Vecinos del barrio de la comunidad Toba de zona norte se reunieron en asamblea ayer por la tarde en Reconquista y avenida Albert Sabin (ex Travesía), en torno de un mismo reclamo: la seguridad en la zona. La falta de presencia policial y la negativa por parte de los efectivos de la subcomisaría con jurisdicción en el lugar para tomar las denuncias de los vecinos, con el pretexto de la falta de personal, fueron dos de los ejes principales de la reunión, que fue convocada por los miembros del consejo de la comunidad. El objetivo del encuentro fue elaborar un acta entre todos los presentes con los principales reclamos para presentarlo a la Policía y a las autoridades de la cartera de Seguridad del Ejecutivo.
La asamblea convocada por el consejo de la comunidad Toba tuvo lugar ayer a partir de las 18 en una plazoleta ubicada en el cruce de Reconquista y avenida Sabin, en la zona norte. Allí, unos 40 vecinos del barrio se reunieron a debatir las alternativas a una problemática que afecta a todos los sectores: la inseguridad, que el último fin de semana se vio incrementada con dos hechos de violencia: la muerte de Dionisio Pinino Paredes y el ataque de sus familiares a una persona que estaba de visita en una vivienda del barrio.
Carlos Medina, presidente del Consejo, explicó a El Ciudadano los principales ejes del reclamo: la escasa presencia policial en la zona y la negativa por parte del personal de la subcomisaría 24ª de recibir las denuncias de los vecinos que se acercan. “En la seccional nos dicen que no nos pueden recibir las denuncias porque no tienen personal que pueda tomarlas. Si es muy grave llaman al Comando; si no, no pasa nada”, expresó Medina.
Lo cierto es que el mismo reclamo se oía de la boca de distintos vecinos, quienes incluso se planteaban entre sí la posibilidad de contratar con su propio dinero un policía de adicional que circule por el barrio, “como hacen los del supermercado de acá en frente”.
“Ya pasó varias veces que vamos a la 24ª porque robaron o algo así, para que agarren a los ladrones, y nos dicen que ellos no pueden salir porque no tienen gente, que los corramos nosotros y se los llevemos hasta ahí, que ellos los meten presos”, contó un vecino ante la indignación de sus pares.
“Parece que los policías son un vecino más que están encerrados porque tienen miedo a que les pase algo, pero se supone que ellos son la autoridad y tienen que cuidarnos. ¿Si no a nosotros qué nos queda?”, acotó una mujer que se acercó a la ronda.
Sin embargo, los asambleístas concluyeron que la situación no siempre fue igual. De acuerdo con su relato, en 2006, cuando por el reclamo de los vecinos se inauguró la subcomisaría 24ª, había patrullajes en auto por las calles abiertas e incluso dos o tres policías que por las noches caminaban por los pasillos. En ese entonces, acordaron, en el barrio vivían más tranquilos.
“Lo que pasó fue que un día metieron presos a unos chicos, que no sé si habían hecho algo o no, pero en la comisaría les pegaron mucho. Al otro día las madres hicieron un piquete por lo que había pasado y terminaron sacando al comisario que estaba y poniendo a otro”. De acuerdo con los vecinos, a partir de ese momento comenzaron a disminuir paulatinamente los patrullajes.
El reclamo de la asamblea no tiene nada de extraño: “Queremos que haya policías recorriendo, que si tienen que meter preso a alguien, que lo metan, pero que no les peguen porque sí”, se atrevió a decir uno de los miembros de la comisión que, por cierto, no descubrió nada nuevo, sino que puso en palabras un derecho que a esta altura del partido ya no debería ser necesario reclamar.
Tras un largo debate, los presentes resolvieron plasmar todo el debate en un acta con sus reclamos que esta semana iba a ser presentado en la subcomisaría 24ª y ante las autoridades de la cartera de Seguridad de la provincia. “Es un reclamo pacífico, porque así no podemos seguir más”, redondeó Medina.
Comentarios