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Anahí Schibelbein: «No se pueden hacer las políticas públicas detrás de un escritorio»

Para la concejala que responde a la línea interna del gobernador Pullaro, algunos de los funcionarios de la gestión anterior de Pablo Javkin "no estaban a la altura de las circunstancias para una escucha activa". Promete dar las discusiones que sean necesarias dentro del oficialismo 

En su Villa Minetti natal a ella la llamaban «La Gringa» y a su padre «Eschibel». Los dos apelativos servían para sortear la dificultad de un apellido complicado de pronunciar. Militante radical sobreviviente de la crisis de 2001, Anahí Schibelbein llegó a Rosario para estudiar Ciencias Políticas, fue funcionaria del Ministerio de Seguridad durante la gestión de Maximiliano Pullaro y es concejala de Rosario desde el 10 de diciembre del año pasado. Pertenece al espacio del radicalismo que se identifica con el gobernador y ya demostró que no tiene pelos en la lengua para marcar diferencias dentro del oficialismo, aunque destaca su caracter abierto al diálogo. Necesita desplazarse con muletas por un accidente que tuvo a los dos años de edad, mientras jugaba cerca de una máquina que se usa en el campo para juntar el sorgo, que un maquinista encendió sin advertir su presencia. Los gritos hicieron que la apagara al instante, pero Anahí ya había perdido una de sus piernas.

—Yo creo que es una tragedia. No la voy a romantizar. Sobre todo en Argentina. Las personas que adquirimos algún tipo de discapacidad, que tenemos que aprender a convivir de alguna manera con eso, es muy complicado. Por supuesto que dependiendo de tu entorno, me refiero a amigos, sobre todo a la familia, vas a ser una persona con discapacidad o vas a ser algo diferente. La verdad que mi entorno fue muy favorecedor. Mamá y papá nunca me hicieron sentir diferente, y eso es importante, pero también me dieron herramientas para que yo tratara de no ser diferente, o que nadie me tratara diferente, más allá de que, digamos la verdad, te tratan diferente.

Pero yo creo que son tragedias, está en cada uno cómo lo lleva, pero también las oportunidades, por eso digo que el tema de la discapacidad, para mí es un concepto móvil, la discapacidad no depende de que vos sos corto de vista, o que a mí me falta la gamba, si el entorno está adaptado para todas esas situaciones vos no tendrías que ser una persona con discapacidad, pero en Argentina estamos bastante o muy lejos de toda esa situación, pero bueno, tengo unas ideas diferentes.

—¿Cómo era tu familia desde el punto de vista político?  

—Mi viejo siempre militó y yo lo acompañaba mucho a los comités cuando era chica. A mi madre también, pero sobre todo a mi papá. Después, cuando termino la secundaria, me pareció una carrera muy linda Ciencias Políticas, porque era nutrir todo eso que veía de la política a través de la academia, y ahí arranqué la facultad y me vine a Rosario. A las dos semanas que estaba en Ciencias Políticas ya militaba en Franja Morada y no he parado hasta ahora.

 

—¿Cómo conociste al gobernador?

—Con Maxi nos conocemos de la Facultad, es un poquito más grande que yo. Él no estaba en Franja Morada, pero sí en la Juventud radical. Nos encontrábamos permanentemente, había un vínculo permanente. Y en el año 2015, que ahí es dónde más empezamos a tener vínculos, me convoca para coordinar y dirigir el área de Dirección Provincial de Atención a Víctimas. Hoy somos grandes amigos. Y yo estoy muy agradecida de la oportunidad, tanto a él como a Miguel (Lifschitz), cuando me permitieron coordinar esa área, porque tuvo que ver con la posibilidad de un crecimiento profesional y personal muy grande, porque teníamos que gestionar en el dolor. Nosotros acompañábamos el proceso de todas aquellas personas que habían atravesado una situación traumática por el delito. Y la persona estaba quebrada, por diferentes circunstancias, más si había tenido la pérdida de algún ser querido. Pero eso para mí fue una gran enseñanza de cómo hay una gran diferencia cuando el Estado está cerca y cuando el Estado está ausente. Creo que ahí pude visualizar concretamente cómo a la vida de la gente le cambia que el Estado esté presente.

—¿Esa dirección se creó en ese momento o ya existía?

—Se creó en ese momento. En ese momento yo buscaba académicamente algún sustento para poder reforzar la idea que nosotros teníamos de acompañamiento. Y la verdad que fue algo inédito que nosotros teníamos. Siempre hubo cuestiones muy puntuales, de una llamada, de una convocatoria, pero no algo sistematizado y concreto como un organismo. Nosotros teníamos trabajadores sociales, psicólogos, y abogados. Y hacíamos el trabajo en esas tres áreas en forma integral, por supuesto acompañando la causa en lo penal, acompañando desde lo psicológico en lo que le estaba ocurriendo y en algunos casos desde lo social, cuando estaba de acuerdo la persona, y veíamos qué posibilidades teníamos nosotros de colaborar para que vuelva a recuperar, si se había roto, su fuente laboral, etc.

