Luego de varios días de tensión e incertidumbre, el plantel de Central Córdoba decidió volver a los entrenamientos, tras el cese de actividades impuesto el pasado jueves, debido a la deuda de más de tres meses que el club mantiene con jugadores y cuerpo técnico por igual.
Ayer por la mañana, los principales miembros de la comisión directiva asistieron al Gabino Sosa, con la intención de explicarle a los presentes el plan de pagos que había ideado la institución. En dicha reunión, los dirigentes charrúas le informaron al plantel que por la tarde podrían pasar a recoger el cincuenta por ciento del sueldo que faltaba cobrar del mes de octubre, más la promesa de empezar a abonar el resto de la deuda en los próximos días.
De esta manera, la dirigencia de Central Córdoba se las ingenió para sortear nuevamente otro paro de jugadores, con otro remedio a corto plazo para un problema que viene afectando al club desde hace varios años y que por el momento parece no tener ningún tipo de solución.
Para encontrar la última vez que la institución de barrio Tablada afrontó una situación como esta no es necesario indagar mucho en el pasado, ya que a fines del año pasado el plantel había tomado la misma decisión de suspender las prácticas, hasta que no se regularice el tema de los sueldos atrasados, en esa oportunidad también con varios meses de retraso.
Con estos contratiempos superados por el momento, los jugadores retomaron inmediatamente los entrenamientos, con la firme idea de no desperdiciar más el valioso tiempo de preparación disponible antes del reinicio del campeonato de Primera C, previsto para el primer fin de semana de febrero. Con una práctica livianita en el Parque Urquiza, el plantel ya palpita su próximo partido amistoso ante la reserva de Newell’s, con día y horario a confirmar.