El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consideró hoy «llamativo» el informe presentado por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex esposa del fallecido Alberto Nisman, y consideró que «no tiene ni pie ni cabeza» que la magistrada «no haya permitido hacer las pericias sobre los teléfonos y computadoras» del fiscal por una cuestión de privacidad.
En declaraciones a la prensa en la puerta de Casa de Gobierno, Fernández dijo que «son llamativas las cosas que dice» el informe presentado la semana pasada por Arroyo Salgado, que habló de magnicidio, y defendió el resultado de la autopsia realizada «por un cuerpo médico forense de enorme prestigio».
«Acá no hay colisión entre dos pericias: hay una sola realizada a pedido de la fiscal (Viviana) Fein, que llevó a cabo un equipo con enorme prestigio, y la otra es un informe hecho por profesionales con algún reconocimiento», dijo el funcionario.
En ese marco, el jefe de Gabinete remarcó que Arroyo Salgado «tiene todo el derecho del mundo a contratar a peritos y que éstos trabajen en función de lo que se les pide, pero no han trabajado sobre el cadáver», sino que «analizaron fotos y videos».
En tanto, destacó que la autopsia oficial «fue realizada por un cuerpo médico forense de enorme prestigio, con la presencia del decano», mientras que el informe de Arroyo Salgado «llama la atención» y cuestionó particularmente al forense Osvaldo Raffo, que encabezó el equipo contratado por la magistrada.
«Nada que ver lo que escribe con lo que está diciendo en este momento. Llama la atención», reiteró el jefe de Gabinete.
Por último, cuestionó la decisión de la querella de no dejar que se auditen los teléfonos y computadoras que pertenecieron a Nisman por una cuestión de privacidad.
«Con ese mismo criterio, para respetar lo que dice la ley judía, no se debería haber hecho la autopsia», indicó.
Finalmente, volvió a apuntar sobre Diego Lagomarsino, el técnico informático que le prestó el arma a Nisman horas antes de morir, al señalar que pudo haber sido él quien activó la computadora del fiscal el domingo a la mañana «a través de un programa troyano, con el que se puede entrar a la computadora en forma remota».
«La fiscal Fein nos dijo que Nisman no se defendió en ningún momento, entonces fue alguien conocido. Alguien que supiera que tenía una pistola en la casa, donde estaba y si funcionaba», concluyó.