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Anders Lindbäck, el «sacerdote criminal» que en Suecia mató a tres feligreses pobres por cosiderarlos «una carga»

Este sacerdote aseguraba que los pobres y los enfermos le costaban demasiado a la comuna, por lo que ideó ese plan macabro de asesinarlos

Por: Gastón Marote/ NA 

Anders Lindbäck, conocido como «el sacerdote criminal», fue un cura que mató a tres feligreses pobres porque eran una carga para la comunidad y de esa forma se convirtió en el primer asesino serial de Suecia.

Este sacerdote aseguraba que los pobres y los enfermos le costaban demasiado a la comuna, por lo que ideó ese plan macabro de asesinarlos.

Lindbäck nació el 22 de diciembre de 1803 en Brålanda y su padre fue Sven Andersson, un granjero pobre en Dalsland, mientras que su madre Lisa Olsdotter (fallecida en 1821) era ama de casa. Durante su infancia su familia iba de parroquia en parroquia pidiendo limosna.

Sus padres murieron cuando él era adolescente, por lo cual su tío rico Johan Nordahl se hizo cargo de él y ya en 1820 lo ayudó con el dinero para los estudios.

Lindbäck estudió por primera vez en Vänersborg y después de 1824 en Katedralskolan en Skara. En ese sentido, fue aceptado en la Universidad de Uppsala en febrero de 1829, donde fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1831.

Pasó sus primeros 30 años como sacerdote en Dalsland, más precisamente en la parroquia de Skållerud.

A principios de la década de 1860 finalmente tuvo la oportunidad de ser vicario en la pequeña parroquia de Silbodal en Värmland, la cual era más pobre que Skållerud y por eso su trabajo
estuvo casi abocado a la pobreza y la criminalidad en la región.

Durante su estancia en Skållerud inició una campaña contra el alcoholismo y la continuó cuando se mudó a Silbodal.

Lindbäck quería minimizar los costos económicos que soportaba la iglesia.

Creó un consejo asesor de nueve personas y junto con ellos estableció nuevas reglas estrictas para combatir la pobreza en la región.

Sin embargo, este sacerdote estaba convencido de que los pobres y los enfermos le costaban demasiado a la comuna.

Por lo tanto, ideó una solución económicamente beneficiosa que también minimizaba el número de personas que necesitaban apoyo.

Lindbäck tenía una pequeña botella de vino, una copa, una oblea sacramental y acceso al arsénico que agregaba al vino. 

Durante el verano y el invierno de 1864, realizó muchas visitas domiciliarias a personas para entregar cenas y bendiciones, haciendo que pareciera un acto de misericordia. 
Sin embargo, tiempo después de algunas de sus visitas, algunas personas se sintieron incluso peor que antes en lugar de mejor.

El 19 de octubre de 1864, una viuda llamada Karin Persdotter fue la primera en morir.

El 30 de noviembre fue el turno del campesino Nils Pettersson, al tiempo que Anders Lysén fue el tercero de los fallecidos  el 15 de diciembre de 1864. Además, otras cuatro personas fueron envenenadas, pero no se murieron.

Lysén, la última víctima, estaba enfermo pero no pobre, ya que era un rico hombre de negocios. Su repentina muerte hizo sospechar a sus familiares que algo andaba mal.

A principios de 1865, el hermano de Lysén exigió que se abriera la tumba. 

En marzo de 1865, a petición del sheriff local, se concluyó que Lysén murió a causa de envenenamiento por arsénico.

Se abrieron más tumbas y se observó que dos feligreses más murieron por envenenamiento con arsénico.

Lindbäck estaba bajo sospecha, en parte porque los funerales se celebraron con prisas y también porque había concedido 10.000 coronas suecas para su patrimonio.

Después de esto, Lindbäck fue llevado ante la Justicia, ante el testimonio de un hombre llamado Daniel cuya madre murió después de la visita del sacerdote.

El propio Daniel había sobrevivido cinco veces a la cena envenenada, posiblemente porque no le gustaba el vino.

Durante el primer juicio, celebrado ante el Tribunal de Distrito el 11 de junio en el Palacio de Justicia de Långelanda,  Lindbäck confesó tres asesinatos y tres intentos de asesinato.

En su largo discurso de defensa explicó que lo había hecho para librar a aquel pueblo de las plagas.

Este discurso no le ayudó y fue condenado a muerte, pero el caso pasó al Tribunal de Apelaciones, lo que dio al Tribunal de Distrito más tiempo para revisar el caso y el proceso legal. 

El Tribunal de Distrito investigó el caso nuevamente pero la pena siguió siendo la misma.

Antes de que se ejecutara la sentencia, Lindbäck se ahorcó en la prisión de Karlstad el 20 de noviembre de 1865.