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Anuario 10 repasa acciones artísticas

Archivo donde escriben historiadores, poetas, curadores, docentes, artistas y periodistas rosarinos registrando las acciones artísticas en museos, exposición es y espacios diversos que ocurrieron en 2010.  

Por Javier Hernández

Los gestores de la iniciativa

Reconocer al arte ajeno a la experiencia cotidiana, implica dejar afuera una (preferencial) forma de acercarse y vivir las metáforas que definen al mundo en un momento histórico determinado.

Desde una compilación que implica miradas y por consiguiente segmentaciones, Anuario10 es una publicación que pretende fundar una plataforma de pensamiento plural y crítico a partir de múltiples registros de acciones artísticas que se desarrollaron en Rosario durante 2010.

A partir de pensar el relato desde la heterogeneidad de opiniones, el libro –compuesto por 168 páginas y dividido en once módulos– contó con el aporte de medio centenar de cronistas de diversas áreas modales, entre los que se destacan poetas, historiadores del arte, docentes, curadores, fotógrafos, artistas y periodistas que fueron convocados especialmente para dar cuenta de lo ocurrido mes a mes en el terreno de las artes. Como advierte la portada del libro, estas visiones fueron hechas “según criterios propios y de forma autónoma, sin subordinar imágenes a textos, ni textos a imágenes”.

“Rosario es un polo productor reconocible en el contexto iberoamericano de las artes visuales y genera muchísimas situaciones artísticas, pero no hay registros porque no hay políticas editoriales claras y a cada exposición o situación artística puntual le cuesta acompañar su práctica con un documento por cuestiones de presupuesto”, destacó Lila Siegrist que, junto a Pablo Montini y Georgina Ricci, conforma el comité editorial que llevó adelante el proyecto.

Todos ellos son conocedores de la producción artística y de las instituciones museísticas locales de las que participan; Montini es historiador del arte y pasó por el Museo Histórico Provincial; Georgina Ricci, además de artista visual y entendida en el medio editorial vinculado con las artes, se desempeña en el museo Castagnino+macro; y Lila Siegrist es artista visual y desarrolló funciones en el Centro Cultural Parque de España. “Hay una confluencia de ideas y un motor propio de trabajo, no sólo entre nosotros tres sino entre la gente que se sumó al proyecto y con la que generamos un lugar donde ofrecemos muchísimo para las nuevas ideas”, expresó esta última.

A partir de una tirada de mil ejemplares, Anuario10, que ya se consigue en las librerías Buchín, Oliva y la tienda del Museo Castagnino+macro, promueve la sensibilización artística para “acercar a la comunidad un cúmulo de prácticas muchas veces reducidas a ciertos circuitos sociales”, refirió Siegrist.

Desde el relato que plantean los cronistas de diversas ramas de la cultura, que suman medio centenar, el libro “posibilita una lectura externa que –según Ricci– habilita debates que quizá eran subterráneos y ocurrían entre pequeños grupos y ahora se llevan a la luz pública”.

Algunos de los participantes son los artistas plásticos Marcos López y Laura Glusman, los fotógrafos Norberto Puzzolo y Matías Sarlo, los periodistas Pablo Makovsky y Alicia Simeoni, el curador y ensayista Rafael Cippolini o las críticas de arte Ana Martínez Quijano y Beatriz Vignoli, entre otros.

 

Legitimar o no legitimar

 

Los interrogantes que surgen tras la lectura del anuario podrían tener este tenor: ¿Qué es “obra”? ¿Cuáles son las que llegan a los espacios legitimados? ¿Es necesario acceder a esa “meca”? En un ensayo sobre arte y experiencia estética como forma de conocer, los investigadores mexicanos Giovanna Mazzotti Pabello y Víctor Manuel Alcaraz Romero destacaban que hacer una separación entre arte y existencia “es resultado de un paradigma civilizatorio que suspende la experiencia y despuebla de sentido el estar en el mundo”. Así la creación artística y la experiencia estética, unificarían la existencia con el significado y renovarían “el sentido de estar vivo, en una forma de redención secular que al mismo tiempo que reordena otorga un saber sobre el mundo”, señalan los investigadores mencionados.

Sobre una estructura cronológica, el anuario selecciona testimonios de lo acontecido –mayormente– en los espacios legitimados del arte: muestras que cautivaron en el museo Castagnino como Vuelo de Cabotaje de Marcos López, en los primeros meses del año; la exposición Red, una instalación de grandes dimensiones de Luis Felipe Noé, o la muestra Entre Centenarios, que se llevó a cabo entre el Castagnino y el Histórico Provincial Julio Marc.

Apoyados sobre la idea de mostrar un cúmulo de opiniones y posicionamientos, los editores aclaran que esas elecciones no siempre coinciden con sus miradas, también diversas. Dice Georgina Ricci: “Como comité editorial la selección es nuestra, tratamos de ser muy amplios y no buscar gente que refleje nuestras opiniones personales. Es interesante que el Anuario no refleje las actividades de un artista sino las del campo del arte”.

Sobre la tesis de que en Rosario las vastas manifestaciones referidas al arte cuentan con escasos espacios de producción crítica y de archivo, Anuario10 busca recopilar un año de historia artística. “Queremos generar un documento que quede para la historia porque muchas de las actividades que se reflejan en el libro no tuvieron una publicación o nota de prensa”, destacó Montini.

Para quien tiene como función y oficio historiar las artes, se evidencia una falta de medios que reflejen lo que pasa a nivel artístico en la ciudad. “Los medios monopólicos Ñ (Clarín) y ADN (La Nación) sólo refieren a actividades artísticas que están en Buenos Aires como si el país sólo fuera lo que pasa allá, y en Rosario pasan muchas cosas y mejores, pero no están en los medios”, añadió Montini.

Mientras se sigue trabajando en la conformación de lo que será Anuario11, y entendiendo el proyecto como un espacio de comunicación constante, Ricci concluyó que “se trata de generar un nuevo medio desde una gestión propia –autosustentada–, y sin apoyo institucional; éste fue un momento histórico interesante en relación a los medios, cómo uno los piensa pero también cómo los mira”.

Porqué, donde y a cuánto

“¿El ahora de un anuario está en el pasado?”, es una pregunta que en una suerte de epílogo se hace el libro sobre su existencia. Mientras se encuentra en proceso de producción la segunda edición de esta publicación que reúne acciones artísticas acontecidas en el año pasado, Anuario10 –impreso en marzo de 2011– puede adquirirse a un costo de sesenta pesos en librería Buchín (Entre Ríos 735), Oliva Libros (Entre Ríos 548), tiendas del museo Castagnino+macro, y la galería Iván Rosado (Salta 1859).

 

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