El cambio de manos de la histórica librería Ross ya trae polémica. Bajo la nueva denominación comercial de la cadena nacional Cúspide, los antiguos empleados se encuentran en conflicto con la actual firma ya que, aseguran, les pidieron la renuncia para incorporarlos. En caso de no hacerlo, no les permitían ingresar a trabajar. Sin embargo, pasado el mediodía les aseguraron que se les respetará la antigüedad.
“Estamos en la puerta de la librería con el personal porque se les está exigiendo la renuncia. Estamos trabados ahí, porque consideramos que no deben hacerlo en estas condiciones”, explicó a El Ciudadano Juan Gómez, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio.
A las 12 habrá una audiencia en la que definirán los pasos a seguir bajo la supervisión del Ministerio de Trabajo. Si bien se les había asegurado a los trabajadores la continuidad laboral, el pedido de renuncia generó controversia.
“Lo vamos a hablar en el marco de la reunión con el Ministerio. No tenemos confianza con esto y no queremos que sea todo de palabra sino que den garantías a los empleados”, sostuvo Gómez acerca de la problemática.
La tradicional librería Ross abrió sus puertas hoy bajo la nueva denominación comercial de Cúspide luego de que la familia propietaria estableciera un acuerdo que deja el gerenciamiento del negocio en manos de esta última firma, también con trayectoria en el rubro. De esta forma, la importante cadena nacional administrará ahora la tradicional librería rosarina, fundada hace 77 años, que seguirá no obstante perteneciendo a los descendientes de Arnoldo Ross.
Para Gómez el problema se centra en que hay trabajadores “con mucha antigüedad” que quieren asegurarse que se les respete cada punto que comunicó la firma saliente.