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Antonin Artaud, el francotirador que empujó la contracultura

Poeta, dramaturgo, ensayista, actor de cine y director de teatro, orientó su vida desafiar el pensamiento dominante.

Antonin Artaud fue poeta, dramaturgo, ensayista, actor de cine y director teatral. Sus obras son un cuestionamiento radical a la cultura dominante a  las sociedades jerárquicas y del capitalismo en todas sus variantes. Desde los márgenes denuncia a través del arte la alienación social, e impugna las imposturas del doble discurso y la moral burguesa.

Escritor atípico, fue implacable analista de las instituciones opresivas y de encierro que tan claramente desnudaran los hacedores de la antipsiquiatría y pensadores como David Cooper, Ronald Laing, Michel Foucault, Gilles Deleuze y Félix Guattari.

Y también se ungió a sí mismoi como artista de vanguardia que interpela la instauración y funcionamiento de los macro y micro poderes en la vida cotidiana rompiendo todos los moldes de lo establecido.

Esbozo biográfico

Antonin Artaud nació en Marsella, Francia, el 4 de septiembre de 1896. Según afirma uno de sus biógrafos “es autor de una vasta obra que explora la mayoría de los géneros literarios, utilizándolos como caminos hacia un arte absoluto y total». Sus tempranos libros de poemas (luego abandonaría el preciosismo poético, decepcionado) “L’ombilic des limbes” (El ombligo de los limbos) de 1925 y “Le Pèse-Nerfs” (El pesa-nervios) anuncian ya el carácter explosivo de su obra posterior. Es más conocido como el creador del teatro de la crueldad –“El teatro y su doble” (1938), “Manifiesto del teatro de la crueldad” (1948)– noción que ha ejercido una gran influencia en la historia del teatro mundial. Trabajó en 22 películas durante los años 20 y 30, entre las que destacan “Napoléon” de Abel Gance y “La pasión de Juana de Arco”, de Carl Theodor Dreyer. Por la influencia de su obra y sus ideas dramáticas ha sido considerado como «el padre del teatro moderno».

Una existencia dramática

Artaud fue hijo de un armador francés y de una mujer de origen levantino. A los cuatro años padece un  ataque de meningitis, que influirá en el desarrollo de temperamento nervioso e irritable, interpretado también como síntoma de una neurosífilis transmitida por alguno de sus progenitores. El dolor físico y cierta sensación de paranoia lo acosarán a lo largo de su vida y lo obligarán a pasar largos períodos de tiempo en clínicas de de salud mental y hospicios. El más prolongado y trágico es el de los nueve años que pasó encerrado en El Havre, Villejuif y Rodez, de 1937 a 1946.

El período parisino

En 1920 llega a París y se vuelca de lleno a la escritura. En 1924 aparecen publicados sus primeros versos reunidos  bajo el título “Tractac del ciel”. Artaud  dirá luego que ya no lo representan por ser afectados, «farsas de un estilo que no lo es y que nunca lo fue». A partir de esta publicación entra en contacto con el poeta André Breton, quien recientemente había hecho público el primer Manifiesto Surrealista.

Artaud se hace cargo de la dirección de la Oficina de Investigaciones Surrealistas. En esta etapa escribe también guiones de películas y poemas.

Junto a Roger Vitrac funda, en 1926, El teatro Alfred Jarry  y entre 1927 y 1929, monta cuatro espectáculos. El absoluto fracaso de sus primeros montajes lo lleva a refugiarse en la teoría, con lo que sienta las bases del denominado Teatro de la crueldad.

Aquel que apuesta por el impacto violento en el espectador. Para ello las acciones, casi siempre violentas, se anteponen a las palabras, liberando así el inconsciente en contra de la razón y la lógica.

Estudios astrológicos

“A su regreso de México –indica un estudio de la obra de Artaud–, a principios de 1937, pasó algunos meses inmerso en el estudio de la astrología, la numerología y el tarot. Giordano Berti explica en su artículo sobre Artaud en “Claves y Secretos del Tarot” que existe una obra, «Las nuevas revelaciones del ser» (1937) que contiene el testimonio de un especial método de interpretación del tarot, que consiste en interpretar los arcanos mayores y menores como referente simbólico para las experiencias cotidianas. Un año más tarde, deportado de Irlanda, Artaud será internado por «sobrepasar los límites de la marginalidad».

La filosofía

“La imaginación, para Artaud, es la realidad; sueños, pensamientos e ideas delirantes no son menos reales que lo de «fuera» del mundo. Realidad parece ser un acuerdo, el mismo acuerdo que la audiencia acepta cuando va a un teatro para ver una obra, que por un tiempo pretende que lo que están viendo es real. Además de su lógica imprescindible de su calidad emocional en cuanto a su infancia.

Su vida se apagó en la ciudad de París el 4 de marzo de 1948.

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