Basta, y a ponerle el cuerpo. La Multisectorial por los Humedales decidió adherir a la Acción Global por la Crisis Climática Ecológica. Se trata de una marcha a nivel mundial que se replicará en prácticamente todas las grandes urbes del planeta con la intención de presionar a todos los gobiernos a que encaren o profundicen políticas públicas y medidas para mitigar el daño ambiental y, lisa y llanamente, evitar la extinción. En Rosario el reflejo será con una movilización a que adhiere todo el arco ecologista local, y en la calle se plasmará con una concentración a las 16 frente a la Bolsa de Comercio, en Corrientes y Córdoba, para marchar, a las 17, hacia la sede de Gobernación, frente a la plaza San Martín. Y siempre –aclararon desde la Multisectorial– resguardando la distancia social y con barbijo bien puesto –será excluido quien no lo porte– para evitar contagios de covid. Las dos consignas domésticas son: “Basta de quemas”, y “ley de Humedales ya!”.
La más joven de las organizaciones ambientalistas, formada a partir de la impotencia ante los incendios intencionales en el Alto Delta y de la que también forman parte las entidades más antiguas dedicadas a temas ambientales –desde el Taller Ecologista Rosario hasta El Paraná No Se Toca– vuelve así a dar pelea directa, cuando el humo mezclado con niebla y el olor a quemado vuelven a contaminar a la ciudad, dando cuenta de que el ecocidio no se detuvo enfrente, en las islas del Paraná.
Frente a ello, la Multisectorial resolvió que además de marchar este viernes volverá a cortar el puente Rosario-Victoria este sábado, de 14 a 18, en una protesta que resolvieron mantener cada sábado de acá en más, hasta que se extinga el último foco en el Humedal y se apruebe al fin la norma de protección que lo resguarde.
La marcha de este viernes forma parte de una articulación mundial entre cuyos convocantes figuran el movimiento internacional Fridays For Future (Viernes por el Futuro) liderado por la adolescente sueca Greta Thunberg. La iniciativa se llevará adelante en el país con un festival virtual en el que participarán organizaciones socioambientales, músicos y otras personalidades, entre otras acciones en redes sociales e internet. “Viernes por el Futuro y el movimiento Jóvenes por el Clima están movilizando nuevamente por todo el mundo, de una forma segura y respetando las medidas sanitarias que demanda el covid-19, para exigirle a aquellos con poder que traten a la crisis climática y ecológica con la urgencia y seriedad que la temática merece”, lanzó Thunberg en un comunicado.
Desde las 18 (hora local) y junto a organizaciones de Brasil y México el perfil de Youtube de Jóvenes por el Clima se convertirá en plataforma del festival virtual con reconocidos referentes ecologistas, dirigentes de pueblos originarios, campesinos de la agricultura familiar, brigadistas y sanitaristas de toda la región. También estarán artistas como Miss Bolivia, Louta, Coisla y Adrián Berra para musicalizar, y a las 21 está previsto un “Proyectorazo” que “replicará las consignas y reclamos del movimiento socioambiental de todo el mundo”, explicaron desde la organización.
Entre los reclamos centrales figuran redoblar la presión a los líderes mundiales para que los gobiernos cumplan con el compromiso del Protocolo de Kioto, por el que deben reducir en un 45% las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2030 –una fecha que empieza a ser ya cercana– y tratar con “urgencia y seriedad” la crisis climática y ecológica que ya está provocando la desaparición de especies animales y vegetales en el planeta, en un consecuencia envolvente que –aseguran– culminará con un evento de extinción total y global si no se corrige a tiempo el rumbo.
Mal de carbono
En la protesta global también caben reclamos puntuales, locales, nacionales y regionales: “Debe haber un reconocimiento legítimo de la deuda ecológica de América latina y de la condición de deudores ambientales de los mayores acreedores financieros internacionales acompañado por una reparación justa”, es uno de los reclamos de Jóvenes por el Clima. La lógica rescata el papel de la región –y del Tercer Mundo todo prácticamente en general– como sumidero mundial de carbono y otros gases emitidos por las potencias industriales, en un desequilibrio global. Y en esa lógica inscriben los ecocidios que se tienen lugar con la devastación por fuego del Amazonas, los incendios forestales en Australia y Estados Unidos, y también las destrucciones que continúan ocurriendo en el Alto Delta –uno de los sitios Ramsar a nivel mundial y que debería estar protegido en forma acorde a su reconocimiento como “humedal de importancia internacional”– y en las sierras de Córdoba.
