Rosario tendrá esta semana el estreno exclusivo de Aniceto, la película de Leonardo Favio. Protagonizada por Hernán Piquin, Natalia Pelayo, Alejandra Baldoni.
Ballet cinematográfico basado en “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de como quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más…”. Película ganadora de varios premios en diferentes festivales de Latinoamérica y de Europa, y que en agosto obtuvo nueve premios Cóndor de Plata en Buenos Aires.
“Aniceto” es una remake del filme realizado por el director en 1966, en el cual actuaban Elsa Daniel, María Vaner y Federico Luppi, y se llamaba “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más”, además es la adaptación del cuento “El cenizo”, de su hermano Jorge Zuhair Jury, en el cual también se baso la de 1966.
Fue filmada integramente en un hangar de Quilmes, y la nueva puesta realza las imágenes de la danza clásica (con sábanas reemplazando a los paisajes). A diferencia de la de 1966, “En esta vuelta, cambia el triángulo amoroso. Es el tipo quien queda entrampao”, confirma Favio.
Leonardo Favio dijo de esta nueva versión, que “Es el Aniceto y sus circunstancias, sus amores, sus alegrías y su tragedia final en su expresión máxima. Llevar esta tragedia al ballet es un sueño largamente acariciado por mí. Pero la música que me acompañaba en mi sueño siempre era el bullicio del río de mi pueblo, los gritos lejanos que a veces llegaban de cualquier lado o, como te dije antes, el sonido del agua corriendo por las acequias; pero eso no alcanzaba para danzar”.
La Trama
El Aniceto es dueño de un gallo de riña, el Blanquito, que es su orgullo y la envidia de los demás galleros. Los reñideros, el bar y el baile del pueblo son el eje en torno al cual gira su universo.
Un atardecer conoce a la Francisca, la empleada de la ferretería. El Aniceto la seduce y, al poco tiempo, la lleva a vivir con él a la pieza que comparte con su gallo: un cuartito de adobes enclavado en medio de un loteo.
Con la llegada de la Francisca el ambiente árido de la pieza cambia. La comida a punto, el amor siempre a mano, la tierna mansedumbre con que lo espera en esas largas noches en que el Aniceto se pierde por los reñideros, lo van ganando. El Aniceto se siente bien con la Francisca.
Hasta que irrumpe la Lucía. Desenfadada, sensual, con un brillo especial en la mirada en la que se adivina un sesgo sobrador. Es hermosa y lo sabe. El Aniceto se entrega. Nace así el triángulo amoroso que desencadenará en tragedia.
Aniceto y La Tigra, Chaco, comparten la cartelera cinematográfica de Arteón, Galería El Patio, Sarmiento 778.