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Amor por el fútbol: el gran sueño de «Los Pibes de Tablada»

Son uno de los representantes rosarinos en la primera edición de la Copa Argentina de Potrero, que se jugará en las instalaciones de Central. Entre hoy y mañana será en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria y el lunes por la noche la etapa final se desarrollará en el mismísimo Gigante

Algunos ya estaban peloteando desde hace un rato en la plaza que está enfrente del estadio Gabino Sosa. El resto llegaron de a poco y se pusieron la indumentaria de “Los Pibes de Tablada” para ser retratados. Un equipo de amigos que representará al barrio y a Rosario en la Copa Argentina de Potrero, que se disputará desde hoy y hasta el lunes, en la Ciudad Deportiva de Central de Granadero Baigorria y que tendrá la etapa final en el mismísimo Gigante de Arroyito.

No pudieron estar todos los integrantes del plantel. La gran mayoría trabaja y a pesar de la importancia que tiene para ellos esta competencia, fue imposible pegarse un faltazo. Sin embargo, sus compañeros destacaron lo importante que son todos en este grupo de amigos que irá por un sueño.

El primero en tomar la palabra fue uno de los entrenadores, Lucas Cartelli. Y contó cómo surgió el equipo: “Empezó cuando teníamos catorce años, arrancamos a jugar un torneo de 7 en el Batallón 121 y éramos todos amigos de la infancia. Seguimos con otro campeonato por acá, otro por allá, íbamos a otros lados a participar, y aquí estamos”.

Hasta que llegó el momento de salir para seguir disfrutando del fútbol de potrero en otros lados más competitivos. “Un día un amigo se va a Pinto (Santiago del Estero) a ver el torneo que se realiza allá y cuando volvió nos metió esa idea de participar en la cabeza. Nosotros no habíamos jugado nunca de once. El primer año fuimos trece jugadores, los once titulares y dos suplentes, nos armamos así como pudimos, no teníamos camisetas ni nada, pero fuimos porque queríamos probar a ver cómo nos iba”, relata sobre la primera experiencia en el torneo de Pinto, el más reconocido del fútbol de potrero en el país. “Desde ese momento, comenzó a crecer esta idea, pero siempre con una premisa: la base del equipo, la amistad, nunca nos separamos, tuvimos diferencias pero la amistad está. No es que jugamos un sábado o un domingo, nos juntamos a comer, no termina en el fútbol, es algo más. Esto es una familia, no es un equipo de fútbol”, comenta.

“Nosotros queremos llegar de la mejor manera al certamen, obviamente que no se puede porque la mayoría labura. Y a la familia hay que darle el tiempo que se merece. Siempre queremos estar de la mejor manera. Nosotros no vivimos de esto, tenemos nuestro trabajo aparte. Tampoco hay una dieta estricta para cuidarnos el físico, se come lo que haya en la casa y punto. En la semana venimos a correr, pero hacemos lo que podemos. No somos profesionales, no nos pagan por esto, nosotros venimos por amor a la camiseta”, explica Mauricio Farías, más conocido por todos como “Pele”.

Sobre el nombre del equipo, el más experimentado del plantel, con apenas 31 años, explica que “siempre fue ‘Los Pibes de Tablada’. No se cambió por nada. Los vecinos nos ayudan cuando vendemos pollos, empanadas, organizamos torneos de truco o vendemos rifas, siempre están, porque el barrio nos acompaña”, destaca al final sobre la importancia del apoyo del barrio.

“De la camiseta se encarga uno de los muchachos, que la mujer vende ropa y más o menos está en el tema. Los colores son siempre los mismos: verde y rojo, aunque a lo mejor le agregamos algún detalle, pero el resto se mantiene igual. Nosotros arrancamos jugando en el club que ahora se llama Rosario Juniors, que en su momento era Aspiro, y los colores vienen de ahí”, cuenta Francisco Ridiero (“Peca” para todos) sobre cómo se confeccionó la indumentaria con la que compiten en cada certamen que participan.