En todos los casos el razonamiento apunta a intereses privados como la causa principal de los incendios intencionales y por ello el capítulo rosarino de la protesta toma como sus dos cabeceras a la Bolsa de Comercio y a la Gobernación. El primero porque, están convencidos en la Multisectorial, alberga y representa a las personas humanas que llevan adelante quemas no como una práctica ocasional sino como una “acción sistemática” para reconvertir el Humedal en campos de pastoreo y siembra para una producción intensiva. Y alertan de que lo que en principio era ganadería –para descomprimir tierra firme y redestinarla a la siembra de cereales y oleaginosas– ahora se registran trazas de una extensión de la frontera agropecuaria a todo nivel, incluida la producción agrícola a gran escala.
Y a la Gobernación como segunda cabecera al entender que, si bien el reclamo de más acciones concretas se dirige también a la Intendencia local y al gobierno nacional, son las provincias las que tienen jurisdicción específica sobre las zonas que deberían estar bajo severa protección y en cambio presentan imágenes de total destrucción, en todos los casos con llamativa impunidad y con alcances hasta insólitos, como la presencia de maquinaria pesada tanto en el Charigüé frente a Rosario –donde rige una medida cautelar de la Justicia federal que además ordena a las fuerzas intermedias un control exhaustivo– y en las Lechiguanas frente a la ciudad bonaerense de Ramallo, en ambos casos bajo jurisdicción de Entre Ríos, donde opera un retroceso de fase por la pandemia de coronavirus.
A nivel nacional en tanto, la consigna de la movilización se abre a más territorios en riesgo: “Nuestros humedales, bosques y el resto de los bienes comunes naturales, para resguardar la biodiversidad y las funciones ecosistémicas que proveen a los pueblos”, explican los organizadores.
“Estamos –agregan– ante una crisis ecológica, económica, social y sanitaria nunca antes vista. Solamente la organización masiva nos podrá salvar. Porque si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”.
Con todo, en cuanto a la protesta prevista para el sábado y los sábados siguientes, los ambientalistas locales establecieron puntos más acotados, aunque uno de ellos es “No al acuerdo porcino con China”, y está dirigido al gobierno nacional: en la Multisectorial la percepción más extendida es que generará condiciones para empeorar la situación, en particular por el esquema productivo de mega-granjas.
Pero el eje central es la preservación de una franca de importancia vital para la biodiversidad y la supervivencia de especies que ya fueron expulsadas de otros territorios que históricamente fueron su hábitat natural, cuya ocupación las redujo en número hasta ponerlas en riesgo de extinción o directamente provocando su desaparición total en distintas regiones o en todas, como el caso del guacamayo azul, el yacaré overo, la boa de las vizcacheras, entre muchas otras.
Cabandié a la carga
El ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, volvió a apuntar a la Justicia federal entrerriana como parte del problema y no de la solución: en concreto le reclamó que se levante de la “siesta” al juez Daniel Alonso, quien emitió la cautelar que le impide, por ejemplo, al productor Enzo Mariani haber contratado una retroexcavadora para hacer un terraplén en tierras que además la Municipalidad de Rosario considera como propias y usurpadas.
El funcionario nacional también insistió, como a fines de agosto pasado, que las quemas “son intencionales” y que “todos los fuegos son provocados” y el principal remedio para evitarlos es actuar contra quienes ocupan los territorios del Humedal “En horas puede resolver la culpabilidad, y decir quiénes son los irresponsables que cometen esto, con los catastros y la geolocalización”, insistió en dirección al titular del Juzgado Federal 2 de Paraná. “¿Qué le pasa al juez Alonso que no tiene ninguna resolución? ¿Se le rompió la impresora? ¿Se quedó sin birome? ¿Cómo puede ser que después de seis meses no haya un detenido, un procesado?”, cuestionó, y deslizó que, ante la magnitud del problema, podría actuar la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación reprendiendo al magistrado.
En coincidencia con la fuerte presión del ministro nacional –habló en el aeropuerto de Fisherton– entre las organizaciones ambientalistas se comenzó a difundir un documento que ventila quiénes son los propietarios –y los que usan la tierra– en las islas. Según el documento, cuya autenticidad no está corroborada por ningún ente oficial, en el Alto Delta funcionan 229 unidades productivas que en conjunto explican 79.742 cabezas de ganado bovino. Y la sorpresa es que buena parte de los dueños esos emprendimientos no son propietarios de los lotes sino “pastajeros” es decir, lo que en ganadería se conoce como quienes llevan hacienda en forma transitoria a un lugar, para cría o engorde.
En ese documento así está identificado Mariani, no como propietario de unas 800 hectáreas de las que la Intendencia de Rosario viene reclamando su devolución, en un litigio judicial que viene atravesando varias gestiones.