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Anya Taylor-Joy: «El mundo ha sido inherentemente sexista desde siempre»

La actriz británico-argentina, protagonista de serie "Gambito de dama", que rompió todos los récord en Netflix como la más vista desde su lanzamiento, consideró que la propuesta tuvo ese impacto porque, al igual que su personaje, "todas las personas sienten que no pertenecen de alguna manera"

La actriz británico-argentina Anya Taylor-Joy, protagonista de la exitosa serie de Netflix Gambito de dama, que rompió el récord en la plataforma como la más vista en su primer mes desde su lanzamiento, consideró que la propuesta tuvo ese impacto porque, al igual que su personaje, «todas las personas sienten que no pertenecen de alguna manera», y señaló que «todavía hay mucho trabajo que hacer» en cuanto a la representación femenina en la industria audiovisual.

Además, Taylor-Joy, que nació en Miami pero vivió hasta los seis años en la Argentina antes de mudarse al Reino Unido, aseguró en diálogo con la agencia de noticias Télam y otros medios extranjeros que se sentía «muy orgullosa de que la gente haya elegido pasar su tiempo con la historia de Beth Harmon», el complejo personaje principal de esta producción centrada en una atormentada y brillante jugadora de ajedrez que intenta abrirse paso en ese mundo dominado por los hombres y situado principalmente en los años 60.

«Lo que es hermoso de Beth es que ella encuentra un lugar al que pertenece, pero en última instancia aprende que si no construye un hogar para sí misma, nunca va a ser feliz. La serie también tiene un elemento muy bueno, que es la idea de que trabajar junto a otros te lleva más lejos que trabajar sola, y sobre todo, estando en aislamiento, me parece excelente que nos recuerde eso», agregó.

La actriz también confesó que el éxito del envío, creado por el cineasta estadounidense Scott Frank y que según Netflix fue visto por unos 62 millones de hogares en sus primeros 28 días disponible en la plataforma, le provoca una especie de «explosión en el cerebro», porque todavía no había logrado tomar real dimensión de su alcance.

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«Recién terminé de filmar una película, estuve trabajando al pie de una montaña durante meses, y escuché sobre las cifras, pero es muy difícil tratar de hacerse la idea alrededor de esos números», explicó, evadiendo posibles pistas sobre sus proyectos post Gambito de dama.

En la serie, Harmon comienza su trayecto siendo una niña traumatizada por la muerte de su madre en un trágico accidente vial que luego es acogida en un orfanato donde, además de adquirir una precoz adicción a los tranquilizantes, aprende a jugar al ajedrez de la mano del señor Shaibel (Bill Camp), el conserje del hogar.

Años después, ya obsesionada con ese deporte mental, Beth es adoptada por Alma Wheatley (Marielle Heller) y su esposo, que pronto abandonará la casa del matrimonio en Kentucky, y desde ese momento no se detendrá hasta ser la mejor en lo suyo, saltando de competición en competición mientras lucha con sus adicciones a las pastillas y al alcohol.

Durante su camino, la joven, marcada por sus rasgos antisociales y una coraza que construyó progresivamente frente a las adversidades de un entorno que la rechazaba, se cruza con una serie de mujeres y hombres que de a poco se transforman en los alfiles y caballos, y también algunos en peones, en su propia partida de vida, con los que ella conforma, a veces de forma inadvertida, una red de contención para seguir adelante.

En ese sentido, Taylor-Joy, conocida antes de la serie por sus papeles en las películas La Bruja (2015, de Robert Eggers), la saga Fragmentado (2016) y Glass (2019), de M. Night Shyamalan, comentó que ella misma se sintió identificada con el personaje desde que leyó el libro homónimo en el que se basó la serie, escrito en 1983 por el estadounidense Walter Tevis, porque hasta sus primeros años de adultez se sintió como «alguien que no encajaba, un poco solitaria».

«No había encontrado realmente mi comunidad hasta que empecé a actuar en películas, así que por un lado tenía la perspectiva por interpretar este papel, pero también fue una forma de hacer catarsis. No lo pensé demasiado, pero mientras lo filmaba pensaba «claro, tenía algo que purgar». Fue una buena terapia», señaló.

Al respecto, añadió que «de una manera extraña» su inspiración para interpretar a Beth fue ella misma: «Beth es claramente una voz que estuvo flotando en mi mente por mucho tiempo, con su inexpresividad y no tan adecuada socialmente, así que por eso, desde la primera vez que leí el libro no tuve que hacer mucha preparación en términos de encontrar el personaje, ella ya estaba ahí», contó.

Gambito de dama es, además, una historia que a pesar de estar ubicada hace seis décadas, dialoga muy bien con este presente al mostrar a una mujer cuya determinación y pasión están por encima de todo, y para quien sus vínculos íntimos con los varones no son más que experiencias de una vida común, que no la distraen ni son elementos centrales en función de sus objetivos.

Esa representación se entrelaza con un destacado trabajo de producción en términos de vestuario y maquillaje, que lejos de estancarse en un fetiche estilístico de época y de buscar un estereotipo, le otorga distintos sentidos al desarrollo del personaje, en su paso de la infancia y la adolescencia a la adultez.

Al ser consultada sobre esa relación, Taylor-Joy subrayó que la dualidad del amor de Beth por el ajedrez y la moda es muy importante en la serie, «porque como mujeres, muy seguido nos dicen que no podemos ser ambas cosas, especialmente en algunas narrativas en las que somos hermosas o inteligentes, y esos elementos nunca se cruzan», expresó.

«Eso es muy reduccionista y anticuado, no son excluyentes entre sí, y es importante mostrar eso», destacó. Y en esa línea, consideró que «todavía hay mucho trabajo que hacer» en la industria cinematográfica y de series «y en todos los aspectos de la vida».

«El mundo ha sido inherentemente sexista desde siempre, así que va a tomar tiempo y una presión consistente de nuestra parte para vivir en una sociedad verdaderamente igualitaria. Si nos dejamos convencer de que la pelea está ganada, ahí es cuando nos vamos a meter en problemas», concluyó.

 

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