El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, aseguró este lunes que se cumplieron todos los «protocolos» en la guarda de pruebas durante la etapa inicial de la investigación del intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, garantizó que la Policía Federal no «manipuló» el teléfono celular del detenido Fernando André Sabag Montiel y sostuvo que la jueza María Eugenia Capuchetti y la fiscalía que actúan en la causa «han hecho un buen trabajo».
El funcionario consignó que, luego del ataque, se inició «un protocolo de preservación de la escena del crimen» y que, en ese marco, se envió el teléfono celular de Sabag Montiel en «una bolsa de Faraday» y el Juzgado lo incorporó junto a un recibo «que dice que fue recibido con la cadena de custodia intacta».
«La caja de Faraday es cuando queremos hablar y la señal no sale porque rebota en todos lados», explicó el funcionario en declaraciones formuladas a los medios esta mañana, en la puerta del Ministerio de Seguridad, y añadió: «Después ya no sé qué es lo que pasa porque hasta ahí llega nuestra tarea. La Federal no manipuló el celular».
Por otro lado, consultado sobre algunas voces críticas que pidieron su alejamiento del cargo, el funcionario reveló que le había comunicado al presidente Alberto Fernández que estaba «dispuesto» a dar un paso al costado pero indicó que fue ratificado en su cargo por el mandatario.
«Yo soy un caballero; cuando esto sucedió, lo primero que le dije al Presidente fue que estaba dispuesto, cuando él lo decidiera, a correrme. Se lo dije desde el primer momento porque esas cosas se deben hacer así», afirmó Aníbal Fernández.
Durante la jornada, funcionarios, gobernadores y dirigentes del Frente de Todos volvieron a reclamar el esclarecimiento del caso y llamaron a «reflexionar sobre los discursos y conductas de odio» que, según afirmaron, emanan desde la oposición, la Justicia y los medios de comunicación, en contraste con las «manifestaciones populares», realizadas «pacíficamente» y por «el amor a Cristina».
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, pidió «reflexionar sobre los discursos y conductas de odio» y analizó que «es muy difícil hacerse los distraídos» frente al ataque perpetrado el jueves pasado contra Cristina Kirchner.
En declaraciones a El Destape Radio, el mandatario aseveró que «no se trata solamente de formas de expresar ideas, sino que hay poderosos intereses: un fiscal pide la inhabilitación perpetua para Cristina, no podemos no recordar la proscripción al peronismo».
De ese modo, hizo un «llamamiento a que reflexionen, recapaciten y modifiquen estas conductas», y graficó: «Nunca escucharon a nuestra fuerza política pedir o hablar en esos términos como habla el macrismo. Las manifestaciones del peronismo son pacíficas, no vamos a las casas de Macri, Vidal o Larreta».
Para Kicillof, «hay odio, persecución judicial y mediática porque ellos no quieren discutir proyectos políticos de país, qué quieren hacer con la Argentina o qué piensan».
«Se quiso generar un cacerolazo contra Cristina pero, contrariamente, la gente inició una movilización para respaldarla y expresarse pacíficamente, sin pedir la muerte de nadie», indicó.
En esa misma línea, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, destacó en declaraciones a Télam Radio la «manifestación popular» del viernes pasado en Plaza de Mayo en apoyo a Cristina Kirchner como respuesta a los «mejores 12 años de Gobierno junto a los del peronismo».
«Fue el amor a Cristina y el reconocimiento de los mejores 12 años de Gobierno junto a los gobiernos del peronismo desde 1945», detalló el titular de Desarrollo Territorial y Hábitat, e indicó que «es clave» que se pueda mantener «la unidad del movimiento popular».
Además, para Ferraresi el atentado se enmarca en «ataques» que sufrieron en los últimos años diversos «gobernantes populares» de Latinoamérica y ejemplificó con los casos del presidente hondureño Manuel Zelaya y el de los exmandatarios de Brasil, Dilma Rousseff y Lula Da Silva.
«Para la oposición nada ha cambiado, para los medios concentrados de comunicación nada ha cambiado. Siguen con los discursos del odio. Uno creía que eso se iba a aplacar y que se iba a generar un proceso de análisis y cambios de actitud, pero no», expresó.
El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, convocó a «entender la gravedad de los hechos» para no ser «responsables de la proliferación de la violencia», al subrayar que ante el ataque contra la vicepresidenta «no hay lugar para especulaciones de ninguna naturaleza».
«Hay un autor material detenido, el arma secuestrada y la identificación del registro de las armas, por lo tanto es raro lo que le ha ocurrido al celular», puntualizó respecto de la pérdida de datos en el teléfono del atacante, Fernando Sabag Montiel, cuyo aparato se encontraba en custodia desde que fue detenido en la noche misma del hecho.
En diálogo con Télam Radio, Capitanich aseguró que «la Argentina es una tierra de paz» y propuso que se establezcan recomendaciones y generen espacios para erradicar la violencia, en una iniciativa que trascienda las diferencias partidarias.
En ese sentido, puso como ejemplo lo que significó en los ’80 la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), cuya labor derivó en la elaboración del informe conocido como «Nunca más»: «Hoy debe ser ‘Nunca más a la violencia y al odio'», exhortó.
Finalmente, el presidente del bloque del Frente de Todos en Diputados, Germán Martínez, destacó que es clave que el sábado pasado «hayamos podido sesionar» para aprobar una resolución de repudio al atentado a la Vicepresidenta.
«Es importante que hayamos podido sesionar y decir cosas en voz alta y haber aprobado un comunicado que tuvo una clara condena y repudio al atentado, una solidaridad con Cristina, su familia, sus amigos, y la militancia, un pedido de un rápido esclarecimiento y un llamo a la construcción de un escenario con paz social», dijo en declaraciones realizadas a Radio2 de Rosario.
Sobre los discursos pronunciados en el recinto de sesiones, dijo que «fueron reflexiones políticas con argumentos, que me pueden gustar más o menos, pero fueron hechas con respeto y con las convicciones de nuestras ideas y nuestras identidades, y que se pueden expresar en el interior de la cámara».
Y respecto a la investigación en torno al atentado, Martínez dijo que «nosotros queremos que la justicia haga bien lo que tiene que hacer» y debe «ser impecable».
«Me preocupa lo que pudo haber pasado con el teléfono y que pasó con la custodia», confesó y pidió «que haya una mirada social sobre esa investigación».