El torneo se desarrollará entre la Ciudad Deportiva y el Gigante de Arroyito, dos lugares de ensueño donde todos los futboleros amateurs quisieran jugar sin importar el cuadro del que sean hinchas. De esto, el que hace referencia es Ezequiel Vangioni. “Definirlo en el Gigante sería un logro para todos, tanto esfuerzo para nosotros, para los chicos que no pueden venir porque trabajan, para la familia, para toda la gente que nos ayuda”, se ilusiona. Y destaca: “Sería un orgullo y espero que podamos llegar a una instancia final, poder jugar la jornada decisiva ahí, con toda la garra. Por eso entrenamos, le metemos todos los días e irán a jugar los que estén de la mejor manera y los demás estaremos apoyando desde afuera, como hicimos siempre”.

“Hoy no estamos todos los chicos porque hay mayoría que están trabajando y venimos los que tenemos un poco de tiempo, aunque sea media o una hora, pero siempre ayudándonos en todo momento y eso es lo bueno para nosotros. Además, por ejemplo está Ángel Caballero, uno de los fundadores de esto junto a su hijo Claudio (juega en el equipo). Él se fue a España pero siempre está pendiente de todo lo que pasa y es muy importante para nosotros”, destaca Vangioni sobre aquellos que a la distancia siempre están bancando.

Sobre los rivales con los que se enfrentarán en el certamen, los chicos destacan: “Tanto en Pinto como acá en Rosario, de cualquier torneo de once que se juegue en el día, se mira a todos. Cada uno conoce quiénes son los elegidos, los que mejor se están formando. Nosotros tenemos nuestro equipo y pensamos en lo que hacemos. El rival que tengamos enfrente no nos importa porque confiamos en lo que tenemos, salimos a ganar en todos lados, para eso venimos y para eso nos juntamos”.

Por último, quien toma la palabra es Nicolás Di Santo, ex jugador de Central Córdoba, siempre vinculado a Tablada y todo lo que sucede en allí. “Quería hablar un poco de lo que es el barrio, yo no tengo dudas de que Tablada es la cuna del potrero a nivel nacional. De acá han salido los mejores jugadores, como se vive el fútbol en este barrio. Si bien en Rosario ya se palpita distinto al resto del país, en algo más interno, lo que es Tablada es una locura totalmente aparte, como lo sienten: no ves una plaza en la que no haya una pelota, los chicos se crían jugando en la calle como siempre fue y acá está el picadito en las veredas. El nene que corre detrás de una pelota es un sello nuestro”, explica uno de los que jugó profesionalmente en la Primera C (el otro fue Joel De Armas).

“Nos llena de orgullo a nosotros, lo que tratamos de representar, de mostrar porqué Tablada no es como la pintan. El barrio tiene mala fama, se ha hablado muy mal, y en algunas cosas tienen razón, pero se muestra solamente lo malo. Nosotros tratamos de inculcar lo bueno, lo que es el fútbol, que los adolescentes estén lejos de las drogas, que se dedican al porte, que si lo integran se puede alejar de todo lo malo. Eso es lo que queremos mostrar, esa parte de la historia”, explica desde lo más profundo de sí Di Santo, conocedor de un barrio donde la violencia se mezcla con el potrero. “Salimos a ganar, queremos ser campeones como cualquiera busca en estos certámenes, tratamos de mostrar el barrio, de que todavía hay esperanza y los chicos pueden crecer, trabajar, volcarse mucho al deporte y eso buscamos que se vea”, explica.

Por último, el ex Charrúa cierra diciendo algo en lo que coinciden todos: “Representamos al barrio, tenemos una responsabilidad y vamos a dar lo mejor, así que ojalá Dios quiera y podamos salir campeón, y ahí estará la familia, los vecinos y nos acompañaran todos. Hicimos un esfuerzo muy grande, la inscripción es cara (30 mil pesos) y somos todos trabajadores que no nos sobra la plata, por lo que fuimos sumando de poco, trabajando y ya estamos a horas de que se inicie el torneo”.

Ellos tienen el sueño de consagrarse en el Gigante el lunes por la noche, pero su camino comenzará hoy a las 16.20 ante Santa Brígida de Buenos Aires, en la famosa cancha del “Pozo” de la Ciudad Deportiva, donde brillaron tantos futbolistas rosarinos y donde ellos tendrán la suerte de desplegar su juego, ese de potrero que tantas veces mostraron en las canchas de Tablada y ahora pueden hacer que los vean representantes de todo el país. Es que habrá equipos de Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco, Jujuy, entre otras provincias que se congregaran en Rosario y la convertirán en la ciudad del Potrero nacional.

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