El otro día tuve una reunión con los equipos nuevos que van a trabajar en Rosario y en Santa Fe. Tuvimos una entrevista para que yo les comentara cómo había sido la experiencia. Yo les decía que ellos tienen una gran fortaleza, que el actual gobernador le da prioridad a esta área. Si bien el gobernador Lifschitz en su momento nos acompañó mucho, nosotros tuvimos que mostrarle la importancia que tenía esa área. Ellos tienen una gran oportunidad porque van a tener todas las herramientas que necesiten o que quieran.

—¿Cómo se cocinó su candidatura a concejala después de aquella experiencia? 

—Yo soy una militante política. Entonces, donde se considere que yo pueda dar un aporte yo lo voy a dar. Con Maxi lo conversamos bastante, él consideraba eso y me preguntó si yo estaba de acuerdo en ese momento, con formar parte del grupo y dije «bueno, si se considera que yo pueda aportar desde ese lugar, bienvenido sea, no tengo problema». Obviamente también era una apuesta. El tema de la boleta única favorece mucho a las personas conocidas, por supuesto, pero como somos militantes políticos le damos para adelante, y porque estamos muy convencidos también de lo que queremos para nuestros lugares, para nuestra provincia, para nuestra ciudad, y estamos dispuestos 24/7.

—¿Cuál creés que será tu aporte el Concejo?

—Yo siempre digo que nuestra ciudad tiene una riqueza y un entramado institucional muy interesante, muy fuerte, que otras ciudades, parecidas a Rosario, no lo tienen. Y tienen una mirada y una visión de nuestra ciudad que hoy no está contemplada dentro de los proyectos de políticas públicas. Y a mí me parece que yo tengo la posibilidad de convocar y canalizar todas esas ideas. Y sobre todo dar debates en profundidad. No el debate por el debate mismo. Nosotros tenemos una mayoría hoy en el interbloque de Unidos para Cambiar Santa Fe. Sin embargo a mí me parece que es interesante poder nutrir todas las propuestas y proyectos que vayamos teniendo, con la mirada de todos los bloques. Porque es la única manera de hacer una ciudad vivible para todos. En ese sentido, es una fortaleza que yo tengo el tema de la escucha y de tratar de encontrar consensos.

—¿Qué críticas le harías al primer gobierno de Pablo Javkin?

—Pablo pasó por un proceso que nadie hubiera imaginado, que fue el de la pandemia. Tuvo que hacer frente a una situación inédita. También sé y comparto que Rosario quedó sola, olvidada por el gobierno provincial, especialmente en el tema seguridad, y por el gobierno nacional, sin lugar a dudas. Pero también creo que hay algunos errores que se han cometido, no voy a individualizarlo en el nombre de él, pero me parece, quizás, en los equipos de trabajo que él eligió en los primeros cuatro años no tenían la capacidad de escucha necesaria para ser un buen funcionario. Para mí la escucha es fundamental. No se puede hacer políticas públicas detrás de un escritorio. Y me parece que algunos funcionarios no estaban a la altura de las circunstancias para esa escucha activa que se necesita para cumplir las funciones. Y sobre todo con la complejidad que tiene nuestra ciudad hoy, por los problemas que tiene.

—¿Creés que algo de eso cambió para este segundo período de gobierno?

—Entiendo que varios de los funcionarios que están en este segundo mandato a mí me parecen perfiles muy interesantes, sobre todo porque los conozco a varios de ellos, y particularmente el caso del secretario de Gobierno, Sebastián Chale, me parece una persona muy preparada y muy formada, y que tiene estas características que yo destaco, de saber escuchar.

—¿Cómo pensás que se deban manejar las diferencias si existieran dentro del oficialismo?

—Te voy a dar un ejemplo: nosotros aprobamos el presupuesto municipal. Y uno de los proyectos que había mandado el departamento Ejecutivo tenía que ver con el otorgamiento de las facultades al intendente para el aumento del boleto de colectivos. En la ordenanza anterior se establecía que los aumentos serían cada cuatro meses. En medio de esta crisis, el Departamento Ejecutivo había propuesto que fuera cada dos meses. Y la verdad que yo di un debate fuerte en ese sentido, porque a mí me parecía que no correspondía que fuera cada dos meses. Pero bueno, perdí la discusión, porque me dieron argumentos sólidos en cuanto a la necesidad, sobre todo por el alto nivel de inflación que tenemos. Por supuesto, yo no soy cerrada y también quería privilegiar el hecho de no perder el sistema de transporte, porque eso sería un problema muchísimo mayor. Entonces, por supuesto, terminé aprobando eso, pero doy las discusiones. Aparte soy muy estudiosa, hago análisis comparativo con la ordenanza anterior, pero bueno, siempre abierta a enriquecerme y nutrirme. También hago muchas consultas a funcionarios anteriores, lo que me permite a mí prepararme para tener más lucidez a la hora de debatir algunas cuestiones.

—¿Además de esto que marcás, qué otro rasgo define tu impronta política?

—Reconocer que me equivoco. Cuando era joven me costaba mucho, porque pensaba que era una cuestión personal. Ahora no tengo problemas en decir «mirá vos, tenés razón, puede ser». A mí me ayudó mucho el psicoanálisis. Y no creérmelá. Mi psicóloga me dice: «Nunca te permitas perder tu Villa MInetti».

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