En la lejana Kazan, la denominada “Tercera Capital de Rusia”, situada a 800 kilómetros al oeste de Moscú, a Cristian Ansaldi lo apodan “León”. Por su particularidad estética de larga y cobriza melena. Y por esa entrega que siempre lo caracteriza en la cancha. Aquí, en Rosario, es simplemente “El Colo” desde que empezó a jugar a los 7 años en Newell’s. El mismo que con 21 años, luego de un fulgurante torneo, fue transferido en una cifra millonaria al Rubin de Rusia.
Ahora, a los 25, consolidado en la Liga Premier de Rusia, disfruta de un gran momento futbolístico y personal. Padre de pequeñas mellizas, Ansaldi espera la llegada de su tercer hijo (“se viene el leoncito”, dice orgulloso). Sobre el final de la temporada, se dio el gusto de levantar la Copa Rusa y recibir el reconocimiento al mejor lateral izquierdo de la Liga. “No pudimos concretar el objetivo de ganar el campeonato pero al menos salvamos el año ganando un trofeo que le venía faltando al club. Fue un momento de mucha felicidad. Además por la distinción de la Liga Rusa, que tomó en cuenta la acumulación de puntajes de toda la temporada”, contó Ansaldi.
—¿Cómo es jugar en el Rubin Kazan?
—Hemos avanzado un montón en los últimos años. Se mejoró en la metodología de trabajo y en la contratación de jugadores de calidad. De dos años a esta parte hemos mejorado muchísimo. Ni bien apenas llegué, el equipo apostaba mucho al juego aéreo y no desplegaba un fútbol vistoso. Pero ahora sí da gusto ver jugar al Rubin Kazan. Hace cinco años que estoy aquí y ya he podido conseguir cuatro títulos.
—El idioma ruso debe representar una gran dificultad.
—Sí, pero ya hace cinco años que estoy en Rusia y estoy mucho más canchero. Fui aprendiendo distintos términos a medida que iba escuchando a mis compañeros. En ese sentido soy un poco vago porque nunca me interesó aprender el idioma. Por ejemplo, cuando voy a un restorán muchas veces me hago entender a través de señas y gestos (risas).
—¿Qué pasó con aquel interés del Barcelona por tu pase?
-En aquel momento había recibido un llamado del padre de Bojan (NdR: también llamado Bojan Krkic como el futbolista; ejercía funciones de observador de talentos), diciéndome que (Josep) Guardiola estaba interesado en que fuera a jugar al Barcelona. Fue hace un año y medio. Y por entonces Rubin Kazan pedía mucho dinero y el interés no prosperó. A pesar de que todavía tengo dos años de contrato en el club, obviamente que me gustaría continuar mi carrera en el fútbol español u otra liga de primer nivel europeo, para seguir creciendo.
—Fuiste convocado por Batista y Maradona a la Selección, ahora te falta el llamado de Sabella…
—Siempre tengo el deseo de defender la camiseta argentina. Siempre voy a albergar esa ilusión. El año pasado no pude asistir a la convocatoria para los amistosos frente a Nigeria y Polonia por una lesión. Incluso me tocó pasar por una seguidilla de lesiones que me llevó entre dos y tres meses de recuperación. Ahora estoy bien físicamente y con ganas de volver a recibir un llamado.