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Áñez renueva gabinete ante rechazos a su candidatura para quedarse en el poder

Le agarró el gustito al sillón. La decisión de la presidenta de facto de presentarse a elecciones, después de decir en numerosas ocasiones que no lo haría, generó una tormenta en el nuevo oficialismo de Bolivia que se dividió entre la sorpresa y los repudios

La tormenta que generó en el nuevo oficialismo de Bolivia la candidatura presidencial de la mandataria de facto interina, Jeanine Áñez, derivó este lunes en la decisión de renovar el gabinete ministerial, que será anunciado este martes, en coincidencia con el arribo al país del candidato a presidente del MAS, Luis Arce, para ponerse al frente de la campaña.

La decisión de cambiar el gabinete se tomó luego de que este domingo presentara su renuncia la ministra de Comunicaciones, Roxana Lizárraga, por discrepancias con la candidatura de Áñez, a quien acusó de colocar al gobierno «al servicio de un grupo de políticos y de un proyecto prorroguista» semejante al del ex mandatario, el derrocado Evo Morales Ayma.

El ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, indicó que este martse será presentado el nuevo gabinete ministerial y explicó que Áñez pidió la renuncia de los ministros para «evitar» mezclar los intereses proselitistas con trabajos de la gestión pública.

“La presidenta nos ha pedido la renuncia a todos los ministros y seguramente ella nos dará la confianza a quienes considera que van a entrar en esta nueva etapa de lo que es llevar adelante la gestión, pero también de llevar la campaña política” para las elecciones del 3 de mayo, sostuvo Núñez en conferencia de prensa.

Por otro lado, el jefe de la cartera de la Presidencia comunicó que la mandataria de facto no hará uso del aparato estatal ni el avión presidencial durante la fase de campaña electoral.

El funcionario se comprometió además a realizar una cumbre con todos los candidatos para «dejar en claro» el uso de los medios estatales, con la finalidad de que todos los contrincantes «compitan en las mismas condiciones».

El viernes pasado, la presidenta de facto Áñez anunció su candidatura pocas horas antes de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerrase el plazo de la inscripción de alianzas tras aseverar en numerosas ocasiones que no iba a presentarse, lo que causó sorpresa y repudio generalizado entre sus aliados.

Áñez acudirá a las elecciones con el bloque Juntos que integran su partido, el Movimiento Demócrata y Social (MDS) y SOL.bo del alcalde de La Paz, Luis Revilla.

La determinación de Áñez fue calificada por rivales como los ex presidentes Carlos Mesa y Jorge «Tuto» Quiroga como «una decisión equivocada», lo mismo que el ex líder cívico ultraderechista Luis Fernando Camacho, figura clave en el proceso golpista que en noviembre pasado forzó la renuncia de Morales.

Falta que confirmen su participación partidos como el Movimiento Tercer Sistema (MTS) del gobernador de La Paz, Félix Patzi, y Unidad Nacional (UN), del empresario Samuel Doria Medina, además de alguna otra organización que también participó en las frustradas elecciones del año pasado.

En Buenos Aires, en tanto, Luis Arce, fortalecido por el respaldo de las organizaciones indígenas y campesinas que en principio se negaban a aceptarlo, anunció que mañana regresará a Bolivia para ponerse al frente de la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS), pese a que, según él, «no hay garantías» de un proceso electoral libre.

«Mañana voy a estar en Bolivia, por eso estamos ultimando algunos detalles», declaró Arce en una conferencia de prensa que brindó junto a Morales en Buenos Aires.

Quien fuera ministro de Economía en los años de mayor crecimiento durante el gobierno de Morales advirtió sin embargo que la candidatura de Áñez «genera enormes dudas sobre la transparencia del proceso electoral» y solicitó la colaboración de la comunidad internacional.

«Hoy no existen condiciones para hacer una campaña, tenemos compañeros del MAS perseguidos, amedrentados, chantajeados; no hay libertad de expresión, la prensa está censurada», sostuvo el candidato presidencial.

En este contexto, tanto Morales como Arce solicitaron ayuda internacional para verificar la correcta realización del proceso electoral.

«Vamos a pedir que organismos internacionales, países como España, países que nos garanticen imparcialidad puedan acudir no sólo al momento de sufragar el voto, sino durante todo el proceso, desde la inscripción de la candidatura, a ver si vamos a poder hacer la campaña», puntualizó Arce.

El candidato del MAS, que partió de Bolivia en noviembre del año pasado, es objeto de una investigación judicial en su país por supuesta corrupción durante su gestión como ministro, que involucra a otros ex funcionarios.

El lunes de la semana pasada, a horas de la nominación de Arce como candidato presidencial, la fiscal Heidi Gil anunció la ampliación de la investigación contra funcionarios del gobierno del MAS.

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