluso desde hace 30 años. En tanto, autoridades de la Amia y la Daia respaldaron el dictamen de Nisman y ratificaron su rechazo al memorandum de entendimiento firmado con el país islámico para avanzar en la investigación del ataque a la mutual judía de 1994.
La severa denuncia del fiscal federal, presentada en la Justicia, está contenida en el dictamen de medio millar de fojas donde indica que la acción iraní está destinada a “cometer, fomentar y patrocinar actos terroristas, en consonancia con sus postulados de exportación de la revolución” islámica, informaron fuentes judiciales.
En el texto Nisman no alude a la firma del memorandum entre Argentina e Irán para interrogar a los acusados por el atentado contra la mutual judía perpetrado en 1994 y que mató a 85 personas.
Según se indicó, Nisman analizó informes, diligencias probatorias de la Argentina, la región, Europa y Estados Unidos y sentencias judiciales de los respectivos tribunales “donde prueba la identidad que se verifica en los mecanismos de toma de decisión y ejecución de atentados terroristas ocurridos en distintos países y atribuidos por sentencias firmes a agentes de inteligencia iraníes”.
El dictamen resalta que los centros de inteligencia y las células de acción iraníes se habrían instalado en Estados Unidos, Guyana, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam.
En consecuencia, el fiscal “resolvió, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado argentino en materia de asistencia y cooperación judicial, al suscribir los tratados de prevención y represión del terrorismo y los distintos tratados de derechos humanos, remitir copia de su dictamen a las autoridades judiciales de dichos países, a fin de que actúen en consecuencia”.
Y pidió a Interpol que “extreme los recaudos tendientes a potenciar las medidas para lograr la detención de la totalidad de los acusados que se encuentran con pedido de captura internacional”.
Además, Nisman atribuyó al ex agregado cultural iraní en la Argentina, Moshen Rabbani, acusado por el ataque a la Amia, la coordinación de la penetración en Sudamérica y especialmente en Guyana “a través de su discípulo Abdul Kadir, máximo referente iraní en dicho país, ex parlamentario y ex alcalde de la ciudad de Linden, hoy cumpliendo pena de prisión perpetua por su responsabilidad en el frustrado atentado al aeropuerto de Nueva York”, se añadió.
Específicamente en cuanto al ataque a la Amia, ratificó que no fue un hecho aislado, sino que fue “un engranaje, una parte de un entramado mucho mayor, dominado por una fuerte penetración iraní en la región”.
El pronunciamiento de Nisman hace un extenso repaso sobre otras personas sospechadas de terrorismo, las conexiones con grupos como Hezbollah y hasta se remite a encuentros fundamentales –por ejemplo el Seminario de Gobierno Islámico Ideal, de 1982 en Teherán– donde 380 clérigos de 70 países acordaron “la exportación de la revolución iraní”, que incluía acciones violentas, como atentados, “cuando resultare necesario”.
A partir de allí, según relata Nisman, se produce la llegada de representantes iraníes de alto rango a los diversos países donde se produce la mencionada “infiltración”.