Con la producción del actual líder de Los Pericos, Juanchi Baleirón, Andrés Ciro Martínez acaba de dar a conocer 27, su segundo disco solista, con el que ratifica el rumbo trazado en su antigua formación.
Ya en Espejos y en los conciertos, quedaba claro que el músico había decidido seguir la estela dejada por los Piojos y continuar en ese camino, sólo que ahora con otra banda que favorece su lucimiento.
En Los Persas, Ciro encontró en el guitarrista Juan Gigena Ábalos a un socio a la hora de componer, aunque también el talentoso bajista brasileño Broder Bastos se suma con algunas canciones.
Este dogma está manifestado desde la tapa del libro en el que está envuelto el disco, que contiene una leyenda que reza: “Aunque haya nuevos estilos como el twist y el cha cha cha, el rock no ha sido vencido. El rock nunca morirá”.
A la que se le suma la canción “Larga vida al rocanrol”, que se inicia con airecitos country y lleva ritmo de marchita cuasi tarantela muy en sorna, pero la decisión de no apartarse ni un centímetro del camino trazado por Los Piojos también resuena en el rockito “Caminando” y el candidato a hit veraniego “Mírenla”.
Algunas canciones retoman el aire rockero de los primeros discos de Los Piojos como “Barón Rojo” o “Curtite”, donde se destaca el trabajo de guitarras de Gigena Abalos y Rodrigo Pérez; el bluseado “La flor en la piedra”, con una letra obvia, y el furioso “Fácil”.
La onda más rioplatense de discos como Tercer Arco y Azul aparece en “Ciudad animal”, que va de lo acústico al rock candombe al igual que en “Murgueros”.
Ciro, también amante del tango, se saca el gusto en dos canciones que son de lo mejor del disco.
La primera es “Héroes de Malvinas”, que abre con un recitado bien milonguero y al que luego la banda le arma un entramado épico, con gran trabajo de Bastos y Lulo Isod en la batería.
La segunda, “Tango del diablo”, que fue compuesto junto a Charly García hace un par de años, en un hotel que compartían durante un festival, en una noche que concluyó como terminan las noches rockeras.
Esta canción tienen un inicio bien tanguero, acústico, en la que Ciro canta acompañado por los hermanos Juan Carlos y Jorge Cordone en guitarras criollas.